Cameron se consolida como favorito en el último tramo de la campaña británica

Laboristas y liberal-demócratas se disputan el segundo puesto en las elecciones del jueves

David Cameron.
David Cameron.
Judith Mora (Efe) / Londres

03 de mayo 2010 - 05:03

El candidato conservador, David Cameron, se consolida como favorito para ganar, aunque sin mayoría absoluta, las elecciones británicas en el último tramo de la campaña, mientras que laboristas y liberal-demócratas se disputan el segundo puesto del voto popular.

Los tres principales partidos del Reino Unido elevaron el tono, hasta llegar a la descalificación personal, durante el fin de semana previo a la celebración de las elecciones legislativas, que tendrán lugar el jueves junto con unos comicios municipales.

En un artículo en el rotativo The Sunday Telegraph, Cameron describe al líder laborista y actual primer ministro, Gordon Brown, como "una figura menguada" que, lejos de su vieja imagen de "coloso económico y genio político", recurre al miedo y "calumnias desesperadas" para aferrarse "a las llaves del número 10 de Downing Street", sede del Gobierno.

Por su parte, Brown, a quien algunas encuestas relegan al tercer lugar, ataca en The Observer a su emergente rival Nick Clegg, el líder liberal-demócrata, de quien dice que parece más idóneo para "presentar un concurso de televisión" que para dirigir el país.

Clegg, a su vez, aprovecha cualquier oportunidad para desestimar las descalificaciones de sus contendientes como meras tácticas para disuadir a los ciudadanos de votar "por el verdadero cambio".

A cuatro días de las elecciones, el efecto Clegg -con el que el candidato, hasta entonces casi desconocido para el gran público, vio dispararse su popularidad tras el primer debate televisado- parece estar disminuyendo y la última encuesta publicada ayer por el Telegraph sitúa a los liberales en tercera posición.

Así, el sondeo de ICM consolida a Cameron en primer lugar con un 36% del voto (3 puntos más que el martes) y sitúa a a los laboristas de Brown en segunda posición, con el 29%, lo que supone un subida de un punto. Los liberal-demócratas perderían tres puntos hasta quedar en tercer puesto, con el 27% de los apoyos.

Extrapolados al Parlamento, estos porcentajes darían 279 escaños a los tories, frente a 261 a los laboristas y 78 a los liberal-demócratas.

Ello significaría que los conservadores tendrían que gobernar sin mayoría absoluta -les faltarían 47 escaños hasta los 326 necesarios- y los liberal-demócratas podrían ejercer de bisagra en una hipotética alianza con cualquiera de sus rivales.

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