Una Semana Santa buena para los hosteleros, cara para el consumidor
Consumo
Hostelería de Jerez pide “moderación” ante el alza de precios por la inflación que también afecta al sector
“Nunca vamos a recomendar una subida lineal y mucho menos indiscriminada, pero no queda otra que repercutirla”
Primeros de mes y buen tiempo. Jerez afronta el inicio de la temporada de grandes eventos, la que encadena Semana Santa, Mundial de Motociclismo y Feria del Caballo, con grandes expectativas a la vista de la respuesta de público que han tenido otras convocatorias lúdico-festivas recientes, como la Navidad jerezana y el Festival de Jerez.
"Hay ganas de celebrar, de salir a la calle y disfrutar", señalan responsables del sector turístico, incluidos los hosteleros, que tienen muchas esperanzas depositadas en el próximo inicio de la Semana Santa, primera parada de este viaje con escalas en el que, a priori, todo a rema a favor, salvo los precios.
Como en todo evento multitudinario que ocupa la calle, la meteorología es un factor determinante para el éxito de la afluencia de visitantes, "primordial", según lo describe el presidente de la Asociación Hostelería de Jerez, Alfredo Carrasco, quien destaca el gran atractivo de la Semana Mayor jerezana y la proximidad de la ciudad a las playas del litoral.
Todo suma, el consumo local, que ya mueve mucho por estas fechas, y la afluencia de visitantes, que depende en mayor medida del buen tiempo, indica Carrasco, quien asegura que en Semana Santa no hay tantos problemas como puede haber en Feria para reforzar las plantillas.
Refuerzos sin pasarse de la raya
En Semana Santa, fundamentalmente en el centro, se amplían un poco las plantillas, pero "las dificultades para encontrar camareros no difieren de las del día a día del sector, que suele tirar de los refuerzos que en los primeros meses del año, de menor actividad, tenemos para los fines de semana".
"El problema en esta época del año no es tanto encontrar gente dispuesta a trabajar, sino encontrar profesionales, un problema que afecta a la hostelería, la carpintería, la albañilería, el transporte...", relata Carrasco, no sin recordar que las dificultades para dar con personal cualificado en actividades como la hostelera en la que hay un trato directo con el cliente y para la que se requiere un mínimo de experiencia se remontan a hace tiempo.
El sector carece de datos sobre el número camareros contratados como refuerzos para la Semana Santa, en la que la demanda es muy puntual, ya que como su propio nombre indica, se limita a una semana y se concentra en las horas de la tarde-noche. Además, tras la reforma laboral se penaliza la contratación temporal -28 euros/mes por contrato eventual con una duración de menos de un mes-, por lo que "hay que hilar muy fino y medir bien las necesidades para cubrirte las espaldas sin pasarte".
Ojo con los precios
No en vano, el presidente de Hostelería de Jerez recuerda que, en la actual coyuntura inflacionista, una mala decisión empresarial puede comerse los beneficios y arruinar todo el esfuerzo realizado, más aún cuando los empresarios del sector, asegura, están trabajando con márgenes reducidos ante la subida generalizada de precios.
La inflación hace mella en los bolsillos de los consumidores y de los hosteleros, a los que no queda más remedio que repercutir la subida de los costes de producción, entre ellos la materia prima, alimentos frescos y bebidas, disparados en los últimos meses en proporción similar al alza experimentada por la cesta de la compra.
"Todo ha subido, la hipoteca, los alquileres, los créditos, la luz, el gas... y no queda otra que trasladarlo a las cartas de los establecimientos", sostiene Carrasco, quien recomienda moderación a los hosteleros en la aplicación de las subidas, aunque dentro de unos márgenes razonables para no perder dinero.
"Hostelería de Jerez nunca va a recomendar una subida lineal de precios para aprovechar la gran afluencia de público en Semana Santa y mucho menos una subida indiscriminada; allá cada cual con su negocio", por lo que, frente a posibles tentaciones aisladas, aconseja a los consumidores "mirar siempre la carta de precios para no llevarse sustos".
La Semana Santa, como el coste de la vida en general, saldrá más cara este año, porque todos los precios están altos: la comida, la bebida, los viajes y, como han reconocido en los últimos días las grandes cadenas hoteleras, el alojamiento. Unos y otros acumulan subidas de dos dígitos que, sin embargo, no pueden con las ganas de salir y disfrutar de los ciudadanos, hasta que el bolsillo aguante, pues ya son muchos los meses de castigo que viene soportando.
Y si el tiempo acompaña, como en principio reflejan los pronósticos, pues mejor para los ciudadanos, tanto jerezanos como visitantes, y también para los hosteleros, que a la conclusión de la Semana Santa cambiarán la túnica de penitente por el mono de motorista, y luego por el traje de corto o de gitana.
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