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El Rebusco

Artistas gráficos del jerez

  • Una generación irrepetible de creativos en torno a Mamelón que diseñaron los iconos de la publicidad vinatera

Panel publicitario con El jerezano de Sánchez Romate.

Panel publicitario con El jerezano de Sánchez Romate.

Tal como indica la investigadora sanluqueña Ana Gómez en el tomo primero de su obra Imagen publicitaria del Marco de Jerez (1868-1936): "Una de las principales características que definen el conjunto publicitario del Marco de Jerez es el gran desconocimiento que existe respecto a su autoría, sobre todo en el terreno del etiquetado. Resulta generalizado el anonimato de aquellos ilustradores y litógrafos que se encargaron de su elaboración, lo cual queda patente incluso en algunos bocetos originales, de forma que son muy escasas las etiquetas que aparecen firmadas".

A lo que añade que: "Otro factor que explica este generalizado anonimato parece ser la escasa consideración artística y social, que tradicionalmente se ha otorgado a la obra gráfica, la cual solía ser realizada por los artistas como un medio de vida, no otorgándoles ni siquiera ellos mismos importancia artística alguna".

Los ejemplos son varios. En los inicios del siglo XX, el artista local, Luis Pérez Lila (1880-1924), firmaba sus trabajos, de marcada influencia de los maestros franceses, invirtiendo el orden de las letras de su nombre de pila: Suil.

Llamativos y coloristas, sus carteles mostraban sugerentes jóvenes que invitaban al espectador a consumir el vino de las casas anunciadas: González Byass, J.M. Fernández y González, Sánchez Romate, Gutiérrez Hnos., o Manuel Fernández.

Aunque la trilogía de Ana Gómez marca la fecha de 1936 como tope de su estudio, hay que decir que sus consideraciones respecto al trabajo de los creativos se mantendrían en años posteriores.

Pensemos que el mismo Teodoro Miciano Becerra (1903-1974), ocultaba su nombre al firmar con una M, casi oculta, en algunas de las etiquetas que de él se conoce, como las que realizó para Eduardo Bohorques, Juan Valencia o Marqués de Irún.

Aún está por conocer al autor de la imagen representativa de las bodegas Sánchez Romate, el famoso el españolito, también apodado Curro.

Realizado a principios de los años 30 fue causa de litigio entre esta empresa vinatera y el Tío Pepe de González Byass.

Anuncio de Centenario en el bar Liba, en El Puerto de Santa María. Anuncio de Centenario en el bar Liba, en El Puerto de Santa María.

Anuncio de Centenario en el bar Liba, en El Puerto de Santa María.

Queda mucho por indagar respecto a la industria gráfica jerezana y los artistas que trabajaron diseñando etiquetas y carteles para el sector vinatero.

Además de los tres tomos publicados por Ana Gómez habría que reseñar el titulado Etiquetas de piedra, del 2017, con motivo de la recuperación de las piedras litográficas de Jerez Industrial, piedras de una gran importancia, pero que parte de las cuales se perdieron por la dejadez de políticos y técnicos municipales.

Entre los artículos mencionar los de Enrique López Marín, Mamelón: Los artesanos gráficos del jerez (2019), el del profesor Fernando Pérez Mulet para la revista Historia de Jerez, Apuntes de arte gráfico en Jerez (2004), el de Rafael Lorente, en La Voz de Jerez, Vestida de etiquetas (2008), y el del periodista del Diario de Jerez, Juan Pedro Simo, Manolo Valle, "el marciano del dibujo" (2015).

Por mi parte, publicados tanto en el Diario de Jerez como en La Voz, se pueden consultar: José Luis Torres. El artista olvidado del jerez (2004). Mamelón: Los diseñadores de la imagen del jerez (2006), Los artistas que pintaron el vino (2007), Manuel Cervera: Semblanza de un creativo gráfico (2019), y Las artes gráficas en Jerez (2018).

Desde hace tan solo diez años el Archivo Municipal de la ciudad dispone de una colección de etiquetas, con más de 3.000 piezas, gracias a las aportaciones de coleccionistas locales, y por el que esto suscribe.

Los independientes

A lo largo de la segunda mitad del XIX, y ante la demanda de la poderosa industria vinatera local, se va creando en Jerez una serie de empresas litográficas: la litografía jerezana, sucursal de la litografía Müller, con sede en Cádiz, 1868; la de Manuel Hurtado de Mendoza, 1866; o la Litografía de Francisco Rodríguez, 1897, etc.

Esta actividad empresarial proporcionará nuevos puestos de trabajo especializado, propiciando la creación de la Sociedad de Artes Gráficas: y años más tarde, ante la demanda de personal formado, la Escuela de Artes y Oficios, en 1913.

La revista de tirada nacional, Nuevo Mundo, dedicaría en julio de 1913 un amplio reportaje a las artes gráficas en Jerez.

En la relación de creadores que se van conociendo con nombre propio a partir de principios del siglo XX, hay que mencionar a una serie de artistas jerezanos.

Una etiqueta de Ragel. Una etiqueta de Ragel.

Una etiqueta de Ragel.

La peculiar figura de Carlos González Ragel (1899-1969), se perfila de forma especial en este periodo. Trabajará para varias bodegas de la zona. Suya es la etiqueta del brandy Memorable. de Manuel Gil Luque, recrea la escena de aquellos caballeros jerezanos sitiados por los musulmanes, que se ven obligados a pedir ayuda al rey en un documento escrito con su propia sangre.

El mismo Teodoro Miciano, mencionado más arriba, no rechazará la oferta de algunas bodegas, dejándonos esa reconocida imagen de los buenos catadores, que el portuense Juan Lara reinterpretará para Real Tesoro años más tarde.

Llegamos al prolífico José Luis Torres Fernández (1901-1966). Su peculiar estilo es reconocible por sus recargadas imágenes con orlas, escudos de armas y elementos heráldicos.

En bares y cafeterías del Marco aún se pueden contemplar sus espejos publicitarios, como en La Moderna, la Parra Vieja, o el tabanco la Pandilla. Hasta hace buen poco la fachada de tradicional bar Liba, del Puerto de Santa María. lucía uno de estos trabajos con su famoso abuelo de abundante barba blanca creado para el brandy Centenario.

Con trabajos esporádicos hay que mencionar al publicista Justo Lara Garzón "Ponito", responsable de la agencia de publicidad Publi Xeres. Su firma se puede ver en la etiqueta del brandy Tres raposos, para las bodegas Pedro Rodríguez e Hijos., de Sanlúcar.

Sin olvidarnos de Manuel Muñoz Cebrián (1910-2001), con un aire más academicista en sus dibujos.

Otros nombres que no hay que dejar fuera de este listado son los de Santos Saavedra Martín, Francisco Hohenleiter, Carlos Sáenz de Tejada, Andrés Martínez de León, Federico Ribas, Rafael Penagos, Ricardo Marín, Manuel León Astruc. Juan Luis Domínguez y Mariano Benlliure.

Equipo de ProGraMa, en una felicitación. Equipo de ProGraMa, en una felicitación.

Equipo de ProGraMa, en una felicitación.

Pro-Gra-Ma

En torno a las siglas Pro-Gra-Ma (Proyectos Gráficos Mamelón), se van a reunir un grupo de jóvenes artistas que compartirán la pasión por el diseño gráfico.

Una aventura empresarial que se inicia en 1963, pero que tiene sus orígenes en el taller de artes gráficas de José Luis Torres, sito en la céntrica plaza del Mamelón.

Allí se formará Juan Montes Pina (1929-2000), sobrino de Torres, junto con Manuel Valle Cortés (1932-2006 y Rafael Virués de Segovia y Llamas (1932-2017). Y los tres se asociarán en esta aventura que durará hasta 1988, cuando se disuelve la sociedad.

A ellos se unirán otros creativos en estos 25 años de existencia: Juan Herrador Granero, Antonio Higuéro, Sebastián Moya González "Cachirulo", Manuel Cervera, Pedro Carabante "Peri", Antonio Panal, Manuel Rodríguez, Manuel García, José Racero, Gonzalo Aguilar, Blas Lloret, hermanos Franco.

La nueva generación

La aparición del ordenador, con sus aplicaciones especializadas para los trabajos de diseño gráfico, irrumpió en las décadas de los años `80 y los `90. Esta nueva tecnología, según Enrique López, ha desplazado los usos tradicionales de la fotomecánica, y convirtiendo los procesos gráficos en procedimientos digitales.

Y añade: "Cada avance o innovación supone relegar o abandonar técnicas y procesos, pero también formas de expresión que desaparecen".

En esta generación sobresalen nombres de Luis Vázquez Pinteño, al que dedicamos un artículo en El Rebusco, Juan Carlos Martínez, o Ysmael Vega.

El responsable de Estudio Macoma es el creador de las etiquetas para los vinos de bodegas Barón, de Sanlúcar, como la llamativa Xixaro, en homenaje al antiguo propietario, José Rodríguez Jiménez.

La apuesta de la bodega sanluqueña por una imagen tan atrevida les costó algunas críticas al principio, pero son muchos los que ahora imitan el estilo de sus etiquetas.

Todos ellos han pasado por la Escuela de Arte de Jerez.

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