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Celebración del Día de Todos los Santos

Una tradición firme e inexcusable

  • Miles de jerezanos confluyen en el cementerio de La Merced para rendir tributo a sus difuntos el día 1 de noviembre · La crisis y la subida del IVA se hace notar en los negocios que rodean esta festividad

"Cuando se es mayor ya no apetece venir, pero es una obligación, la conciencia te lo pide", comenta María mientras limpia la lápida de uno de sus familiares. Como ella, miles de jerezanos han pasado y pasarán en estos días por el Cementerio Nuestra Señora de la Merced, que ayer era un auténtico reguero humano.

Los pasillos del campo santo eran un ir y venir de cubos, balletas, escaleras y como no, flores, sin duda el instrumento más utilizado para recordar a aquellos que se fueron pero que no han sido olvidados por los que aquí quedaron. "Desde el lunes ha ido viniendo la gente, pero a cuentagotas, el mayor número, y es algo que pasa todos los años, suele venir el día 1 y por supuesto el día, cuando se celebra la festividad", relata Sebastián Ramírez, responsable del cementerio jerezano.

Personas de todas las edades se congregan en un recinto en el que, de una manera u otra, se respira respeto, un respeto que a veces se transforma en silencio, otras en soledad, y otras tantas en algarabía. Aún así todos tienen un punto en común, el recuerdo a sus fallecidos.

"Me duele todo, pero tenía que venir", cuenta Juana, que pese a moverse con difultad va una y otra vez, cubo en mano, hacia la fuente más próxima mientras uno de los operarios le espera, subido en una escalera, para terminar de adecentar la lápida de su marido que se encuentra en la parte alta de los bloques de nichos.

A pesar del sentido religioso de las fechas, el negocio surge en este tipo de acontecimientos y todo lo que entorno a él se genera. Sin embargo, "este año es distinto", señala uno de los taxistas que pacientemente espera una carrera. "Reconozco que otros años se ha ganado dinero, pero este no sé qué pasa que llevo aquí toda la mañana y sólo he hecho un servicio", lamenta.

Es la crisis, la tan manida crisis que también ha hecho efectos en un día tan señalado como éste. Lo notan los floristas que pese a vender "un doscientos por cien más que un día normal", advierte uno de los dependientes de la Floristería Miguel y Conchi, "ha bajado bastante la compra. Llevamos aquí desde el sábado pasado y entre la lluvia, que ha echado a mucha gente para atrás y la subida del IVA las ventas han bajado", relata.

"El que antes compraba tres ramos ahora compra dos y si antes se ponían rosas ahora se ponen claveles o flores más baratas", continúa. Eso sí, las flores naturales siguen siendo las favoritas de los clientes "por lo menos este día", admite Manuel mientras adquiere un ramo.

Económicamente hablando, el IVA ha supuesto un incremento de unos dos euros al precio del ramo habitual cuyo precio oscila entre los 20 y los 40 euros. No obstante, siempre está el ramo de flores de plástico, que en su menor versión cuesta unos tres euros.

Pero la crisis también tiene su lado solidario, pues la Asociación de Parados de Jerez lleva a cabo desde el pasado mes de enero una labor sorda, casi desapercibida, pero eficaz. Un grupo de diez operarios, tras acordarlo con el Ayuntamiento, ofrece sus servicios, con escalera incluida, para ayudar a las personas que tengan dificultades para acceder a zonas complicadas del cementerio. "Nos dan la voluntad, unas veces escapas bien y otras no tanto, pero se entiende, la cosa está fatal", dice Rafael, que coordina una actividad que ayer funcionaba a las mil maravilas.

Son el lado humano de un día en el que la espiritualidad y el lado más sensitivo de las personas se aúnan en un mismo punto para no olvidar a los difuntos y cumplir con una tradición ancestral.

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