"Compartimos la forma de entender la música y la vida"

Chano Domínguez. Pianista y compositor

El músico gaditano y el guitarrista almeriense Niño Josele presentan los temas de su disco conjunto esta noche en el Gran Teatro Falla

"Compartimos la forma de entender la música y la vida"
"Compartimos la forma de entender la música y la vida"
Tamara García Cádiz

10 de abril 2015 - 05:00

Uno, del Atlántico (Chano Domínguez, Cádiz); el otro, del Mediterráneo (Juan José Heredia Niño Josele, Almería). Aunque, al fin y al cabo, todo es el mismo mar. Como todo es música. Porque lo importante, al menos para el pianista gaditano, es el punto de vista, la manera con la que se abordan los proyectos, musicales y vitales. "Niño Josele y yo compartimos la forma de entender la música y la vida", dice Domínguez con el objetivo de facilitarnos la comprensión de cómo lo difícil se convierte en fácil. En natural. Tan natural como Chano & Josele, el disco compartido de los virtuosos, propiciado por ese infalible cupido artístico que es Fernando Trueba, y que esta noche podrán disfrutar los gaditanos en el Gran Teatro Falla.

El cineasta y productor del compacto ya advertía que estos dos talentos estaban "condenados" a encontrarse, aunque al pianista no le camele la palabra. "Hombre, condenados... Yo diría, que era natural. Y así fue. Niño Josele y yo coincidimos hace como cuatro años en Nueva York en la grabación de un disco homenaje a Miles Davis y fue un encuentro fantástico. Nos dimos cuenta que el tocar juntos era muy fácil porque al tener crianzas parecidas y una forma de entender la música y la vida muy similares pues nos facilitaba mucho las cosas a la hora de tocar".

Así también lo percibió el almeriense, que no dudó en comentar el mágico encuentro con Trueba, que tardó como dos minutos en llamar a Domínguez y ver claro el contenido del disco. "Fernando nos inspiró, nos alentó y nos ayudó a descubrir un repertorio donde prima la belleza de las canciones que tocamos. No era cuestión de demostrar lo rápido que tocamos, ni el aspecto virtuoso que podamos tener, porque el concepto del disco y del espectáculo en directo es crear música y melodías, es crear belleza y recrearnos en ella. Y cuando tienes al lado a un poeta de la guitarra flamenca como Niño Josele pues, imagínate, lo bonitas que suenan las canciones".

Un repertorio preñado del "cancionero clásico brasileño, americano y con canciones originales nuestras", explica el precursor del flamenco-jazz, y que ponen en escena "en dúo pelao y mondao de guitarra flamenca de palo y piano". Porque "lo que prima es la música". Temas como el Django, de Jerry Lewis, el Because de The Beatles, Je t'attendral, de Legrand, Luiza, de Jobim o el Two for the road, de Mancini, entre otros, junto con un interesante intercambio de composiciones que posibilita que escuchemos a Niño Josele tocar el Alma de Mujer de Chano Domínguez; y al gaditano reinterpretar a piano ¿Es esto una bulería? del almeriense. "Siempre lo digo, para mí Niño Josele ha mejorado Alma de mujer", sentencia el autor de la pieza que, a su vez, se sintió "muy cómodo" a la hora de trabajar con ¿Es esto una bulería? " El lenguaje de ese tema para mí es muy familiar pero es cierto que siempre hay que trabajar más en los pequeños rincones guitarrísticos que son imposibles de traducir tal cual al piano por, simplemente, las diferencias físicas entre los dos instrumentos. Esos rincones hay que adaptarlos y reinventarlos al piano pero, bueno, es algo en lo que ya tuve experiencia en 10 de Paco", recuerda el músico el disco del 94 que realizó con Jorge Pardo sobre las composiciones del desaparecido genio de Algeciras.

Y es que Domínguez ha hecho mucho. Y bueno. Su más reciente aventura, tanto que acaba prácticamente de aterrizar en España, ha sido el Festival Flamenco y Gitano de Jodhpur, en la India, donde ha participado por segundo año consecutivo. De allí, de la tierra donde se supone que llegaron "los primeros gitanos", del Rajastán, regresa el músico "maravillado" pues la conexión ha sido instantánea. "Es increíble, ellos se ponen a cantar una canción antigua suya y entra perfectamente por seguiriyas al piano, vamos, que casi te crees que vas a entender la letra porque la impronta del cante está tan cerca... Es que tienen una forma de expresar los sentimientos de dolor y alegría muy similar al flamenco y también hay muchas similitudes en los ritmos aunque los instrumentos sean diferentes", cuenta eufórico.

El sarangui (una especie de violín), el tartal (castañuelas), el tolak (como unos timbales) han llamado la atención del compositor que ha vivido una experiencia "fantástica" también a nivel personal ya que ha compartido "unos días con una gente que tiene una vida muy sencilla, que vive en el desierto, sin nada, sólo con sus instrumentos y dedicados a la música. Nos han enseñado una filosofía de vida muy bonita y he tenido mucha suerte en poder vivir eso, además, con mi hijo mayor, Pablo, que es un multinstrumentista increíble", aduce.

Y de La India a Cádiz, "A mi Cádiz -se llena- al que ya estoy deseando llegar porque sé que, además del propio hecho de actuar en mi tierra, donde no actúo desde hace, por lo menos, cuatro años, tendré la oportunidad de volver a reunirme con mucho amigos que estoy deseando ver". "Tengo unas ganas terribles -prosigue- de subirme al escenario a recibir el cariño y el apoyo de mi gente y de tocar y hablarle a mi público de Cádiz". Un Cádiz que el músico valora "como uno de los lugares más prolíficos para el flamenco y la música en general" debido, a su juicio, "a la ancestralidad de esta ciudad y la memoria genética que llevan los gaditanos en el cuerpo". Un Cádiz que el músico sigue viendo como "cosmopolita" y al que "no le vendría mal" que se aunaran esfuerzos para hacer "algo" (tipo festival) entorno "al jazz y la música improvisada". "El panorama que existe ahora en Cádiz es muy diferente a cuando yo empecé. Ahora hay una Big Band, clases de música Moderna en el Conservatorio, asociaciones... El desarrollo es mayor y hay un buen caldo de cultivo", opina el músico que mejor ha entendido el denominador común existente entre el jazz y el flamenco.

Porque a Domínguez se le da bien eso de derribar fronteras y abrir caminos. Quizás porque para el pianista en la música "la libertad no es una exigencia ni un lujo, es una necesidad". En la música "y en la vida".

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