Arquitectura · La belleza intangible

Buscando denodadamente la belleza

Por supuesto que se puede condicionar la percepción a través de un edificio pero hay que tener cuidado de no pasarse, de otro modo se puede asfixiar al usuario. Es preciso encontrar el equilibrio justo entre el control de la experiencia de un espacio y la libertad que permita que las cosas sucedan. (Alvaro Siza Vieira, arquitecto). 

Alberto Campo Baeza es un ser singular. Además de arquitecto extraordinario y defensor de la función de los arquitectos en una sociedad que cada día cree menos en ellos, es gaditano, no tiene en casa una televisión, no usa reloj ni móvil y cita a filósofos y pensadores con la sencillez de quien los frecuentara a diario. Cree en el dibujo y la geometría como la mejor forma de alcanzar la belleza en arquitectura, belleza como producto de la aplicación del arquitecto en tres cuestiones principales: la poesía, la creación y la investigación.

En la tarde del día mundial dedicado a la arquitectura y, casualmente, también día mundial de la docencia, el arquitecto y catedrático de Proyectos Arquitectónicos de la Escuela de Arquitectura de Madrid, volvió a la tierra donde creció y descubrió la luz, esa componente tan importante de la arquitectura, para celebrar en el Colegio de Arquitectos de Cádiz, rodeado de amigos, familiares y compañeros, esa efeméride subtitulada este año como ‘Arquitectura, Construcción y Clima’. La intención de la Unión Internacional de Arquitectos que agrupa a los más de dos millones de profesionales que existen en el mundo, ha pretendido subrayar la necesidad de que se alcance un pacto para mantener por debajo de dos grados el aumento de la temperatura como consecuencia del cambio climático en el que estamos inmersos.

Poner acento en la unión de conceptos como Arquitectura, Construcción y Clima, como la U.I.A. propone, fue innecesario hasta la revolución industrial y los cambios producidos a todos los niveles a partir del siglo XX. Hasta entonces Arquitectura y Construcción eran una consecuencia de la otra y el Clima era clave en la toma de decisiones de ambas. Esta armonía se dispersó a partir de las vanguardias artísticas que en arquitectura dieron lugar a la aparición del Movimiento Moderno, dando lugar a múltiples y dispares formas de proyectar y  producir la arquitectura. Hace ya muchos años que una buena parte del colectivo de arquitectos han entendido que la arquitectura contemporánea en nuestro país tendría que estar ligada al respeto de nuestras ciudades históricas, el entorno urbano y el medio natural y el paisaje, pese a la idea generalizada de que han sido esos mismos arquitectos los que han colaborado en la ya lejana burbuja inmobiliaria y su posterior explosión. No son los mismos unos y otros.

De entre quienes han defendido durante toda su trayectoria otra forma de entender la arquitectura, otra manera de plantear los procesos constructivos, otro modo de intervenir en nuestras ciudades y nuestro entorno urbano o rural, Alberto Campo Baeza ha sido un miembro destacado y sus obras, muchas de ellas realizadas en la provincia de Cádiz, son la muestra de ello. Obras que están en algunos casos al alcance de todos por tratarse de espacios públicos y otras, las hermosas viviendas construidas cercanas a la costa, destinadas al disfrute de aquellos que tuvieron la virtud de elegirlo como arquitecto. 

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