Más títulos buenos para regalar

Regalar libros está muy bien y en mi particular espacio de comunicación vengo año tras año apoyándolo. Pero también reconozco que regalar un libro que pueda ser un peñazo (que los hay) es más un disgusto que una alegría: tener que leerte ese libro porque te lo han regalado y luego dar cuenta de ello es casi un martirio. Por eso es muy importante regalar libros con éxito y ese es nuestro objetivo desde estar recomendaciones.

Recomendaciones que, por otra parte, se nos hacen muy fáciles desde esta sección porque, ya que están conectados para leernos aquí, os ofrecemos muchos enlaces que van a contribuir a argumentar más la selección que os proponemos.

Y empezamos con dos álbumes premiados.

“El hombre que quiso conocer la luna” es el Premio Internacional de Álbum Ilustrado 2012 que convoca y publica la editorial Edelvives. Su autora, Elena Muñoz Sacristán, firma como Elena Hormiga y fue la primera sorprendida por el premio dado que se presentaba al concurso como parte del ejercicio de ensayar para ver si era capaz de llevar a cabo un buen proyecto de álbum ilustrado. Y ya lo creo que lo consiguió, plasmando lo que era una antigua y exótica leyenda, con sus particulares añadidos y mezclas, en unas ilustraciones llenas de fuerza donde se alteran las proporciones para crear una intuitiva perspectiva, se combina una reducida gama de colores junto con el negro o el blanco, además de las tramas que sirven de fondo y que, junto al tipo de papel, ofrecen un conjunto de texturas que vienen a completar la idea de la historia: la búsqueda de la verdad y los matices que encontramos por medio. En la página de rtve encontramos una jugosa entrevista con la autora.

El otro álbum premiado que ofrecemos como magnífico regalo con todas las expectativas de éxito es el Premio Internacional Compostela de álbumes ilustrados, en su séptima edición, en su quinta edición. Se trata de “Bandada” de los artistas mexicanos María Julia Díaz Garrido y David Daniel Álvarez Hernández que presentan una visión de la humanidad con un texto mínimo y una ilustraciones máximas, a lápiz, impactantes, completas, definitivas,… El libro nos cuenta cómo surgió el progreso y como se desvirtuó (con el exceso, la envidia, la guerra,…), para dejarnos una puerta abierta a la esperanza. Y todo ello con la metáfora de cambiar personas por aves, esas que tienen la facultad de volar y que parecen dejar de entenderlo en este libro, como en la realidad les pasa a las personas. Magistral. El libro regala una lámina que reproduce la ilustración de la cubierta. En la web de la editorial y aquí podemos ver imágenes del libro y reseñas de los autores.

Pasamos ahora a unos libros con una tónica común que es el humor. Por un lado los dos títulos de Coolman y yo: el primero con el título de la serie “Coolman y yo” y el segundo “Sálvese quien pueda”. Es tanta la confianza en su éxito que ha puesto la editorial Algar que la presentación se hizo con regalo de antifaz (como el del superhéroe Coolman) y todo y de ahí a la publicación de un blog específico para estos libros y personajes donde se nos presentan, nos invitan a concursos (muy interesante el que está abierto con una Tablet como premio), sabemos de su autor y de su ilustrador (Rüdiger Bertram y Heribert Schulmeyer, respectivamente) y hay una justificación para padres del valor de estos libros. Pero, con todo ello, las historias de Kay y su “amigo invisible” (un amigo imaginario a pesar de que el chico ya tiene 11 años) son muy divertidas, las situaciones peliagudas, y la dinámica del libro (con una narración interrumpida con frecuencia por viñetas de comics que continúan la historia) hacen que estos sean unos libros muy recomendables, especialmente para 4º, 5º y 6º de Primaria.

Por otra parte, de los libros de Rico y Óscar tenemos ya tres títulos en el mercado, que se pueden leer en el orden que se quiera pero mejor en el orden en que aparecieron: “Rico y Óscar y el secuestrador del súper”, “Rico y Óscar y el misterio del bingo” y, por último, “Rico y Óscar y los ladrones de piedra”. Esta trilogía del escritor alemán Andreas Steinhöfel, está publicada en España por la Editorial Bruño que dedica una “pestaña” en su blog en el que encontramos mucha información así como reseñas de estos títulos. El primer título fue Premio Nacional de Literatura Infantil en Alemania y es de esos premios más que merecidos: la pareja de Rico y Óscar es completamente distinta, son los antihéroes con sus defectos y sus problemas, dentro de un ambiente completamente cotidiano y con unos personajes secundarios que no por especiales son menos creíbles. Las disparatadas historias tienen esa mágica particularidad de ser muy verosímiles y el tratamiento cargado de humor los hace unos libros deliciosos para los mismos grupos que apuntábamos con los títulos anteriores.

Por último vamos a recomendar unos libros de poesía muy particulares. Son los de la Editorial El Jinete Azul, que cuenta con cuatro títulos en el mercado. Y decía que muy particulares porque siendo libros, en principio, de literatura infantil y juvenil, tienen un público muy amplio; porque es una edición muy cuidada en la que la ilustración ocupa un papel muy importante con la selección de artistas y sus trabajos, al dibujo o el fotomontaje; porque es una colección amable para el tacto, que argumenta contra las ediciones digitales, por ese otro sentido que estimula; incluso, podríamos decir, que el resbalar de las solapas (en las que se recogen las semblanzas de los autores) nos da ese sonido que acompaña a la palabra que se nos cuenta. Y por elegir un título, señalaría “El lenguaje de las cosas”, de la escritora chilena María José Ferrada, con ilustraciones de Pepe Carrió. Este libro concretamente riza el rizo porque, dentro de la colección de ¨poesía”, lo que encontramos es una prosa lírica, una suerte de texto sin justificarse a la derecha que no se corresponde con renglones ni con versos, o tal vez con ambos. En conjunto nos encontramos con un paseo sobre esa vida que poseen los objetos cotidianos que nos rodean, vida que se muestra en metáforas entrañables, en guiños de ternura, en inteligentes símiles y, de cuando en cuando, en esas interrogaciones como las que Neruda se hacía en el Libro de las preguntas.

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