josé mazuelos pérez. obispo de jerez

"Diez sacerdotes más nos vendrían estupendamente en la Diócesis"

  • Asegura que los ordenados saben cuando empiezan a ejercer que "aquí se viene a servir". Los sacerdotes lo son para toda la vida, tan sólo se retiran cuando el cuerpo dice "basta".

Monseñor Mazuelos, fotografiado el pasado viernes en el patio principal de la Casa de la Iglesia de Jerez.

Monseñor Mazuelos, fotografiado el pasado viernes en el patio principal de la Casa de la Iglesia de Jerez. / Pascual

La falta de vocaciones ha vivido momentos peores en la Diócesis de Jerez-Asidonia, a la cual su obispo, monseñor José Mazuelos, considera encaminada "aunque diez sacerdotes más nos vendrían estupendamente". Los curas trabajan y mucho. Hablar de sacerdocio implica entrar en un ámbito tan distinto del civil que a veces cuesta entender a la primera. Al igual que el capitán Miller, en 'Salvar al soldado Ryan', decía a sus hombres en las playas de Normandía aquello de "aquí se viene a morir", monseñor Mazuelos recuerda a los sacerdotes cuando son ordenados "que saben que aquí se viene a servir".

Vaya un dato por delante: un sacerdote tan sólo se considera jubilado cuando, prácticamente, no puede con su cuerpo. "Ser sacerdote es una gracia para toda la vida. Aquí prácticamente nadie se jubila". Hay multitud de ejemplos de curas ancianos que siguen colaborando con las parroquias en las que han desarrollado sus vidas. Un buen ejemplo en Jerez es Ángel Romero Castellano, párroco de San Miguel durante años y una verdadera institución en la ciudad, que sigue ayudando y poniendo su experiencia al servicio de la Iglesia y de los fieles. Así, por ejemplo, Mazuelos apunta el hecho de que el veterano y sabio sacerdote (también con rango de monseñor) sigue ayudando en las nulidades que matrimonios separados solicitan una vez que quieren rehacer sus vidas por separado. "Su experiencia es única", revela monseñor Mazuelos, "los acoge y los informa. También tenemos otros casos en localidades como Rota o Villamartín, donde los sacerdotes, a sus avanzadas edades, se encargan de asuntos tales como la pastoral sacramental", dejando la gestión de la parroquia a los curas jóvenes.

Destaca el prelado jerezano que la labor del sacerdocio es especialmente exigente, pues "el clero joven abarca mucho. Se trata de jóvenes bien formados, la mayoría de ellos con carreras universitarias, que llevan sus parroquias, dan formación, dan clases en colegios, grupos de scouts católicos, la caridad... Literalmente no paran". A una edad avanzada eso ya es imposible. "Así por ejemplo es fácil comprobar cómo los párrocos de la Sierra se ayudan entre ellos" para sacar adelante el inmenso trabajo que tienen por delante.

La media de edad de los sacerdotes de la Diócesis de Jerez no es tan elevada como podría creerse, señala Mazuelos, quien apunta que "aunque tenemos sacerdotes de avanzada edad, la verdad es que la media está por debajo de los cincuenta años". En lo que a vocaciones se refiere considera el obispo que "hay motivos para la esperanza". Se refiere a que mientras el Seminario Menor crece (donde reciben formación los más jóvenes aspirantes a ordenarse) "el Mayor está más flojo". En la actualidad la Diócesis de Jerez tiene diez seminaristas, de los que tres cursan el Seminario Mayor.

Evidentemente hay jóvenes que sienten la llamada del sacerdocio y después dirigen sus vidas a otros derroteros, si bien una de las grandes esperanzas de la Iglesia Diocesana de Jerez radica en las vocaciones tardías, las de aquellas personas que finalmente deciden dedicar su vida a Dios y los demás cuando ya han completado un periplo vital. Entonces el porcentaje de sacerdotes 'exitosos' se dispara.

¿Qué atrae del sacerdocio a unos jóvenes perfectamente formados que, hace unos años, podrían haber sido denominados 'JASP' (jóvenes aunque suficientemente preparados)?

Para responder a esta pregunta José Mazuelos desgrana qué es un sacerdote: "Lo primero que es un cura es un prestador de servicios de urgencia. En los pueblos es el primero al que acuden vagabundos, necesitados y drogadictos en busca de ayuda urgente". "Además -continúa- se trata de un coordinador en educación, en valores, en el respeto a la creación". Otra de las labores que el prelado jerezano destaca del sacerdocio como un factor atrayente es "que el sacerdote se erige en una persona que siempre está dispuesta a ayudar, a mediar... Es un agente de paz", a lo que además se une "su figura como conservador del patrimonio y responsable de conseguir el dinero suficiente para que ese legado permanezca en condiciones, sólido, pintado...". "Y lo más importante -concluye- es quien hace que los fieles puedan encontrarse con Dios".

En otro orden de cosas, el obispo de Jerez apunta que los sacerdotes de su Diócesis no están peor pagados que los de otras circunscripciones eclesiásticas. "Venimos a cobrar el sueldo base y después cada cual tiene labores añadidas, desde clases, a la asistencia a presos en los centros penitenciarios, a enfermos en los hospitales, además de las ayudas que reciben de sus parroquias. Ya se sabe, hay parroquias más generosas y otras que lo son menos". En estos casos hay gastos, como el desplazamiento, que afronta el propio cura.

Lo que tiene claro el prelado jerezano es que "quien se mete a sacerdote no es para ganar dinero. Muchos de nuestros curas si ejerciera las profesiones para las que han estudiado ganarían cuatro o cinco veces más". La media de ingresos por sacerdote al mes viene a estar en la actualidad en unos 700 euros.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios