La sequía extrema alcanza de lleno a la campiña de Jerez, donde hay especial preocupación por la situación del viñedo, frente a la que el Partido Popular está trabajando con Asaja-Cádiz en medidas que ayuden a salvaguardar el cultivo por su singularidad y por los problemas que viene arrastrando. 

Responsables del PP, encabezados por su presidenta local, María José García-Pelayo, y de la organización agraria, con su presidente Pedro Gallardo al frente, han analizado el impacto de la sequía sobre el viñedo, que ya en la última vendimia se tradujo en una reducción de entorno al 25% de la producción de uva.

Los populares valoran la posibilidad de que la Junta de Andalucía incluya ayudas específicas para el viñedo en la próxima línea de ayudas contra la sequía, algo que sería "novedoso", ya que el cultivo de la vid "nunca ha recibido ayudas por sequía".

"La sensibilidad del Gobierno de Juanma Moreno con el viñedo es muy grande y estamos convencidos de que habrá buenas noticias para los viñistas", asegura en un comunicado el PP, que coincide con Asaja en la importancia de abrir esta línea de ayudas, ya que "el conjunto de los agricultores y ganaderos están viendo peligrar sus explotaciones a consecuencia de la sequía".

Responsables del PP y Asaja-Cádiz durante la reunión de trabajo para hablar de la sequía en el Marco.

El PP recuerda que el Marco de Jerez asumió en la última vendimia una merma importante de la cosecha respecto al año anterior, "que ya fue malo". En concreto, señala, la última campaña se cerró con datos de pluviometría y de producción muy por debajo de la registrada en 2021 y de la media de los años anteriores.

Los populares se hacen eco de la preocupación de los productores ante el desequilibrio de los precios en origen y destino, ya que mientras que en "cualquier tienda o supermercado, productos básicos como el tomate, la leche o el pan han subido un 25%, 23% o 6%, respectivamente, para el consumidor, los agricultores cada vez reciben menos por esos productos del campo y cada vez tienen más costes".

"El viñedo -apunta García-Pelayo- está sufriendo, además, los efectos de unos elevadísimos costes de producción con un aumento del 270% en energía eléctrica, de entre un 10 y un 20% en maquinaria, un 30% en costes salariales, un 239% en fertilizantes o un 48% en fitosanitarios".

Asaja-Cádiz, en representación de los viticultores, esgrime que "es la primera vez que la viña se ve en la necesidad de pedir este tipo de ayudas ante la gravedad de la situación, que no es puntual de este año, sino que viene arrastrada de años anteriores"