Alicia Alonso: "Voy a vivir 200 años porque me siento necesaria en la vida"
La bailarina, de 93 años, recibe en Cádiz el XIV Premio Atahualpa del Cioppo
La mujer y la bailarina son una. A sus 93 años de edad, la Prima Ballerina Assoluta y directora del Ballet Nacional de Cuba, Alicia Alonso, pasea por la alfombra roja que lleva al Salón de Plenos, con unos pies que no olvidan la posición en primera. Así también se sienta, cruzando sus elegantes piernas, los zapatos de tacón bien trazados, bien alineados, en una postura exquisita. La perfecta Giselle, la eterna Giselle. Alicia Alonso que es flanqueada hasta su lugar de honor donde recibe el XIV Premio Atahualpa del Cioppo que le otorga el Festival Iberoamericano de Teatro (FIT) en su XXVIII edición. Alicia Alonso, una leyenda viva de la danza internacional, que ahora también emociona con sus palabras: "Voy a vivir 200 años porque me siento necesaria en la vida. Y no por lo que yo soy, sino por lo poquito que sé, porque tengo el derecho, el deber y el honor de compartirlo".
Desde su asiento, la creadora agradece el galardón y, sobre todo, las palabras "bellas, bellísimas", siente, que componen la laudatio realizada por la doctora en Lingüística Hispánica y catedrática de Comunicación Audiovisual en la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid y exdirectora del Instituto Cervantes, Carmen Caffarel.
"Alicia Alonso dice que va a vivir 200 años. Doscientos años no, muchos más, porque Alicia seguirá viviendo en cada uno de los bailarines que, generación tras generación, se formen en la escuela creada por Alicia Alonso. Alicia es eterna", decía, minutos antes de la entrega de la distinción, la que también fue directora general de RTVE entre 2004 y 2007. En su introducción, Caffarel repasa la dilatada y exitosa carrera de la bailarina, sus logros y distinciones, su amor a Cuba, donde están "las raíces" de su arte y desde "donde ofrece sus frutos al mundo", además de hacer hincapié en "su gran obra no perecedera, su gran revolución artística", tilda, cuando en 1948 funda el Ballet Alicia Alonso, más tarde Ballet Nacional de Cuba. Todo ello, enmarcado en un discurso repleto de anécdotas, admiración y mucho cariño.
"Sinceramente, no sé que decir. Ha dicho tantas cosas bellas que no sé cómo dar las gracias, no sé cómo agradecerle... No se puede...", comienza su satisfacción Alonso con su decir reposado, entrañable, justo después de haber recibido el Atahualpa del Cioppo de manos de Anette Delgado y Daniel Hernández, primera bailarina y primer bailarín del Ballet Nacional de Cuba.
"Estas palabras me han comprimido el corazón y mi corazón siempre está abierto y habla mucho pero ahora, no sé, se ha quedado callado. Creo que tengo ganas de llorar... Y eso no puede ser, porque no es de tristeza, estoy feliz pero no sé como darles las gracias a todos ustedes. Muchas gracias", culmina la gran dama cuyas palabras son recibidas por el público que, ¡lástima!, no llena el Salón de Plenos, con una cerrada ovación.
Quien no acude a la cita por primera vez en todos estos años de celebración es Yolanda del Cioppo, viuda del dramaturgo y titular del galardón, aquejada por "un quebranto en su salud" como ella misma explica en una carta escrita de su puño y letra y leída por su amiga Isabel Ortega ya que aunque no puede estar "físicamente" en la gala quiere hacerlo "espiritualmente".
Doscientos años quiere vivir Alicia Alonso, "porque quien tiene que contar y que enseñar debe vivir mucho", dice, porque, como también recuerda Caffarel acordándose de las palabras que Antonio Gala dedicó a Alonso en el año 2000: "No conozco otra inmortalidad que la de ser recordado por los seres humanos que anhelan y contagian la belleza; porque su búsqueda exige la paz y la cultura. Es una niña que lo sabe todo, y con todos comparte su secreto: envejecer entregada a su amor y entregando su amor. El modo más alto de no morir jamás".
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