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Elecciones Andaluzas

Fernando López Gil (PSOE): "Cádiz tiene sol, viento, mareas... puede ser referente en energías"

  • El ex senador, que ocupa el puesto número 4 en la lista al Parlamento andaluz del PSOE, lamenta el "abandono" del Gobierno de Moreno Bonilla de la apuesta por la innovación, "una gran oportunidad para la provincia"

Fernando López Gil, en San Fernando.

Fernando López Gil, en San Fernando. / J.A.P.

–Tiene una amplia trayectoria política, pero no ha formado parte del Parlamento de Andalucía.

–He tenido la suerte de que en pocos años he estado en en el Ayuntamiento de San Fernando, en la Diputación y en el Senado. Solo me queda el Parlamento Andaluz para completar el círculo. Me hace especial ilusión. Siempre me ha gustado más el gobierno, me siento más útil, pero esto es una oportunidad para defender a la provincia.

–¿Cómo fue el paso de dejar el puesto de senador, por la situación con Susana Díaz?

–Desde antes de las Primarias ya lo tenía claro. En esto soy bastante alineado con lo que me piden que haga. Juan Espadas me llamó, tuvimos una conversación sobre el partido y las necesidades que había y me planteó el cambio. No tuve problemas, no negocié nada. Casualmente fue para Susana Díaz, aunque era para otra persona en principio, pero las circunstancias fueron así.

–La relación con el secretario general del partido, con el presidente Pedro Sánchez, no ha sido buena desde el principio. No sé en qué punto está ahora.

–Hay gente que está en política, más que para cambiar las cosas, para que no lo cambien a él y en mi caso eso no ha ocurrido nunca. Cuando veo un charco no lo bordeo, sino que me tiro de cabeza: si veo algo que tengo que cambiar lo digo, lo afronto. Ahora vemos en la política autonómica, y provincial en este caso, que es difícil que alguien conozca a un delegado territorial o casi a la delegada del Gobierno. Nadie sabe quiénes son porque no se meten en la friega política de solventar temas. Para lo bueno y lo malo siempre he sido muy reconocido, porque donde he visto un problema ahí he estado. En el caso orgánico, igual. Es verdad que aposté por otras opciones. Se me ha achacado mucho un tuit que publiqué, que fue una equivocación. Uno puede discrepar, pero no hacer ese tipo de exposiciones. Hay compañeros con los que me puedo sentir más alineados que con otros, pero Pedro Sánchez ha demostrado en este tiempo que ha sabido sobreponerse a todas las dificultades –no ha habido nadie que lo haya tenido más difícil para llegar, para estar y para seguir gobernando– y para mí es mi secretario general, mi presidente, al que defiendo con entusiasmo. Que apostara por otra opción es algo normal en un partido democrático. En las primarias fui con Susana Díaz, pero desde que ganó Juan Espadas he trabajado con él desde la lealtad absoluta.

"En las primarias, fui con Susana Díaz pero desde el día que ganó Juan Espada he trabajado con él con lealtad absoluta"

–La relación con Juan Espada, ¿es buena, entonces?

–Es muy buena. Lo conozco desde hace años, desde que era portavoz del grupo socialista en el Ayuntamiento y él, consejero de Vivienda. En mi tarea de viceconsejero de Presidencia, él era alcalde de Sevilla y teníamos un trabajo permanente, sobre todo en temas de subvenciones europeas para operaciones importantes en el puerto y en otros espacios de la ciudad. Somos amigos, aparte de compañeros.

–¿Cómo se presenta la batalla en la provincia?

–Parece que las elecciones van a estar muy reñidas, no solo por partidos, sino por bloques, porque las mayorías han desaparecido. Creo que se necesita un cambio de modelo y de representación, porque hay una gran ausencia de política en Andalucía y en la provincia, y en ese sentido el PSOE ha renovado su lista en Cádiz. Echo en falta a históricos políticos, sobre todo en el partido del gobierno, en el PP, que han tenido una voz muy potente y de defensa de los problemas de Cádiz.

Creo que el PSOE volverá a ser la primera fuerza aquí, incluso subiendo el número de parlamentarios. Todo apunta a una desaparición de Ciudadanos y ese voto se transferirá a otros partidos. Espero que los resultados nos permita afrontar el gobierno de Andalucía, porque hace falta un cambio absoluto en sus políticas.

–Pero las encuestas acercan al PP a la mayoría absoluta.

–Yo estaba en la Viceconsejería de Presidencia en 2018 y no hubo ninguna encuesta que dijera que el PSOE no iba a seguir, pero el PP, con el peor resultado de su historia, gobierna. Lo que dicen las encuestas y lo que pasa después cambia mucho. Hay gente que está menospreciando la maquinaria del PSOE, y cuando la pone en marcha es capaz de movilizar mucho electorado en Andalucía, tradicionalmente de izquierda. En 2018 obtuvimos 500.000 votos menos que cuatro meses después en las generales. Hubo una baja participación. Dependerá de la movilización: si estamos cerca del 60% de media de participación, el PSOE podrá gobernar. Si es más baja, sí tendríamos dificultades. Pero creo que habrá una gran movilización: la gente de la Educación, las mujeres, la gente joven, colectivos de la dependencia, que han visto peligrar algo que eran derechos consolidados en Andalucía. En sanidad el empeoramiento es evidente: antes tardaban tres días para una cita médica y ya te quejabas, ahora son 15 días.

–¿Cómo se afronta el auge de la ultraderecha? ¿Tienen datos sobre Vox en la provincia?

–Tenemos datos y preocupación. Ya pasó en las últimas generales y en las autonómicas que tuvieron una subida. Ahora parece que todavía siguen creciendo, fundamentalmente a costa de la derecha, del PP, y de muchos indignados, personas cabreadas porque lo están pasando realmente mal. Eso nos dice a todos que tenemos que cambiar mucho las cosas, porque la política está para cambiarlas y hacerlas mejor. Entiendo que haya personas que están frustradas o enfadadas con el sistema. Es también responsabilidad de los que hemos gobernado y por tanto el que llegue al gobierno de Andalucía debe hacer todo totalmente diferente: hay mucho que cambiar, y mucho por hacer, porque hay un crecimiento enorme de la desigualdad. Mientras que en la transición democrática todo era construir ascensores sociales para igualar, para que una persona naciera donde naciera tuviera garantizado un sistema médico de calidad o la oportunidad de ir a la universidad; cada vez hay más dificultades. Eso es lo que lidera la ultraderecha: el descontento con la política. Por eso lo miro con preocupación: no solo que vengan ideas que para mí son difícilmente respetables, especialmente cuando tratan de inmigración, mujeres o ciertos valores, sino porque vienen de un desencanto de la política. Es donde tenemos que dar una respuesta los partidos de izquierda.

"Hay personas que están enfadadas con el sistema y quien llegue al gobierno debe hacer todo totalmente diferente"

–Los últimos datos del paro, por el contrario, son buenos.

–El desempleo baja, venimos de una situación de pandemia y estamos en un plan de recuperación económica. Hay que compararlo con hace 4 años y con el resto de comunidades. Andalucía genera más empleo por número de población pero no porcentualmente, sigue con un 42% de tasa de paro juvenil al que el Gobierno del PP no se ha dado respuesta. Moreno Bonilla prometió 600.000 empleos en Andalucía que no solo no han sido reales, sino que hoy por hoy hay más desempleados que cuando llegó al gobierno. Los datos dicen que la convergencia con Europa, en la que Andalucía era la región que más crecía en la media europea, ha descendido al 60%. Algo nunca conocido en los últimos 25 años. Los datos no dicen que la economía en Andalucía vaya como iba en 2019 cuando el PP llegó al gobierno.

–¿Qué necesidades tiene la provincia?

–Estamos en un periodo de enorme cambio y transformación. Son cambios disruptivos y muy acelerados. Nada se hace como antes: ni consumimos, ni nos divertimos, ni las cosas se fabrican como antes... Todo ha cambiado y eso es una gran oportunidad para la provincia si somos capaces de apostar por la innovación. Lo que hoy se está fabricando en China es muy posible que vuelva a fabricarse en Europa, pero de manera diferente: con energías sostenibles, con robotización, con digitalización. Así que o lideramos esa transformación hacia las nuevas formas de producir y consumir o perderemos de nuevo el barco. Hay que producir esas energías diferentes y Cádiz tiene sol, y tiene viento, y tiene mareas, y tiene todo lo que podemos necesitar para convertirnos en una referencia en energía. Su situación estratégica es una oportunidad para el desarrollo. Pero el PP ha abandonado en estos años la apuesta por la innovación. Por ejemplo, el Centro de Fabricación Avanzada está cerrado y era una demanda de Airbus cuando en la provincia iban muy bien, entonces nos decían que o poníamos este centro que diera innovación y un valor añadido a lo que hacían o en unos años cerrarían. Hoy Airbus Puerto Real ha cerrado. No han hecho el centro tecnológico del vino, ni el centro de innovación logística. No han apostado por la formación avanzada en aeronáutica y otros sectores. Hay que apostar por la innovación para atajar el principal problema que tiene la provincia que es el desempleo.

–Ha hablado de energías sostenibles, ¿cómo ha sido la vinculación con la gestión de la Agenda 2030 en el Ayuntamiento de San Fernando? 

–Es una cuestión compleja. Es un tema que me apasiona y en el que ya estaba antes de estar en el Ayuntamiento y en el que espero seguir llevándola aunque sea parlamentario, si la alcaldesa me lo permite, aunque sea como asesor externo. El mundo se enfrenta al reto de cambiar el modelo productivo, el modelo de consumo y el modelo social que tenemos o va hacia una situación complicada. Cada 30 horas aparece un multimillonario más y un millón de personas entran en pobreza extrema. Es un modelo de desarrollo imposible. Que compremos un tornillo en China, que viene en barco a Europa, donde lo montan en un camión para que llegue a tu provincia, después en una furgoneta llegue a tu casa, mires el tornillo y no te guste, lo devuelvas y haga el mismo viaje de vuelta es un modelo imposible. El modelo de consumo energético y de recursos insaciable que no atiende al medio ambiente, ni a la destrucción del planeta, tiene una caducidad absoluta. O somos capaces de controlar que la temperatura del planeta no suba un grado y medio más de lo que ya tiene o ya no habrá vuelta atrás. Tenemos un reto enorme, es el tema más importante que tenemos encima de la mesa.

–No sé si es un discurso que encuentra el vacío o la sociedad se está concienciando.

–Le doy la razón, yo que voy a muchas charlas de esto todo el mundo está en cómo justifica la subvención de la Agenda 2030 o Agenda Urbana, cómo alineamos el plan con un párrafo y otro y los objetivos, más que en decirle a la gente que ya no puede ser así. Hay ayuntamientos que llevan este discurso y al día siguiente sacan una plica para comprar vehículos diésel. Tenemos que cambiar mucho, y hacerlo muy rápido. Y para eso hace falta un gobierno de España y un gobierno de Andalucía que tengan esa sensibilidad. Es el tema principal porque tiene unas consecuencias enormes para el planeta, pero también para la sociedad. El modelo urbano desarrollado donde ha primado el coche, y la economía, y la funcionalidad hace que las personas mayores se queden en su casa o hace que no haya una convivencia ciudadana acorde a las necesidades reales. En San Fernando no se nota tanto pero en grandes ciudades es una cosa abismal. Las ciudades han crecido de manera expansiva y alguien que vive en el extrarradio para trasladarse al trabajo tiene que coger el coche dos horas, con una contaminación enorme, con un gasto energético enorme, con un coste económico enorme. Y si no tiene coche se queda aislado en su casa, sin salir.

El reto es ser neutro en emisiones de carbono y para eso hay que hacer mucho desde las administraciones, que debe liderar, que es para lo que está la política, para liderar y cambiar las cosas. El particular está en su casa, ya difícilmente puede pagar la luz, y no se le puede pedir más que recicle, pero hay que explicarle por qué le ponemos un contenedor nuevo. Es fundamental la tarea pedagógica. Me emociona ver a las Gretas Thunberg que nos ponen la cara colorada a los políticos, dicen algo muy cierto: usamos palabras muy bonitas pero la acción no va acorde a todo lo que decimos que hay que hacer. Eso es algo que cambiamos o el planeta no va a durar más allá de 2050.

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