Cultura

Arte y compás en el segundo viernes flamenco del Astoria

  • Manuela Núñez ofreció un bonito espectáculo y El Malena se entregó plenamente, lo mismo que hiciera Alfonso Carpio con un elegante repertorio y también Davinia Jaén

Con un clima excelente y con la voluntad de todos los protagonistas de esta segunda jornada de los 'Viernes Flamencos' del Astoria y que organiza la delegación de Cultura del Ayuntamiento de Jerez bajo el patrocinio de Cajasol y Telefónica, nos hicieron pasar una entretenida y agradable noche de puro arte flamenco.

La primera en salir al escenario fue la cantaora Davinia Jaén, la que tuvo una buena acogida por parte del público y la que contara además con el 'Niño Jero' como acompañante en guitarra; en palmas y jaleos con esa simpática filarmónica de Santiago, donde estaban incorporados el simpático artista el Bo y sus compañeros Juan Diego Valencia, 'El Manteca' y 'el Macanito'. La artista jerezana dedicó su completa actuación al público, al que le entregó en primer lugar y con bastante sentimiento y garra, el cante serio de la Toná-Martinete. Luego, con responsabilidad artística y con garantía, ofreció unas deliciosas malagueñas con su rico abandolao, y donde contara para ello la artista con la guitarra fiel de su acompañante y con el rico compás que le aportara el grupo de sus palmeros.

A continuación, la jerezana extrajo de su elegante repertorio unos bonitos aires flamencos de Cádiz por alegrías, y cerraba su brillante actuación con las clásicas bulerías de Jerez, a las que agregara ella misma unas pinceladas de buen baile, lo que le sirviera para recoger de nuevo del público los aplausos y las felicitaciones. Alfonso Carpio, 'Mijita Hijo, en su turno de actuación y con la guitarra amiga de Domingo Rubichi, estuvo bien plantado en el escenario y entregó a sus incondicionales y amigos un excelente repertorio con los cantes de hoy y de siempre. No faltaron esos apreciados cantes de Jerez, que domina a la perfección, como son las bulerías por soleá y las seguiriyas, que tanto gustan a los buenos aficionados y cabales de este rincón gaditano. Esos cantes que el artista de Santiago y San Miguel nos ofreciera contaban con su sello personal y con esa sabia maestría que le caracteriza y la que ha heredado de sus antepasados.

Luego le supo tocar con valentía a los fandangos personales, esos que fueron muy bien aplaudidos por el público, como las alegrías que a continuación interpretara este cantaor plazuelero y que extrajera del grupo de las cantiñas. Con el respaldo artístico del Rubichi en guitarra y con los palmeros Antonio Carpio, Jacobo Peña y Antonio Flores, se despidió del escenario ejecutando con gusto las bulerías de San Miguel, las que le valieran para recibir del público de nuevo los aplausos y las sinceras felicitaciones, ya que con ello cerraría la primera parte de este segundo Viernes Flamenco.

Ese buen rato de descanso que se suele aprovechar para poder saborear el vino de nuestra tierra y ese 'pescaíto frito' que nos suele preparar el buena gente de Manolo Montoro.

Cuando se pone en marcha la segunda parte, se suele dedicar al baile, y en esta ocasión recaía en la figura de Manuela Núñez, la sobrina del inolvidable cantaor jerezano Antonio Núñez, 'Chocolate', y la que entregara al público un bonito espectáculo a través de un respetado cuadro flamenco, el que estaría compuesto por los cantaores: El Momo, El Quini y El Maloko, el que ya sueña en tener su propio disco en solitario y el que está basado a través de un recital de cante que ofreciera no hace mucho el joven cantaor en el Centro Flamenco de D. Antonio Chacón.

La Manuela, con sus propias señas de identidad, nos alegró esta gran noche flamenca del pasado viernes con bailes por alegrías y bulerías, donde incorporara acertadamente a su compañía esas agradables voces flamencas junto con la guitarra maestra de Manuel Jero y los reconocidos percusionista Manuel Núñez y el Ané.

Como artista invitada estuvo la cantaora Antonia Núñez, la que interpretó en solitario el cante y el baile de las bulerías, a la par que nos presentara a la simpática niña Triana Jero, que estuvo -válgame la expresión-, de 'rechupete' y que acaparara la atención del público asistente por ese gracejo y simpatía que la niña atesora.

Antonio Malena, que cerraría la segunda jornada de este importante ciclo flamenco, se entregó a su público lleno de facultades, les regaló un recital serio con los cantes que él domina con bastante facilidad y el que estuviera muy bien acompañado por las guitarras de Santiago Moreno y la de su hijo Malena. Se unieron como palmeros Diego de Malena y los hermanos de la Tota, Luis y Ali, los que también aportaran a la gran fiesta flamenca sus pinceladas de baile que es todo un arte.

El Malena, con su reconocida experiencia en el mundo del arte, bien nos deleitara con los variados estilos del cante y entre ellos cabe reseñar la soleá-bulería atribuida a La Moreno, que solía interpretar con su sabia maestría el Tío Sordera, y a quien se la dedicara con mucho respeto y cariño. Su actuación fue bastante positiva para conseguir el triunfo y la que fue muy valorada por el público que agradeció su total entrega, tanto la de él como la de sus compañeros, los que juntos compartieron con los protagonistas de esa feliz noche, una gran fiesta flamenca y la que estuviera dedicada a las profesoras de baile Angelita Gómez y María del Mar Moreno, allí presentes y que recibieran los aplausos del público.

La próxima cita con estos viernes flamencos se producirá el día 20 de agosto y con un interesante cartel que acogerá las actuaciones de Alberto Sánchez, 'El Almendro', con José Ignacio a la guitarra; El Barullo de Jerez con el nieto de Manuel Moneo como acompañante y Mateo Soleá que vuelve de nuevo a las tablas arropado por la guitarra de Domingo Rubichi. Así como en el baile se cuenta en esta ocasión con el cuadro flamenco de Eduardo Clavijo, donde estará como invitado de honor el popular artista Juan Parrilla.

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