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La sequía pasa factura

  • Las pérdidas en cereales de secano y miel serán históricas · En las explotaciones de ganado extensivo, el sobrecoste llega a 2.500 euros al mes por la falta de pastos

La sequía más aguda de los últimos 50 años pasa factura a las doscientas mil hectáreas de cereales de secano sembradas en la provincia de Cádiz y a las más de sesenta mil hectáreas de girasol que se quedaran sin sembrar, así como a las explotaciones ganaderas de vacuno, ovino y caprino. La ausencia de lluvias desde el pasado mes de noviembre ha provocado ya una pérdida media de rendimientos cercanos al 80 % en las siembras de cereales de invierno (trigo, cebada, avena, centeno), pudiendo alcanzar a la pérdida completa de la producción.

En 2005, año de sequía, la reducción en la producción fue superior al 50 %. De mantenerse la falta de lluvias en las próximas semanas, la estimación inicial para la cosecha de 600 mil toneladas podría quedarse por debajo de las 100 mil en el mejor de los casos.

En ganadería extensiva, la práctica inexistencia de lluvias a partir del mes de noviembre ha provocado que una parte importante de los cultivos destinados a la alimentación animal haya tenido un desarrollo poco satisfactorio y muy desigual, con problemas de nascencia de las semillas y gastos en abonado y mantenimiento que no han obtenido los resultados previstos. Por otro lado, las escasas precipitaciones producidas durante el mes de enero no han sido suficientes para corregir la situación actual, que se complica por las heladas de los primeros días de febrero y los fuertes vientos que contribuyen a secar aún más los pastos.

Las consecuencias económicas están siendo muy importantes en las explotaciones ganaderas. Ante la falta de hierba, los productores han tenido que suplementar al ganado con piensos y forrajes, con un alto coste difícil de asumir. De manera orientativa, el coste extra por vaca adulta ronda 1,20 euros al día y el del ganado ovino y caprino, alrededor de 0,15 euros por animal y día. Esto se traduce en un sobrecoste mensual (en explotaciones de tamaño medio) de mil quinientos a dos mil euros en el caso del vacuno de carne y en la orquilla de dos mil a dos mil quinientos euros en el caso de los pequeños rumiantes.

Otro de los sectores más afectados es la apicultura. Si no llueve con regularidad la pérdida del 100% de la cosecha de miel y polen de primavera por la precariedad de las floraciones será una realidad. Asimismo, los costes en la actividad han aumentado al tener que aportar a las colmenas alimentación para su mantenimiento.

En el caso de los cultivos de regadío, los efectos de esta sequía son indirectos, derivados del incremento en los costes de la energía. También hay que reseñar que la sequía provoca un empeoramiento general en la calidad de las aguas de riego, así como efectos derivados de la propagación de plagas y enfermedades, que aumenta durante estos periodos de fenómenos meteorológicos y la pérdida de producción por frío.

La falta de lluvias también repercutirá en la planificación de la siembra de primavera, tanto de oleaginosas, cultivos hortofrutícolas y herbáceos, especialmente maíz. Los cultivos leñosos, tales como el olivar y viñedo, también notarán los efectos de la sequía, debido a que la falta de agua provocará un estrés hídrico, debilitando la planta, lo que repercutirá en su normal crecimiento.

Ante este escenario, desde COAG -CÁDIZ creemos necesario empezar a contemplar una serie de medidas para paliar los efectos de la sequía en el campo como la creación de una Mesa de la Sequía con la participación de todos los sectores y de las administraciones afectadas, aprobar una reducción de módulos del IRPF por circunstancias excepcionales para los sectores agrícolas y ganaderos afectados, la financiación y bonificación de préstamos, exenciones en el pago de las cuotas de la Seguridad Social e Impuesto de Bienes de Naturaleza Rústica.

Por otro lado el sector ganadero requiere medidas más específicas que palien el sobrecoste del transporte del agua, del pienso, la paja y forrajes para la alimentación del ganado; y la equiparación definitiva del IVA compensatorio del sector ganadero al sector agrícola.

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