El vino de Jerez se 'adueña' de Sevilla

González Byass presenta la nueva camada de los 'Finos Palmas' en el Palacio de las Dueñas Una cata de las edades del 'Tío Pepe' en un recorrido idílico por la casa palaciega de los Alba

Un venenciador y dos azafatas de 'Tío Pepe', ayer en la presentación de los Finos Palmas en el Palacio de las Dueñas.
Un venenciador y dos azafatas de 'Tío Pepe', ayer en la presentación de los Finos Palmas en el Palacio de las Dueñas.
Á. Espejo Jerez

04 de noviembre 2016 - 01:00

González Byass transformó ayer el Palacio de las Dueñas en Sevilla, propiedad de la Casa de Alba, en una bodega de Jerez con motivo de la presentación de la nueva camada de la 'Colección Finos Palmas', la emblemática y exclusiva antología de estas joyas enológicas, que alcanzan su sexta edición tras una exhaustiva selección y clasificación en bodega a lo que el enólogo de la firma jerezana, Antonio Flores, llama cariñosamente "las edades del Tío Pepe".

Es difícil encontrar mejor escenario para ensalzar la grandeza de estos vinos, protagonistas de una cata vertical -de abajo a arriba- en un recorrido idílico por los patios y jardines de la casa palacio que encandiló a los asistentes, en un acto magistralmente dirigido por Antonio Flores y que estuvo presidido por el vicepresidente de González Byass y miembro de la quinta generación de la familia, Pedro Rebuelta.

Hosteleros, sumilleres, periodistas y blogueros compartieron esta singular experiencia con destacados miembros de la sociedad sevillana, entre ellos el duque de Arjona, Cayetano Martínez de Irujo, quien al término del recorrido confesó haberse emocionado con "una visita muy especial para mí, porque es la segunda vez que vengo tras el fallecimiento hace casi dos años de mi madre -Cayetana Fitz-James Stuart, la última duquesa de Alba- y la primera en 53 años que veo el palacio de fuera a dentro", una "sensación maravillosa" que hizo ayer posible González Byass, cuyos vinos se maridaron posteriormente con productos de la línea 'fine food' de Casa de Alba.

Martínez de Irujo, Rebuelta y Flores recibieron a los invitados con una copa de 'Tío Pepe' en el jardín delantero del Palacio de las Dueñas, momento que aprovechó el enólogo de González Byass para hacer una pequeña introducción de la 'Colección Finos Palmas'16', una selección de las mejores botas de amontillados finos de la bodega de las que se embotellan ediciones muy limitadas.

Los González han contado este año con la colaboración del Master of Wine y Master of Sommelier Gerard Basset para la selección de los Finos Palmas, costumbre ya arraigada en la casa, que en las anteriores ediciones contó con la participación de otros reconocidos expertos en la materia como Jancis Robinson, Anthony Rose, Sarah Jane Evans, Jamie Goode y Michael Schaner.

A partir de aquí, el ganador este año de los títulos al mejor enólogo de España y del mundo de vinos generosos dio rienda suelta a sus dotes de comunicador para, con ayuda del itinerario por las distintas estancias del palacio, transportar a los presentes a la bodega del Tío Pepe con cada sorbo.

El recorrido en sí se inició en el patio de los limoneros, acompañado por el Fino Una Palma, un vino de seis años de edad extraído de las tres mejores botas de las 150 que componen la cuarta criadera de los amontillados finos que se refresca con 'Tío Pepe'. González Byass saca a la venta -en realidad, todo está prácticamente vendido desde la clasificación- tres mil botellas de medio litro de este vino, para cuya degustación Flores escogió ayer los versos de 'Retrato' -Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla,/ y un huerto claro donde madura el limonero;/...-, poema de Antonio Machado, que nació en el Palacio de las Dueñas.

En el patio de la fuente central, el núcleo central de la casa palacio desde el que se accede a la capilla y otras estancias que albergan obras artísticas de incalculable valor, suenan los acordes de la guitarra de Juan Pedro Caravante, La Plazuela por soleares, que dan entrada al Fino Dos Palmas y sus ocho años de edad -con una producción de 1.500 botellas-, mientras Antonio Flores recita 'Cantares' de Manuel Machado -Vino, sentimiento, guitarra y poesía,/ hacen los cantares de la patria mía.../ Cantares.../ Quien dice cantares, dice Andalucía./ A la sombra fresca de la vieja parra,/ un mozo moreno rasguea la guitarra...-

El Fino Tres Palmas (diez años y mil botellas), el del límite de la supervivencia del velo de flor en la frontera entre la crianza biológica y la oxidativa, ocupa el patio empleado en tiempos como almazara con su inmensa boca, que se acompañan con los versos de Alberti y su 'Ángel de las bodegas' -Fue cuando la flor del vino se moría en penumbra/ y dijeron que el mar la salvaría del sueño...-.

El cíclo se cierra en el apeadero, en la fachada principal del palacio, donde el Fino Cuatro Palmas de más de medio siglo de vejez se expresa en toda su plenitud, ya como un amontillado muy viejo del que salen a la calle 500 botellas, acompasado por 'La Saeta' de Antonio Machado -...Oh, la saeta, el cantar/ al Cristo de los gitanos/ siempre con sangre en las manos...-, icono de muchas cofradías, como la del 'Gran Poder', que curiosamente ayer salió en procesión en Sevilla.

Los 'Finos Palmas', como el 'Tío Pepe en Rama', forman parte de la 'Sherryrevolution' o revolución silenciosa del jerez, que tal y como recordó el vicepresidente de González Byass, comenzó hace una década con la apertura del 'Bar Pepito' en Londres, el primer Shery Bar, para acercar a los consumidores jóvenes a estos vinos. "Nos dimos cuenta de que había que innovar, y para ello nos fuimos al archivo histórico de la bodega", explicó Rebuelta en alusión a la tradición centenaria que hay detrás de estas joyas.

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