Esta jerezana de 31 años trabaja desde 2005 en la bodega González Byass. Comenzó haciendo prácticas en el departamento de visitas y actualmente es la responsable de dicha área. "Terminé de estudiar Turismo y estuve primero haciendo prácticas en un hotel y en la oficina de turismo. En un principio tenía pensado irme unos meses al extranjero para perfeccionar los idiomas y tener más posibilidades, cuando volviera, de encontrar trabajo aquí. Pero entré en González Byass y, tras terminar el periodo de formación, me ofrecieron quedarme", explica Blanca Rodríguez Gutiérrez.

Encargarse de gestionar las visitas a la bodega, atender a los clientes en la venta de entradas y realizar otras labores de coordinación del departamento, no es tarea fácil, sobre todo en verano, cuando el volumen de visitantes aumenta muy considerablemente. Aunque puede decir con orgullo que lleva 11 años trabajando en el mismo lugar, hace unos meses que volvió de Toledo, localidad a la que la destinaron durante un año y medio. "Siempre tuve claro que mi estancia en Toledo iba a ser provisional, yo quería volver a Jerez. Estoy muy contenta con mi puesto aquí y, además, es una ciudad que me encanta. Es cierto que tira mucho la familia y los amigos, pero creo que Jerez te permite llevar una vida muy cómoda, pues tiene el tamaño perfecto, sin llegar a ser tan grande y agobiante como Madrid o Barcelona. También tiene muy buena localización, está muy cerca de la playa, que me gusta muchísimo", comenta.

Esta jerezana es una de las no muchas personas que han conseguido conservar su empleo en Jerez tras la llegada de la crisis económica. "Realmente me considero afortunada, porque veo que casi todos mis compañeros de la facultad han tenido que irse a trabajar fuera, tanto al extranjero como a otras partes de España. Yo tengo cierta estabilidad laboral, pero tengo claro que si me quedara sin trabajo primero buscaría en Jerez, y si tuviera que intentarlo fuera porque no me saliera nada, mi intención siempre sería regresar", afirma.