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Cofradías

Un camino cargado de Paz

  • El Vía Crucis que organiza la Unión de Hermandades rayó a gran altura en la Catedral con la asistencia de muchos cofrades y con la elegante presencia de la hermandad de Fátima

Imágenes del Vía Crucis de la Unión de Hermandades

Imágenes del Vía Crucis de la Unión de Hermandades / foto © Miguel Ángel González (Jerez)

Los cofrades de la Paz de Fátima pueden descansar tranquilos. Llegó la hora de las hermandades de nuevo cuño para presidir el Vía Crucis de las Hermandades. Y el estreno de la cofradía de la Paz de Fátima ha sido de categoría. Una vez más, las nuevas, saben estar a gran altura. Así lo eligió el consejo y así respondieron los buenos cofrades de la barriada torera de la Constancia y España. Con elegancia y buen gusto.

En una tarde de cielos azules y temperatura agradable, el Señor de la Paz salió de su parroquia para tomar el camino de la Catedral. Muchos hermanos con cirio. Gran parte de la nómina de hermanos mayores que iban acompañando al Señor que es Príncipe de Paz.

La imagen portentosa avanzaba con elegancia en una parihuela que no pudo estar mejor escogida. Jesús Caro y su junta se las ha visto y deseado para encontrar la dignidad necesaria para la imagen del Señor. Y les ha salido bordado. De la sevillana parroquia de San Ildefonso venían las andas, flanqueada por los cuatro faroles que adquirieron los cofrades de las Tres Caídas a la cofradía del Nazareno de El Puerto de Santa María.

Bellísimo fue el encuentro con los alumnos de la Compañía de María. Las blancas voces de los pequeños adornaron aún más si cabe el garbo con el que caminaba el Señor buscando la zona de San Andrés y así conquistar el centro por la alameda de Cristina.

A las ocho en punto hacía su entrada el Señor en la Catedral. Así que dejaron de sonar los músicos de ‘Sonos Angeli’ que estrenaron una pieza compuesta por Santiago Bellido bajo el nombre de ‘Pax Christi’.

Y así se iniciaba el acto piadoso del Vía Crucis con el rezo de las distintas estaciones que han sido escritas por el padre Juan Carlos González del Cerro de la comunidad dominica de la ciudad. El Señor de la Paz fue recorriendo este fervoroso acto por entre las naves del templo con el acompañamiento de la Capilla Musical Catedralícia que con gran solvencia dirige Ángel Hortas Rodríguez-Pascual. Tras las palabras del obispo de la Diócesis, monseñor Mazuelos Pérez, llamando a todo el pueblo cristiano a vivir con intensidad este tiempo de Cuaresma, la comitiva tomó rumbo de vuelta al barrio de la Constancia.

Antes de la llegada al barrio hubo un emotivo encuentro entre dos cofradías unidas por grandes lazos fraternales. Por un lado la de la Paz de Fátima y por otro la Sagrada Lanzada que tiene su sede en la basílica del Carmen Coronada. Entró el Señor ante el gesto de hospitalidad carmelitana. La Reina del Carmelo comprobó la hermosura de su hijo atado, con su túnica morada cuaresmal. El Niño Jesús advirtió de su destino de redención para la salvación del mundo. Al pie de la nave de la epístola, el Crucificado de la Lanzada.

Y tras el encuentro, el reencuentro. En este caso con su Madre que es Refugio de los Pecadores. Preciosa imagen de María que ayer tuvo que echar de menos a su hijo durante toda la tarde. Estuvo presidiendo un camino cargado de Paz.

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