Cultura

Alrumbo regresa a Chiclana

  • El macrofestival deja Chipiona por sorpresa y se instala en una finca de un millón de metros cuadrados a varios kilómetros del casco urbano

Lamari (con sus perros), el alcalde de Chiclana, José María Román, y el portavoz de Etnirocker, promotor de Alrumbo, José González.

Lamari (con sus perros), el alcalde de Chiclana, José María Román, y el portavoz de Etnirocker, promotor de Alrumbo, José González. / lourdes de vicente

"Alrumbo vuelve a casa", dijo con solemnidad ayer el alcalde de Chiclana, José María Román, en una presentación casi por sorpresa en la Asociación de la Prensa de Cádiz. El tercer festival más multitudinario de España abandona después de cinco años Costa Ballena, donde ha sido habitual la queja de los vecinos, para volver al municipio que le vio nacer pero lejos del casco urbano, en una finca poblada de pinos de un millón de metros cuadrados (de los que sólo se utilizarán la mitad) situado en la carretera de la Loma del Puerco, casi lindando con el término de Conil.

José González, responsable de Etnirocker Producciones, la promotora que creó la que sin duda es la principal cita musical en cuanto a público de Andalucía con casi 45.000 personas en sus últimas ediciones, justificó la decisión de abandonar Chipiona, que era donde estaba anunciada la próxima edición y para la que ya se estaban vendiendo entradas, en problemas urbanísticos. "Estos años hemos estado celebrando el festival en realidad en solares de lo que iban a ser nuevas edificaciones y que se paralizaron con la crisis. Como parece que se ha reactivado, lo suyo era buscar un lugar más alejado de un entorno urbano y Chiclana nos ha ofrecido el recinto adecuado".

El nuevo espacio, bautizado como Vives, aspira a contar con muchos más eventos"Vamos a tener mucha sombra y hemos plantado césped para mayor comodidad"

El recinto no es cualquier recinto. Con un millón de metros, tendría posibilidad de albergar a cien mil personas, "aunque no es ese nuestro objetivo, sino mantenernos en las dimensiones que hemos ido manejando en estos últimos años. Lo que ganamos es comodidad y, desde luego, no habrá ningún problema de capacidad".

El festival se va a celebrar este año a partir del 10 de julio y quiere aportar un componente "vacacional. Lo que proponemos es una semana de vacaciones en una provincia con unos atractivos que no es necesario resaltar aquí y teniendo como referencia Chiclana, uno de los principales enclaves turísticos de España".

Y como para estar de vacaciones hay que estar cómodos, hablar de confort llevó buena parte de una presentación que contó con la presencia de La Mari, de Chambao, que acudió con sus dos perros a observar cómo va a ser un festival en el que ellos ya estuvieron y al que regresan este año como una de las cabeceras del cartel nacional. "Será en verano y hace calor -explicó González- así que vamos a tener sombra, mucha sombra. Vamos a estar entre pinos. Y como es una semana y en casi todos los festivales se acampa sobre albero, nosotros hemos pensado en dar más comodidad y hemos plantado hierba, no me acuerdo del nombre de la hierba, pero una hierba muy buena". "Todas las hierbas son buenas", intervino Lamari. "La nuestra es césped", especificó entre risas González.

Este recinto, que ha sido bautizado como Espacio Vives, quiere tener, según explicó el alcalde, una vocación de permanencia para todo tipo de eventos. "Chiclana tiene una atractiva oferta turística con 14.000 plazas hoteleras y hemos trabajado mucho la gastronomía como reclamo. Ahora queremos también ser conocidos por una buena oferta cultural en la que Alrumbo será un poco nuestro emblema, pero no será lo único". Por su parte, para los organizador de Alrumbo ésta era también una posibilidad de alcanzar cierta "permanencia", ya que sus mudanzas desde su nacimiento como una modesta propuesta con poco más de 7.000 asistentes han sido constantes.

Se aprovechó para presentar un vídeo promocional que subraya este carácter vacacional del festival. Con un montaje en paralelo se mezclaban las imágenes de un velero que simbolizaba el regreso a casa que tanto se quiso subrayar como leitmotiv de la decisión con imágenes nocturnas del escenario principal de Costa Ballena con un público entregado abarrotando el aforo. También se ofrecía una recreación virtual del amplísimo espacio y que demostraba el trabajo realizado por el departamento medioambiental de Etnorocker Producciones. "Somos un festival que apostamos por el Medio Ambiente", concluyó.

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