De rejoneadores de dinastía

Por la silla vacante del rejoneo jerezano

  • El sábado torea en el festival de La Puebla del Río, que organiza Morante, quien puede ser en los carteles el nuevo rejoneador de la familia jerezana de figuras de la lidia ecuestre

Pablo Guerrero Domecq, rejoneador que se anuncia en los carteles como Pablo Domecq.

Pablo Guerrero Domecq, rejoneador que se anuncia en los carteles como Pablo Domecq. / Pascual

Ha toreado en público, en festivales, en varias ocasiones y el sábado rejonea en La Puebla del Río, en el festival en honor de San Sebastián que organiza Morante. El mundillo taurino está alerta con el nuevo rejoneador de la dinastía de ese apellido.

Pablo Domecq es un joven estudiante de Administración y Dirección de Empresas que comenzó a montar a caballo muy niño: “En Los Alburejos imagínate. Allí monta hasta el apuntador. Empecé de niño cuando mis padres o mis tíos me montaban delante. Quizás empecé un poquito tarde cuando a los diez años me llevaba mi tío Eduardo a los correderos. Soy muy aficionado al acoso y derribo y con esa edad empecé a derribar. Empezó a gustarme y a partir de ahí los veranos, y si sacaba buenas notas, me iba con mi tío Antonio por ahí de corridas, viajando en el camión y de mozo. Hasta que un día, en un tentadero, me sacó a la plaza”.Eso es empezar desmontado, desde abajo:“Bueno tampoco me exigían. Pero sí, fui caballicero. Me gustaba viajar y conocer porque he sido muy curioso siempre. Estuve con mi tío Antonio dos veranos de mozo. Así con el acoso y lo que toreaba en el campo empecé. Me gusta mucho derribar en el campo y correr vacas a campo abierto. Acosando voy con Juan Cid siempre de amparador”. El rejoneo y el acoso no son sus aficiones únicas: “Me gustan las liebres, ahora se está corriendo el campeonato de La Janda. El domingo es la final, en Los Alburejos. Estamos muy contentos porque la perra de mi tío Álvaro ha llegado a la final”.Bisnieto de Álvaro Domecq Díez, sobrino nieto de Álvaro Domecq Romero, sobrino de Luis y AntonioDomecq y primo segundo de Fermín Bohórquez Domecq, el apellido no basta pero fluía el aprendizaje: “En las tientas salía mucho porque mi tío Álvaro me decía que saliera. En 2012 se hizo el primer festival de Manolito Maestre y se planteó la idea de que lo toreara, se celebró pero no lo toreé. Me quedó el resquemor de que había que torearlo y en el 2013, lo toreé y salió bien la cosa. Volví a torearlo en el 2014 aquí en Jerez y toreé en Fascinas con Fermín y Ribeiro Telles. Me fue bien la cosa y estoy muy contento”.

Debe de dar vértigo montar con esa carga familiar :“Claro que da vértigo ponerte delante de un animal de esos, pero es muy bonito. Se viven ahí delante unas sensaciones que se unen además a la serie de valores que revisten todo lo que es ese mundo del toro bravo y del caballo. Sobre todo, la educación hacia el toro y hacia el caballo. Ese respeto y las sensaciones y experiencias que se viven hacen que esto sea para mi muy agradecido pese a que tiene su parte dura. Estoy viviendo un momento muy bonito y disfrutándolo al máximo. Es un mundo muy sacrificado pero muy bonito. A mi me gusta”.

Cada jinete de su apellido tiene un estilo de torear y distinta creatividad:“Quisiera tener lo bueno de cada uno incluso casi lo malo. Para mi son cuatro grandes figuras junto con Fermín también, y de ahí intento captar algo de cada uno. Nunca están todos a la vez y cuando estoy con Antonio intento coger lo bueno de Antonio, cuando estoy con Luis lo bueno de Luis y mi tío Álvaro me enseña mucho. Es un hombre con carácter que te dice cuatro cosas, pero qué cuatro cosas. Y la gente de la casa: Juan Cid, Domingo Flor... de toda la gente que hay allí aprendo mucho. Ahora que si tiro para un lado o para otro, no sabría decir: intento marcar mi terreno y ya se verá como soy”.

La alternativa es un sueño: “Queda mucho que trabajar, poco a poco. A ver por donde vamos saliendo y el tiempo dirá si hay, si no hay, dónde, cuando y cómo

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