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Fiestas

San Fernando vive una Romería del Cerro de tradición, familia y fiesta

Misa por San Servando y San Germán en la Romería del Cerro de San Fernando. / (San Fernando)

San Fernando vuelve a vivir intensamente una tradición, la Romería del Cerro, que año a año recupera adeptos. Lo hace en familia, sin olvidar la fiesta, e incluso la divulgación histórica. De nuevo, este año los isleños han arropados a sus copatronos, San Servando y San Germán, en su recorrido a la ermita y durante la misa en los exteriores del templo, pendiente de su rehabilitación.

"¿Habéis traído castañas, nueces, mandarinas, granadas? Eso es lo que se hacía", recuerda un hombre que sube hacia la ermita rodeado de otras personas, también algunos niños y adolescentes hacia los que dirige su comentario. Un puesto de castañas, donde las asan y también se venden almendras y aceitunas frescas, recuerda esa tradición. Algunos de los frutos mencionados forman parte de la ofrenda que se realiza durante la misa, con la colaboración de las salineras y de vecinos de Nueva Almadraba.

Durante la ceremonia se pide por los enfermos, por los vecinos, por los gestores de la ciudad y por los creyentes, el padre Silvio Bueno también se acuerda de José Luis Sordo, antiguo concejal de San Fernando recientemente fallecido, que integraba la comisión pro ermita del cerro que lucha por su recuperación.

Esta iniciativa está muy presente durante la jornada. En la parte baja del parque se coloca una barra que sirve bebidas y comida -menudo, berza, arroz, montaditos o pinchitos-, y vende camisetas, para recaudar fondos para esta causa en favor del patrimonio. En el lateral opuesto al que se ofrece la misa unos enormes puntales que aguantan la estructura del templo advierten de los problemas que sufre. 

Mientras suenan los cánticos del coro Virgen del Carmen y se escuchan las palabras de Silvio Bueno y de otros intervinientes, el sol se abre paso entre las nubes y provoca que los asistentes se muevan en busca de la sombra. En el resto del cerro esa es la tónica dominante entre quienes han acudido con sillas de playa o mantas de picnic, por eso se sitúan entre los árboles, ya sea en la zona alta o en la parte baja.

En esa explanada los grupos scouts y la Universidad de Cádiz, a través del Laboratorio de Arqueología y Prehistoria, desarrollan actividades para los más pequeños: desde manualidades con globos y arroz, pintar y colorear; hasta reproducciones de mosaicos romanos, puzles de imágenes de piezas arqueológicas, juegos de la antigua Roma o excavaciones para ser arqueólogos por un día. Antes, los adultos han disfrutado del recorrido por el yacimiento arqueológico de Gallineras-Cerro de los Mártires. Algunos pequeños impacientes observan cómo se montan los hinchables en los que luego podrán saltar y seguir la diversión.

La jornada permite contemplar la destreza de aquellos que manejan los caballos, ya sean montando en ellos o en carruajes. En concreto, la Asociación Hípica La Isla organiza dos circuitos. En uno desde los más jovencitos se sigue un recorrido con varias habilidades: desde pasar por un camino delimitado, a girar en torno a unos postes, o zigzaguear  entre conos a tomar un vaso de una mesa y soltarlo en otro o recoger unas anillas y meterlas en un palo mientras se avanza con el equino. En el otro también se muestra la destreza a las riendas desde el carro con distintos movimientos y velocidad.

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