El 'skyline' de los tiempos
Iniciativa
La Biblioteca Municipal invita de nuevo a los jerezanos a conocer la ciudad desde su azotea con las curiosas explicaciones del historiador Juan Luis Sánchez Villanueva
Si ocurre que la vista se cansa de mirar tanto el ordenador, empiezan a picar los ojos, se inicia el lagrimeo y llegan las molestias, los oftalmólogos recomiendan mirar a lo lejos, al horizonte, asomarse a la ventana o salir al balcón e intentar llevar la mirada más allá del horizonte. Si es éste su caso, o no, lo mismo es, porque va a disfrutar igual con el regreso de la actividad ‘Desde el mirador de la Biblioteca’. Un descanso para sus ojos, una experiencia para el corazón.
Y la cosa es que si hace 750 años se hubiera podido sobrevolar la ciudad, se verían alminares en lugar de torres o espadañas. Aquellas mezquitas fueron sustituidas por iglesias como la Catedral, San Dionisio, San Mateo, San Lucas, San Juan y San Marcos. Es de los primeros detalles en los que el doctor en Historia por la Universidad de Cádiz Juan Luis Sánchez Villanueva profundizará en la II edición de esta iniciativa municipal. Una explicación de Jerez desde la azotea de la Biblioteca Municipal que se celebra por segundo año consecutivo, los días 30 de abril y 7 de mayo, a las 11 de la mañana. Una cita en la que el participante descubrirá los monumentos y lugares más representativos que se observan desde este espacio. Un skyline que no hay que perderse.
Pero primero, este ilustrado guía hará una introducción del edificio en sí, para cuya construcción se tiró una serie de viviendas, allá por el siglo XIX. En una de esas casas de vecinos vivía Carolina Soto y Corro, la primera mujer que funda y dirige una revista, ‘Asta Regia’. Poetisa y dramaturga que con 27 ó 30 años se marcha a Madrid, donde triunfa y tiene mucho predicamento. Todavía se notan en la fachada las letras de Banco de España, como primera función del edificio -construido por Francisco Hernández-Rubio en 1910-, junto a las de Biblioteca Municipal que antes de su traslado estuvo en el Cabildo Antiguo. Un lugar en la conocida hoy como plaza del Banco, en la que antaño estaba el convento y hospital de San Cristóbal, que es derribado tras la revolución de 1868. Queda entonces una explanada que se convierte en el Teatro Eguílaz, un poeta y dramaturgo de popularidad en el Madrid de la segunda mitad del XIX, nacido en Sanlúcar y educado en Jerez. Luego pasó a llamarse Teatro Echegaray.
El historiador analizará además, como ya hizo el pasado año, algunas de las veletas que giran llevadas por el viento y que adornan los tejados jerezanos. Como aquella que luce una chica con un ramo de flores, un barquito, la que está acompañada de una cigüeña de plástico, una lira, o el cordero agachado con las iniciales de los sacramentos... “La veleta se le ocurrió el Papa Nicolás en el siglo IX, como homenaje a San Pedro con el típico gallo, que ha dado lugar a miles de creaciones”, cuenta Sánchez. También habrá lugar para explicar las espadañas, que se construyeron casi todas tras el terremoto de Lisboa de 1755 y la mayoría de ellas fueron planteadas por la arquitecta familia Vargas.
Aunque ésta es la segunda edición, el objetivo es remozar la azotea de la Biblioteca para establecer esta actividad de forma permanente. Para asistir será necesario apuntarse en la misma Biblioteca con antelación y se recomienda acudir con prismáticos o cámara de fotos. El cupo de asistentes es de unas 30 personas. La actividad es gratuita.
El apartado más amplio de la jornada estará dedicado a la identificación y comentarios de los edificios emblemáticos, con explicaciones históricas y artísticas como la Catedral, San Marcos, San Juan, Santiago, Las Reparadoras, San Mateo, la Torre de la Atalaya, Torre del Alcázar, el Instituto Santa Isabel de Hungría, la Antigua Compañía, el Villamarta... Y cómo no, también se comentarán varios edificios particulares conocidos como El Gallo Azul, la antigua Caja de Ahorros de Jerez, las chimeneas de la antigua fábrica de botellas, ‘la gallina blanca’, el antiguo cine Maravillas... Y menos conocidos, como la sede de la UNED o la casa natal de Miguel Primo de Rivera, proyectada por Aníbal González, hoy abandonada, como ocurre con tantos edificios y espacios del centro y casco histórico jerezano. Una vivienda que el Ayuntamiento compró a su propietario, con un jardín cedido en parte por el Banco de España, y que durante un tiempo fue conservatorio municipal. El Consistorio la adquirió para regalársela. Se la entregó el 28 de septiembre de 1929. Su nieto, Miguel Primo de Rivera y Urquijo, nieto del anterior y alcalde de Jerez, la devolvió a la ciudad. También se hablará de lugares curiosos como las torres miradores de la calle Carmen, 4 y de San Marcos, 1.
Pero no todas las vistas desde la azotea de la Biblioteca son agradables. También se hablará de elementos incordiantes del paisaje como antenas, o de estética dudosa como altos bloques o chimeneas. Elementos disonantes con menos simpatía como moles de cemento o ladrillos.
Durante el recorrido, los asistentes podrán comprobar a través de un grabado de 1870 colocado en un caballete (imagen superior de esta página) lo que hoy está y antes no, o los elementos que estaban en el grabado y en la actualidad no. Tal es el caso de Las Reparadoras, que no existían entonces, entre otros muchos apuntes. Una obra que representa al detalle el Jerez de la época y que asombra por los curiosos cambios sufridos por la ciudad a lo largo de las décadas.
Una iniciativa que se puede trasladar a otras muchas azoteas de la ciudad. Porque ‘Desde el mirador de la Biblioteca’ bien podría ser el balcón de cada uno, o la ventana de cada casa. Una forma de apreciar el horizonte jerezano, otra manera de ver la ciudad. Es ser por un momento los ojos de esas veletas de acero.
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