El empresario José María Ruiz-Mateos acudió ayer a las Bodegas Garvey, acompañado de buena parte de la familia, para participar en la presentación del denominado 'Carrusel Conde Garvey' que paseará estos días por la Feria del Caballo. Tras algunos años de silencio, su visita a la ciudad sirvió para dejar claro que, pese a que no se prodiga mucho en público, "yo tengo una devoción especial por Jerez y sus costumbres, por su riqueza inconmensurable en muchos campos. Pero como me dedico a trabajar, porque no sé hacer otra cosa, pues no aparezco mucho". Se mostró, además, "muy feliz y contento" por coincidir con el nuevo equipo de Garvey y aprovechó la ocasión para destacar que "han sido seleccionados entre los mejores. Se van a potenciar nuestros productos por toda España con vendedores por todo el país y por el mundo, haciendo una inversión muy grande".

Ruiz-Mateos, junto a su esposa Teresa Rivero y tres de sus hijos, no dudó en alabar la ciudad pero reconoció también que "Jerez no atraviesa el mejor momento, pero el jerez es universal y único". Como ejemplo, recordó que en Garvey, con más de dos siglos de existencia, "han pasado por baches, vientos de cierres, por dificultades, por guerras, por crisis… Y sin embargo está en pie. Eso no pasa más que con el vino de Jerez, que está a la altura de los mejores del mundo". El empresario roteño aseguró que tiene confianza en el presente pese a que "el momento no es fácil, pero entonces hay que poner más empeño, más entusiasmo". De hecho, él mismo reconoció que "algunos dicen que por qué invertimos tanto en Jerez si está en una situación que no es la mejor. Pues precisamente por eso, porque tenemos confianza y fe". Así, recordó que toda su familia es precisamente jerezana y él, aunque nacido en Rota, "soy hijo adoptivo de Jerez". Reiterando sus primeras palabras de apoyo a la ciudad, José María Ruiz-Mateos aseguró que pese a vivir en Madrid "amamos a Jerez, y dedicamos mucha atención, mucho apoyo y mucha colaboración. Y en nombre de Teresa Rivero, hay una Fundación aquí que hace una labor muy importante y no nos duelen prendas, estamos contentos y satisfechos, Jerez lo llevamos en el corazón y en el alma". Aún así, adelantó que no tiene pensado ir al Real del González Hontoria, porque "no soy feriante, me gusta lo que hago a escondidas", dijo, en alusión a su labor empresarial.

Por último, y pese reconocer que la ciudad no atraviesa el mejor momento económico, Ruiz-Mateos recordó cuál es la labor permanente de un empresario: "Crear y mantener puestos de trabajo. Cuando compramos una firma a una compañía, nunca jamás echamos a nadie". Para despejar dudas, incluso citó algunos casos vividos en Nueva Rumasa: ¿Saben por qué llegamos a un acuerdo con los americanos para comprar Apis? Porque había varios postores, pero todos querían reducir los puestos y nosotros dijimos que del trabajo no se discute, todo para nosotros". Casi similar, según manifestó, de cuando llevaron a cabo la compra de la firma láctea Clesa: "Eran 1.200 personas y uno dijo que sobran 400. Entonces yo dije que "sobra el que lo está diciendo".