Remedio para todo
El Rebusco
Los vinos medicinales de los laboratorios Luque y Lukol
Su fundador, Adulfo de Luque Rodríguez
Durante la segunda mitad del siglo XIX el jerez logra el status oficial del sector médico al ser incluido en diferentes farmacopeas del mundo, entre ellas la americana, en 1850, la inglesa, un año después, o en la mexicana, en 1896. Recibe el apelativo de Vinum Xericum.
Con esto quedaba patente que las virtudes tónicas y terapéuticas de los jereces no eran una mera fantasía popular. Recordemos que con frecuencia el jerez es preferible al alcohol para disolver ciertos medicamentos; ello se debe a la buena proporción que este vino contiene de ácido tartárico.
Además, el jerez contiene naturalmente una serie de elementos estimulantes, y se presta más que otros vinos a la preparación de vinos quinados. De todos modos, no es casual que incluso antes que la ciencia moderna pudiera explicar y justificar estas virtudes del jerez, la creencia popular le atribuyera portentosas cualidades considerándolo no sólo un eficaz preventivo contra las enfermedades infecciosas, sino incluso un factor de longevidad.
Las bodegas jerezanas Gutiérrez Hnos. distribuían en el mercado internacional su Invalid´s Sherry con este texto en la etiqueta: 'Used at principal hospitals of Europe and highly recomended by promiment physicians as poweful reconstituent'.
Se tome solo o como condimento, el jerez fu un reconstituyente prescrito por los médicos y un beneficioso remedio conocido por la tradición, al menos hasta la segunda mitad del siglo XX.
Un hecho que queda recogido de forma ejemplar en la obra del escritor Benito Pérez Galdós.
En Fortunata y Jacinta (1886), el galeno lo prescribe en el tratamiento de Mauricia: '...que se le diera doble dosis de nuez vómica, seguir con las cucharadas por la noche, las papelinas por el día, y a sus horas el Jerez o Pajarete'.
Lo mismo ocurre en Las tormentas del 48 (1902), en la que el doctor Nicolás Rivero recomienda: '...dándole a beber jerez superior...'.
Y es Don Lope, en Tristana (1892), el que le aconseja a Tristana. por su estado de debilidad: 'Ya que no otra cosa, el caldo y la copita de Jerez'
Más curioso y poco conocido fue el tratamiento que se dispensó al niño Alfonso XIII cuando contaba con solo cuatro años de edad.
La prensa de la época, hablamos de enero de 1890, recogió con preocupación la evolución del estado de salud del Borbón, de por si de naturaleza enfermiza.
Para combatir sus desvanecimientos, fiebre y debilidad, los médicos recomendaban que tomara caldos, leche y vino de Jerez.
Adulfo Luque y Onofre Lorente
Adulfo de Luque Rodríguez (1863-1936), fue el creador de los laboratorios Luque y Lukol, dedicados a la fabricación de especialidades farmacéuticas, una iniciativa empresarial que tuvo sus inicios en 1890, y que en la actualidad la continúan sus descendientes.
Como escribe Rafael Lorente Herrera en su magnífico trabajo Mis familias Favoritas (Peripecias Libros, 2017): 'Con cuatro generaciones jerezanas, la familia Luque forma parte del entramado socio-cultural y laboral de nuestra ciudad'.
Otro aspecto a destacar en su vida profesional como farmacéutico fue la de director del Laboratorio Municipal de Jerez de la Frontera.
En reconocimiento a su labor le fue concedida la medalla de la Beneficencia y la de la Cruz Roja.
Luque 'fue un hombre inquieto por la investigación y, sobre todo, por la consecución de nuevas técnicas para mejorar y desarrollar mejores tipos de vinos y brandies', según nos relata el investigador, y académico, Antonio Mariscal Trujillo en su 'Jerezanos para la historia' (Tierra de Nadie, 2011).
De él tomaremos los datos biográficos más sobresalientes.
Luque, hijo de una acomodada familia de labradores de Lucena (Córdoba), vendría a Jerez en 1873, siendo acogido por su tío, el farmacéutico Antonio Rodríguez Carmona.
Cuando termina el bachillerato en el Instituto de Jerez marcha a Granada donde se licenciaría en Farmacia. Terminada la carrera vuelve a Jerez para después marchar a Burdeos donde permanecería un año especializándose como enólogo.
De su tío heredaría la farmacia que este regentaba en el número 73-75 de la calle Larga.
A principios del siglo XX, se une en sociedad con el bodeguero jerezano Manuel Fernández de Bobadilla. La sociedad establece sus dos laboratorios en unos locales de la calle Cristal. El primero de ellos, 'Laboratorios Luque', se dedicaría a la fabricación de productos enológicos, esencias y colorantes y, el segundo, 'Laboratorios Lukol', a la elaboración de especialidades farmacéuticas.
Sus productos tuvieron una aceptación inmediata, ya fuera el Agua de Abisinia para hacer desaparecer las canas, el laxante Azúcar de Plátano, el afrodisíaco Longevital, y otros como Eugenil, Laurol o Teobromina Luque.
En 1927 (?) Fernández de Bobadilla abandona la sociedad, por lo que el Adulfo Luque instala la fábrica de productos enológicos y esencias en el número 14 calle Lealas (conocida en aquel tiempo como General Sánchez Mira) y el laboratorio farmacéutico en calle Nueva 45.
Adulfo Luque estaba casado con Francisca Dastis Aguilar, con la que tuvo ocho hijos.
Tras su fallecimiento, ocurrido el 1 de diciembre de 1936, es su hermano Manuel, también farmacéutico, el que asume parte de los negocios, vendiendo Lukol a la firma Domecq y Chacón, manteniendo la fábrica de esencias y productos enológicos, así como la farmacia.
A los pocos años de acabada la Guerra Civil, 'Lukol' fue vendida a otro conocido, y reconocido, farmacéutico jerezano Onofre Lorente Roldán (nacido el 21 de octubre de 1908), quien lo instaló en la calle Porvera nº 46.
Lorente enriqueció el catálogo con nuevas especialidades tales como: 'Bleno-Etnerol' un preparado en obleas para el tratamiento de la blenorragia. Otro de sus productos, la Sal de Frutas Lukosal, gozó del favor del público para aliviar las malas digestiones y la acidez gástrica.
El producto estrella de este laboratorio fue sin duda el 'Vino Quina La Enfermera', un tónico reconstituyente recomendado contra la anorexia a base de vinos generosos que llegaría a convertirse en el producto más popular y vendido de la empresa.
Otras versiones de este vino quinado eran el 'Jerez Quina Carne-Hierro' indicado para abrir el apetito y combatir la anemia ferropénica, el 'Jerez Lukol Afrodisíaco' contra la 'debilidad genital', 'Jerez Hemoglobina', o purgantes como el aceite de Ricino y el jarabe de Manzana, entre otras marcas registradas.
Remedio para todo
Luque fue un hábil empresario a la hora de promocionar sus vinos medicinales en la prensa local y nacional, incluidas las profesionales y especializadas.
La Mutagina recibió el número de expediente de patente 25.284, concedida el 10 de marzo de 1900, 'con destino a mejorar y conservar los vinos.
El periódico malagueño 'El mundo fabril', de fecha 22 de abril de 1905, reproducía un amplio el reportaje de dos páginas dedicado a Adulfo Luque y su nueva patente. Su informe lo titulaba 'Crianza, conservación y mejoramiento de los vinos en general'.
Por su parte la publicación profesional 'El siglo Médico', de 1896, se hacía eco de otra de las innovaciones de Luque, la denominada Theobromina Luque o Teobromina fosfatada
En 1925, una de las revistas de mayor tirada nacional en aquel tiempo, 'Blanco y Negro', envió a Jerez a su reportero Enrique Garro, para visitar los laboratorios Lukol. Las fotos fueron realizadas por González.
La misma casa comentaba esto de sus vinos de Jerez medicinales: 'Aunque todos los productos farmacéuticos 'Lukol' se han abierto rápidamente mercado y adquirido la plena confianza de la clase médica, la cual por numerosos testimonios que poseemos, ha podido comprobar siempre, no solo su esmerada elaboración, sino la pureza química de las materias en ellos empleadas...'.
Y añaden que 'estando establecida la casa 'Lukol' en Jerez de la Frontera, primera región vinícola del mundo, tiene montadas soleras de los mejores caldos jerezanos'.
Una empresa que se moderniza
En el 2013, la alcaldesa de Jerez, María José García-Pelayo, junto al ministro de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Miguel Arias Cañete, y Julio Luque Zabaleta, presidente de De Luque S.L., además de otras autoridades, empresarios, familiares y amigos del empresario, asistieron a la inauguración de las nuevas instalaciones de la empresa De Luque S.L en el Parque Científico Tecnológico Agroindustrial (PACTA).
Anterior a este traslado, los laboraros estuvieron ubicados en las últimas décadas en el Paseo de las Delicias, junto al cuartel de la Guardia Civil.
La empresa De Luque S.L., dedicada a la producción de aromas y extractos naturales con una extensa experiencia en la elaboración de productos destinados a la industria alimentaria, tiene su origen en 1890.
La compañía está dirigida por un nieto y un bisnieto de Adulfo Luque, el antes mencionado Julio Luque, y Alfonso Pérez Luque.
Debido a la localización en el marco de Jerez, la actividad ha estado íntimamente ligada desde sus comienzos a la investigación enoquímica.
Las nuevas instalaciones, que ocupan un espacio de más de 5.500 metros cuadrados, poseen la tecnología más avanzada en el sector.
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