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Arqueología

Un templo llamado bodega

  • El profesor Diego Ruiz Mata busca rescatar un espacio del siglo III a. C. dedicado al vino en la Sierra de San Cristóbal

El profesor Diego Ruiz Mata. El profesor Diego Ruiz Mata.

El profesor Diego Ruiz Mata.

Allí, donde se veían muros... Todo ocurrió de manera casual, cuando el investigador Diego Ruiz Mata estaba excavando con un equipo la zona de Doña Banca y la Sierra de San Cristóbal, donde ya había trabajado en 1985. Vieron que todo aquello era un conjunto de muros y muchos de ellos estaban aflorando en los cortes de la cantera, que estaba al aire libre. Lagares, almacenes, templos... hablaba de una bodega completa, la más antigua del mundo (siglo III a. C), aquí al ladito.

Catedrático de Prehistoria y presidente de la Fundación de Estudios Fenicios Mediterráneos (FEFeMe), el profesor Ruiz Mata destaca que esta bodega “es un hito, al igual que lo es Doña Blanca en el mundo fenicio, reconocido en todo el mundo aunque aquí no. Sí lo es porque hay dos tesis doctorales en Harvard, la primera universidad del mundo, sobre este yacimiento, así como en otras partes del mundo”.

Meses de excavaciones, mucha gente involucrada, y se exhumó la bodega. Luego se tuvo que tapar “porque no sé a qué mente se le ocurre que aquella zona podía ser para motocross, una zona arqueológica que es BIC, Monumento Histórico desde 1981... Y se tapó mal, sin cuidado. Lo que queremos ahora es exhumarla, valorarla y que sea como un símbolo del Marco de Jerez, del vino, como la primera bodega completa que se conoce del mundo. Y es una realidad. Que el vino llegó con los fenicios se sabía, pero una bodega completa, no. Sólo se conocían partes, sobre todo la relación al rito, al templo ha sido extraordinariamente importantísimo porque nos vincula ya con un tema religioso, además con una zona específica para el pisado de la uva con ese carácter religioso y delante de una divinidad que es un betilo, otra cuestión que ha trastocado todo lo que conocíamos acerca de la religiosidad”.

La bodega fue excavada en el verano y otoño de 1991, bajo la dirección de Diego Ruiz Mata, en el proyecto sobre la ciudad fenicia del Castillo de Doña Blanca y su entorno, dirigido en su totalidad por él y su equipo de la Universidad Autónoma de Madrid y Cádiz. “Constituye en la historia del vino -insiste- uno de los hallazgos arqueológicos más importante. Y desde luego es la única completa existente en el mundo. Una noticia que debe tener alcance internacional, sin dudas. El gran referente del vino en Occidente y en el Marco Jerez-Xerez-Sherry. Novedad en los estudios del vino y su origen”.

Perteneciente al siglo III a. C., se abandonó hacia el 215-210 a.C. Posee una extensión de casi 2.000 metros cuadrados. Se hallan lagares perfectamente conservados en su momento de excavación, almacenes para albergar ánforas de vino, zonas abiertas con hornos para la elaboración del vino afrutado, zonas de prensas, patios y espacios cerrados, entre los que destacan tres espacios de carácter religioso, unos ya estaban junto al lugar sagrado donde se pisaba la uva delante de una deidad betílica, con su habitación oracular, otra zona sacra con su favissa o pozo para el depósito de materiales cerámicas empleados para el simposio ritual, provisto también de su oráculo, y un tercer templo con atrio de entrada, patio abierto donde se exponía una deidad betílica y en una habitación anexa la trilogía betílica, consistentes en tres pilares adosados a la pared. En suma, todos los elementos productivos, de almacenaje y sagrados que ayudan a explicar cómo era la elaboración del vino y su aspecto religioso.

Una manifestación única en el mundo, que se halla completa, y que produjo el líquido más preciado por el hombre, el vino, y que constituyó desde entonces uno de los productos que han dado fama a la zona del Marco de Jerez. Hay que destacar que en la actualidad se elabora una tesis doctoral en la Universidad de Sevilla sobre las formas cerámicas abiertas halladas en este conjunto, que dirige también Diego Ruiz Mata y el doctor Eduardo Ferrer Albelda, catedrático de Arqueología de esta universidad, así como sobre textos griegos y romanos, matriculada en la Universidad Autónoma de Madrid, junto al doctor Adolfo Domínguez Monedero. Asimismo, Ruiz Mata prepara una amplia monografía sobre la bodega y todos sus elementos productivos, comerciales, rituales y religiosos.

¿Cuáles son los objetivos ahora? La exhumación completa de la bodega, su restauración y valoración para su visita y disfrute, acompañado de un Museo sobre la Historia del Vino en época antigua (desde sus inicios a época romana), de una gran riqueza y significados. Un elemento primordial del Parque Cultural, Arqueológico y Lúdico en el que trabaja FEFeMe y diseñado por el profesor Ruiz Mata.

“Hallazgos y trabajos así -apunta Ruiz Mata- prestigian la historia de una ciudad, de una región y de un país. En la cima de la Sierra de San Cristóbal se verá uno de los vestigios patrimonio de la humanidad. El vino lo es. Y esta bodega también”. Ruiz Mata advierte de la necesidad de recuperar este espacio por parte de entidades privadas y públicas, “para luchar contra el paro en la provincia y que además no ocurra como sucedió con Mesas de Asta y la destrucción de 40 hectáreas de necrópolis, en los años 1990-91, de lo que no se habla nunca. Si se hubiera excavado bien ahora Jerez sería el museo prerromano funerario más importante”.

Es su deseo que el Marco de Jerez-Xerez-Sherry alcance la importancia histórica mundial que le corresponde con la excavación y publicación de esta bodega, su valoración y museo. Para ello habrá que implicar a instituciones, Administraciones y todos aquellos agentes relacionados con el vino “porque va a ser su símbolo, su santuario, algo irrepetible”.

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