La vendimia y el trabajo bajo plástico, las actividades del campo gaditano con más riesgo de golpes de calor
Sindicatos y patronales recomiendan extremar las precauciones para "no correr riesgos" y evitar incidentes que en los casos más graves pueden ser mortales
El campo andaluz, en alerta por el riesgo de golpes de calor

El aumento de las temperaturas en los últimos días ha puesto en alerta al campo de la provincia, que acelera la adopción de medidas frente al riesgo de golpes de calor, uno de sus principales desafíos a los que se enfrenta el sector con la llegada de la temporada estival.
La exposición prolongada al sol, las tareas físicas intensas y la falta de sombra en muchas explotaciones multiplican el riesgo de sufrir incidentes, que en los casos más graves llegan incluso a ser mortales.
Por ello, tanto los sindicatos como las patronales del sector primario han puesto en marcha campañas de concienciación con el objetivo de prevenir riesgos laborales durante las campañas de verano. Además, recuerdan que la falta de medidas de protección puede llevar aparejadas sanciones.
Junto a los protocolos de aplicación obligatoria a nivel nacional, en Andalucía y sus provincias es necesario adaptar las recomendaciones a su realidad climática y agrícola. “No es lo mismo una campaña andaluza que en otras zonas”, señalan desde la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG), que defiende la flexibilidad de los horarios como medida esencial. De hecho, en muchas explotaciones, ya se modifican las jornadas para comenzar de madrugada o, en algunos casos, durante la noche, con el apoyo de iluminación artificial.
En Cádiz, una de las zonas más expuestas por la actividad en el viñedo y bajo plástico, el secretario provincial de COAG, Miguel Pérez, insiste en la necesidad de extremar las precauciones en labores manuales como la vendimia o el trabajo en invernaderos. Aunque la mecanización avanza, muchas viñas del Marco de Jerez siguen vendimiándose a mano, por lo que las cuadrillas reclaman poder iniciar las tareas a primera hora o al anochecer, con ayuda de linternas para evitar el calor extremo.
En los invernaderos, el riesgo se multiplica durante las horas centrales del día debido al “efecto lupa” de los plásticos. En el sector de la flor cortada, especialmente en la Costa Noroeste, cuentan con medios para trabajar con luz artificial fuera de la franja más calurosa. No ocurre lo mismo en otros cultivos bajo plástico de la zona, menos tecnificados y donde el responsable agrario pide “sentido común y seguir las recomondaciones”.
Menos mano de obra por la mecanización
“El trabajo en el campo ha cambiado mucho”, explica Pérez, también responsable de Relaciones Institucionales de COAG-Andalucía. La modernización y la menor duración de las jornadas facilitan la adaptación a las distintas campañas y a las temperaturas, para lo que cita como ejemplo la campaña de la remolacha otoñal, característica de la zona sur y que arrancará en próximas fechas, en la que la mecanización ha reducido significativamente la necesidad de mano de obra.
“Antes se hablaba de fatiga y era habitual ver a un trabajador tumbado a la sombra, pero hoy se llama golpe de calor, y es mejor no correr riesgos”, indica.
Desde CCOO coinciden en la importancia de adecuar las condiciones laborales al clima. “La salud laboral es fundamental” ante fenómenos como las olas de calor o frío, frente a las que recomienda el uso de ropa transpirable, gorra, protección solar, y una hidratación continua, incluso aunque no se tenga sed.
En el protocolo firmado en 2023 entre sindicatos y la patronal CEOE, se incorporaron también otras prácticas como la rotación de puestos para evitar exposiciones prolongadas, la reorganización de las tareas más exigentes en las horas más frescas, y la integración de protocolos específicos en los planes de prevención y evaluación de riesgos.
Aunque en términos generales se cumplen los protocolos, los incidentes se repiten cada año. Por eso, tanto desde los sindicatos como desde las organizaciones agrarias se hace un llamamiento a reforzar la vigilancia y no bajar la guardia.
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