Radiografía de una estafa

Los 'relistos' Paco y Diego

  • Un albañil y un pescadero jerezanos burlan todos los controles de una Administración ansiosa por crear empleo y dejan un reguero de empresas y trabajadores fantasmas por toda España

A los dos, a Paco S. L. 'El Contratista' y a Diego M.A. 'El Pescaero', la vida no les sonreía precisamente. Ni lo hizo antes ni lo hará en el futuro. Eso sí, hubo un tiempo de abundancia, cuando lograron dinero suficiente como para vivir como reyes. Ambos están en prisión acusados de montar una trama que sacó más de 2,6 millones de euros de las arcas estatales. Tejieron una red que ha provocado la anulación de 926 altas (de 830 personas diferentes). De ellas, 450 cobraron el paro indebidamente. Para la forma en que trabajaban, bien podría valer este modelo de conversación, que venía a ser el siguiente:

- Me faltan tres meses de curro para cobrar el paro...

- Si me das una cantidad te contrato, eso sí, tú corres con los gastos de Hacienda, Seguridad Social... Al final vas a cobrar el desempleo y saldrás ganando...

Lo que en un principio pudiera parecer simple, casi ingenuo, se ha tornado en un problema administrativo y tributario de primer orden pues, a día de hoy, son casi 600 las personas imputadas por este asunto: beneficiarse de la caja común en la que todos los españoles depositan mes a mes sus aportaciones. Todo ello para obtener beneficios tales como residencia en la nación, prestaciones por desempleo y terceros grados penitenciarios. Los organizadores del entramado cobraron entre 300 y 3.000 euros a cada uno de los casi 600 falsos beneficiarios, que aportaban cantidades, contrato a contrato, hasta conseguir el objetivo deseado y causar baja.

Este fraude nació en Jerez, y creció, creció y creció hasta alcanzar unas dimensiones inimaginables que aún siguen sorprendiendo a los investigadores encargados de desenredar una madeja en la que la lista de defraudadores y delincuentes sigue creciendo. El último dato conocido apunta que hay imputados repartidos por lugares tan dispares como Jerez, Cádiz, Huelva, Sevilla, Jaén, Málaga, Algeciras, Granada, Logroño, Valencia, Valladolid, Las Palmas, Vitoria, Toledo, Cáceres, Murcia, Tenerife, Alicante, Castellón, Guipúzcoa, Navarra, Barcelona, Gijón, Madrid, Oviedo, Teruel, Bilbao, Girona y Mallorca.

Como si de una mala gripe se tratara, era necesaria la existencia, de forma obvia, de una correa de transmisión que extendiera el fraude por toda España y elevara a los jerezanos que parieron la idea de la condición de listos a la de 'relistos' de primera categoría nacional, 'honoris causa' y con distintivo 'cum laude'.

La transmisión magrebí

Fue la comunidad magrebí (marroquíes, argelinos, saharauis...) quienes llevaron el 'chollo' de norte a sur del Estado y de este a oeste. La transmisión se inició en Jerez, primero de boca en boca, de amigo a amigo, después de locutorio en locutorio, con la fiesta del cordero de por medio... La oferta era inigualable: ¿Quieres un contrato de trabajo? Pues conozco quien por unos euros te lo consigue y no tienes por qué correr el riesgo de que te expulsen de España.

Vayamos al inicio. Paco 'El Contratista' fue muy conocido durante un tiempo en la barriada jerezana de Picadueña Baja, si bien no se le consideraba como a uno más del barrio. Según señalan quienes rozaron con él, este albañil no encontraba trabajo y hace años puso tierra de por medio en busca de mejor fortuna.

Viajó por España y retornó con el suficiente dinero y la experiencia necesaria como para afrontar una obra subcontratada en pleno boom inmobiliario: un bloque de dos alturas y cuatro viviendas que, para colmo, costó ser vendida. Paco 'El contratista' dio un paso adelante en su carrera de albañil avanzado. Las viviendas, ubicadas muy cerca de la parroquia del Corpus Christi, ya están ocupadas. Dicen por Picadueña Baja -donde estos días no se habla de otra cosa que de la jubilación del popular Arturo, el del bar del pescaíto frito por excelencia de Jerez- que visto el batacazo económico el pasado verano Paco se marchó del barrio para de esta forma atender junto a otros familiares su última apuesta: un bar por la zona de la avenida de Arcos.

La historia de su socio, Diego 'El pescaero', también está marcada por la escasa fortuna o por la mala cabeza. En la sala de pescadería de la plaza de abastos de Jerez todos los profesionales son conscientes del mal trago que está pasando la familia, una de las sagas de pescaderos más conocidas del flamenco barrio de La Plazuela. La gente del pescado de la plaza de abastos es como es. Y lo es desde hace décadas. Lo llevan en la sangre. Pueden ser abiertos como una ventana en el verano o cerrados como una sala de estar en el más crudo invierno. En este caso toca luchar contra el frío.

En una especie de afán por defender a la profesión, de sentimiento gregario o de corporativismo de escama y espina, lo primero que se deja claro en los mostradores es que "Diego no es pescadero, no tiene puesto, quien lo tiene es su padre". Sale a relucir que solía ganarse la vida trabajando en puestos a cambio de un jornal y que llevaba su pescado, pero el problema principalmente radicaba en que "le debía dinero a todo el mundo". Hasta tal punto llegó el problema que incluso tenía prohibido el acceso a las instalaciones de Mercasevilla ("le tomaron la matrícula", dicen) donde buena parte de los pescaderos se surten por su variedad y buen precio. "Debía demasiado", insisten. El detenido también tuvo una pescadería en Vallesequillo y acabó de juicios con el propietario del local por los constantes impagos.

Vida de despilfarro

Estos vienen a ser unos someros apuntes sobre las personas encarceladas por el 'caso Relisto' y sus no fáciles circunstancias. Unos hombres apretados por el cinturón de la vida y con problemas de toxicomanías que disfrutaron de sus días de vino y rosas durante casi año y medio. 'El Contratista' se hizo cliente asiduo de conocidos bares de alterne, caso del 'Aloha'. Tal era su nivel de gasto, apuntan fuentes de la investigación, que propietarios de otros negocios similares "estaban dispuestos a ponerle una alfombra roja con tal de que se fuera con ellos".

Uno de los aspectos más destacables de este caso es la agilidad pasmosa con la que ambos se saltaron todos los controles de la Administración, crearon empresas de la nada para ubicarlas en la nada pero con unas conexiones con la realidad que permitían a los contratados erigirse en burladores del sistema. No trabajaban y conseguían sus objetivos, los cuales eran tres según marca la Guardia Civil en su puntillosa y pormenorizada investigación: cobrar prestaciones, obtener la residencia y alcanzar el ansiado tercer grado que permite a los presos dormir fuera de la prisión si tienen un contrato de trabajo. Como se puede comprobar fueron más que listos, 'relistos' más bien, que fue justamente el nombre con el que la Benemérita bautizó las investigaciones: el 'caso Relisto'.

La conexión 'Picones'

La investigación en cuestión es una verdera caja de sorpresas, lo sigue siendo desde hace ya varias semanas, pues lo último que se está investigando es la relación que existe entre este caso y otro muy similar conocido como 'caso Picones', que saltara a la luz el pasado mes de junio de 2012 cuando una trama se dedicó a regentar bares en Jerez (ubicados en las inmediaciones del hospital San Juan Grande, en la avenida del Amontillado y en el Pago de San José) y desde ellos realizar un elevadísimo número de presuntas contrataciones para que luego los beneficiarios pudieran, al igual que ahora, cobrar (pasa a la pág. 8)

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