Regadíos

La zona regable del Guadalcacín, en sequía severa, reza para que las lluvias eviten su “ruina total”

Responsables de la Junta y de la Comunidad de Regantes del Guadalcacín durante su reunión en Jerez.

Responsables de la Junta y de la Comunidad de Regantes del Guadalcacín durante su reunión en Jerez.

Los regantes del Guadalcacín tienen el compromiso de los responsables de la Junta de que no se ampliará la restricción del consumo de agua para el riego de sus cultivos más allá del 25% aprobado por el comité de gestión de la sequía en la cuenca del Guadalete-Barbate para el presente año agrícola, que abarca del 1 de octubre de 2022 al 30 de septiembre de 2023.

Tras la declaración de la sequía severa –técnicamente, situación de escasez severa para la zona de regulación superficial Guadalete–, la comunidad del Guadalcacín tiene asumido que los dos mil regantes que la intengran tendrán que apretarse el cinturón esta campaña, en la que confían en la llegada de lluvias más abundantes que contribuyan aliviar su complicada situación y, por qué no, permitan suavizar el recorte, que limita su dotación de agua de poco más de 5.000 metros cúbicos por /hectárea a 3.657.

“Tenemos su palabra –de los responsables autonómicos– de que no bajará más la dotación y, si llueve en condiciones, esperamos que pueda aumentarse incluso en la próxima reunión del comité”, explica el presidente de los regantes del Guadalcacín, Eloy Rocha, quien reza para que la situación no vaya a peor de lo que ya está, porque “aquí no cae ni una pelusa, entre 20 y 30 litros en los últimos días, que apenas sirven de alivio para algunos cultivos ya sembrados”.

Las últimas borrascas han pasado de largo por la campiña jerezana, donde el responsable de los regantes se encomienda a los santos para que la situación cambie, si bien admite que “la cosa pinta muy mal” y muchos agricultores han renunciado a la rotación de cultivos, por ejemplo cereales y hortícolas, con lo que se rompe una práctica habitual en la zona que redundaba en mayores ingresos para garantizar unas rentas dignas a los productores. En la situación actual, los regantes están sembrando cultivos que no necesitan tanta agua, como el trigo o el girasol, y poder así reservar el consumo para otros cultivos más rentables, como el algodón, cuya campaña requiere los 5.000 m3 /ha., que equivale a la dotación total que tiene asignada la zona sin recortes.

“Ni siquiera los cultivos estrella, los más rentables, están garantizados y el que ha sembrado hortícolas como la zanahoria o maíz no puede pensar este año en una rotación de cultivos, como tampoco puede hacerlo el que piensa en esperar a marzo para el algodón, pero es lo que hay, una ruina total que nos puede costar el dinero y el trabajo si no se adoptan soluciones”, entre las que cita una rebaja fiscal.

Para colmo de males, a la imposibilidad de duplicar los cultivos por el recorte del consumo de agua en la actual situación de sequía severa se une el desorbitado incremento de los costes de producción, que en el mejor de los casos se ha duplicado, cuando no se ha triplicado, como ocurre con el recibo de la luz, que según Rocha, ha pasado de entre 180 y 200 euros/hectárea a 600 euros como mínimo.

“El precio de los abonos, de los fitosanitarios, del gasóleo agrícola..., todo ha subido una barbaridad y no salen los números, pero aguantamos porque somos masoquistas y en algún momento tendrá que cambiar, o eso esperamos al menos”, apostilla el presidente de los regantes del Guadalcacín.

Tags

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios