Vislumbrar para no quedar anclados

Junio es un mes en el que se conjugan despedidas, incertidumbres e ilusiones. Se vislumbran cambios, iniciativas y reestructuraciones vitales. El ámbito educativo parece invitarnos a descansar tras un intenso curso escolar, pero son días en los que se pasa el trago de los exámenes finales, las Pruebas de Acceso y las tomas de decisiones tras los resultados.

El verano llega y nos impone un ritmo diferente, un cambio de ambiente. Desde los primeros niveles hasta los elevados se organizan fiestas de “graduación” con parafernalias variadas y sensacionales “diplomaturas”.

El entorno necesita de nuestra atención y nos va seduciendo la idea de hacer planes para el futuro a corto, medio y largo plazo.

Lo importante es manejar la información adecuada para orientar vocaciones y emociones, ocupaciones y sensaciones.

Observemos, valoremos y actuemos.

La realidad nos preocupa y el entorno se tambalea en ocasiones, los sueños nos zarandean y la ilusión se dispara (no podemos consentir que se desvanezca).

Sigamos oteando el horizonte aunque la miopía reine alrededor, sigamos trazando rutas imposibles para descubrir el tesoro oculto en los mapas.

No paremos de interpretar tras investigar gráfica y lúdicamente los aspectos conceptuales y formales.

Compartamos inquietudes y reivindicaciones. No nos rindamos.

Gracias a quienes nos han acompañado compartiendo estas páginas durante este curso (y ya van unos cuantos desde que este Suplemento comenzó a publicarse en octubre de 1988). Preparemos contenidos y deseemos suerte a quienes preparan oposiciones, pues la sociedad depende de su éxito o de su reimplementación.

Hasta pronto.