'Cata Magna' de Valdespino, una oda al vino de Jerez y al histórico pago de Macharnudo
'Casa Martín 1920' de Grazalema rinde culto a la histórica casa jerezana con una cata de 23 vinos dirigida por los enólogos Victoría Frutos y Eduardo Ojeda
'Enoturismo para todos' rompe barreras en el Marco de Jerez

Jerez/“Casa hacedora de felicidad”. Así es como definen Sergio Nieto y María Roldán ‘Casa Martín 1920’, el establecimiento que este jerezano y su esposa regentan en Grazalema, reconvertido desde su reapertura hace unos años a manos de la tercera generación de una familia de hosteleros en un auténtico “bar de vinos de Jerez, despacho de quesos y sala de catas”.
Nieto, Premio Pilar Plá al Emprendimiento 2024, y Roldán han hecho posible su sueño en este rincón de Grazalema, desde el que rinden tributo a los vinos jerezanos a través de sus "catas con alma", como la celebrada días atrás, una oda a la historia del jerez a través de Valdespino, una de las grandes familias bodegueras jerezanas que puso su granito de arena para hacer de Jerez, de sus viñas en el afamado pago de Macharnudo, de sus vinos y de sus bodegas todo un referente universal.
Como ya hiciera su abuelo Martín sirviendo copas de Inocente en los años 50, 60 y 70, la lucha de Sergio Nieto es poner en valor la grandeza de los vinos de Jerez en ‘Casa Martín’, donde el guitarrista Antonio Higuero amenizó la cata de nada menos que 23 vinos de Valdespino y La Guita, dirigida por Victoria Frutos Climent, enóloga de la bodega, acompañada para la ocasión por Eduardo Ojeda, enólogo en el momento de la mudanza de los vinos de esta casa jerezana desde los antiguos cascos bodegueros del centro de la ciudad a las instalaciones de su actual propietario, el Grupo Estévez, en la antigua circunvalación y cofundador de Equipo Navazos, que embotella alguno de estos vinos.

Junto a Ojeda, el acto contó como invitados de honor con Sergio Rivas Romero Valdespino y Sofía Romero Valdespino, además de un nutrido grupo de viñadores, restauradores, historiadores y fotógrafos del mundo del vino como José Manuel Bustillo, Manuel Barea, Paco Barroso...
Para Victoria Frutos, Valdespino no se entiende sin Macharnudo alto, el origen de la calidad de sus vinos generosos, el terruño de albariza blanca que favorece el desarrollo de la mayoría de las vides de la variedad palomino del Marco de Jerez.
Los asistentes disfrutaron de una sesión repleta de guiños al histórico pago jerezano en el que tienen su origen los vinos de Valdespino y a Sanlúcar
Valdespino tenía por costumbre fermentar sus vinos en botas de roble americano, recordó la enóloga durante la extensa cata, en la que los asistentes pudieron comprobar el equilibrio y la franqueza de los vinos seleccionados por Victoria Frutos para la ocasión, desde el Oloroso Solera de Su Majestad VORS que se sirvió de bienvenida al Moscatel Viejísimo Toneles, de los pocos vinos de Jerez que cuentan en su haber con los apreciados 100 puntos Parker, tantos como años tiene la única bota de la que procede.

El resto de los vinos catados completaron el recorrido a través de Valdespino -Valdespino Barrel Fermented 2020, Valdespino ecológico 2023, Inocente, Tío Diego y Palo Cortado Viejo C.P. en distintas etapas de su crianza o de botas exclusivas, Palo Cortado Cardenal VORS- con guiños a sus orígenes -Mosto Macharnudo 2024 y el vino blanco seco de palomino Ojo de Gallo 2015-, y a Sanlúcar -La Guita Magnum 2018, Amontillado Coliseo Valedespino (Bota Nº2), Amontillado La Guita-Tonel Rafael El Gallo, Manzanilla Pasada La Guita y Manzanilla Pasada Media Bota Nº70-, para rematar con la versión más dulce de Valdespino -Oloroso Don Gonzalo, Solera 1842 y Pedro Ximénez Niños-.
Como colofón a esta ‘Magna de Valdespino’, Eduardo Ojeda y Victoria Frutos hicieron un ‘sabrage’ (degüelle con sable) de un espumoso de 2017 con lías bajo las falsetas por bulerías de Antonio Higuero, entre brindis por la vida y la salud de los eufóricos asistentes.
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