La venencia gigante vuelve a estar instalada en la rotonda del Catavino tras más de cinco meses de ausencia. Tras los daños sufridos por la borrasca Bernard, el pasado mes de octubre, la venencia ha sido reparada y reforzada con acero inoxidable para intentar evitar que sufra nuevamente los estragos del mal tiempo.

Desde las diez de la mañana, los operarios municipales trabajaron este martes en la instalación de este símbolo, ante la mirada atenta de muchos curiosos. Tras su instalación se realizaron trabajos de comprobación para verificar su normal funcionamiento. Unas labores que se prolongaron hasta por la tarde. El próximo paso será poner en funcionamiento la fuente.

Tras comenzar su instalación, el delegado de Servicios Públicos, Jaime Espinar, ha subrayado que “la rotonda de la Venencia y el catavino como así la conocemos todos es un símbolo de nuestra ciudad. La mejora que hemos acometido evita que en caso de próximos temporales, dado el refuerzo con acero del interior de la pértiga, se doble y pueda causar males mayores, y al mismo tiempo, hemos dado una imagen más moderna y adecuada al conjunto monumental con pintado de colores más propios del vino”.

Mejora de la popular glorieta

Además de la reparación de la venencia, el gobierno local ha decidido mejorar la estética de la rotonda, cambiando los colores para que la fuente imite a una bota y el agua, al fino. 

Por ello, el exterior ha sido pintado usando el color tradicional de las botas y el vaso de la fuente, con el tradicional color de este vino. Hasta ahora, la fuente había estado pintada por la parte exterior color albero y por el interior en el habitual azul 'piscina'. "Cambiamos el color para asemejarla a una verdadera copa de fino", dijo días atrás la alcaldesa, María José García-Pelayo.

Estos trabajos se suman a los ya realizados a principios de octubre por el Ayuntamiento de Jerez. Fue entonces, apenas unas semanas antes del temporal, cuando se retiraron las letras que conforman la palabra 'Jerez' para colocar otras de acero inoxidable y acabar con la mala imagen que daban las letras mohosas.