Yo también quiero ser chófer

Un centenar de personas hace cola durante cuatro días en Cojetusa para recoger, hoy, una solicitud que les permita entrar en la bolsa de empleo de la empresa

Un joven se dispone a guardar manta y almohada en el maletero de su coche, después de pasar una noche a las puertas de Cojetusa, ayer.
Un joven se dispone a guardar manta y almohada en el maletero de su coche, después de pasar una noche a las puertas de Cojetusa, ayer.
Arantxa Cala / Jerez

03 de noviembre 2008 - 01:00

Un centenar de personas ha hecho cola, día y noche, en las puertas de Cojetusa (concesionaria de autobuses urbanos), en el parque empresarial de El Portal, desde el pasado jueves. El objetivo: recoger hoy una de las cien solicitudes para entrar a formar parte de la bolsa de empleo de la empresa.

Un Citroën Xsara Picasso verde hace las veces de oficina del que han elegido como 'coordinador' de las personas que hacen cola, "para que ningún listo se cuele", Luis Miguel Abucha. "Yo fui el primero en llegar, el pasado jueves, porque me comentaron que aquí se iba a liar la del pulpo. Por eso me vine con tanta antelación", comenta Luis Miguel, parado y con dos niños pequeños. El boca-oreja hizo su labor, y el viernes por la noche ya había cien personas en la puerta que querían ser conductoras de autobús. La coordinación entre los demandantes se podría calificar de perfecta. Luis Miguel muestra una lista por orden de llegada para que hoy por la mañana no haya problemas. Se han hecho turnos de guardia, del que han salido amistades, a pesar de la lluvia y el frío de estos días. En un momento hubo hasta gente en reserva, aunque hasta la noche de ayer todavía quedaba hueco para cinco personas más.

Tras recoger la solicitud, que ni siquiera garantiza el trabajo, los adscritos tienen que hacer unos exámenes teóricos y prácticos. De ahí se eligen a los cincuenta mejores, que entran en una bolsa, a los que se irá llamando según la necesidad. Entre 2005 y 2008 han entrado 36 personas en Cojetusa. Cuatro años y con cuenta gotas.

"La verdad es que tengo mucha ilusión por ser conductor. Nos dicen que es un buen trabajo, pero lo difícil es entrar. Yo pensaba que al sacarme el carné de autobús iba a tener empleo enseguida, pero fíjate lo que he tenido que hacer", dice Luis Miguel.

Rocío Gil y su marido hacen la cola por su hijo. Se van turnando para no perder el sitio. "Él está con los carnés de coches, como está parado, pues está intentado optar a un puesto de trabajo. Creemos que es un buen empleo. Nos hemos organizado estupendamente. Ahora nosotros nos vamos y mi hijo viene a pasar la noche".

Conducir un autobús es una tradición para Juani y Toñi Núñez, las dos en paro, que también están desde el pasado viernes, a las dos de la tarde, haciendo cola. "Mi padre y mis hermanos, todos trabajan aquí. Nosotras también queremos ser conductoras de autobús, porque además es que no hay otra cosa. Y aquí hemos estado, aguantado el chaparrón, unos días con candela y otros no. Además, yo creo que la gente confía más en una mujer que en un hombre (ríe). Las cuestas y las curvas las cogemos mejor que ellos, más despacito, mirando por los abuelitos y por las cosas".

stats