Diálogos al carborundum

Los pintores y grabadores jerezanos Luis Grajales y Jesús Marín funden su creatividad para dar sentido a un proyecto en torno al grabado · Un "acuerdo estético" que dará pie a una exposición

Luis Grajales y Jesús Marín muestran la elaboración de una de las obras, en el tórculo, días atrás.
Arantxa Cala / Jerez

12 de diciembre 2010 - 05:00

El estudio de Luis Grajales es un mundo de diálogos. Sin duda, las musas deben de vivir allí. El entorno invita a ello. Un gran espacio por el barrio de San Mateo en el que el pintor y grabador jerezano desparrama su creatividad y surgen nuevos proyectos. Como el que tiene ahora entre manos con su colega Jesús Marín: una misma superficie acoge una idea en conjunto, el grabado.

Lo primero, una 'tormenta' de dibujos se van exponiendo en el papel. Uno empieza, el otro sigue con su lápiz, se van complementando y completando, hasta que la obra está concluida tras pasar por una serie de fases como la utilización de la técnica del carborundum, un polvo de silicio, una textura rugosa, que luego pasa a ser entintada, pasada por el tórculo con el papel encima..., hasta llegar a la estampación final... "Una proceso bastante complicado, muy difícil de explicar. Es un trabajo que nos llevará por lo menos un año. Estas obras de arte no se elaboran fácilmente", comenta Luis.

De aquí surgirá una exposición de una veintena de obras o grabados "con el objetivo de que se expongan en Jerez y fuera de la ciudad. Queremos acercar el grabado a los ciudadanos, quizás una de las disciplinas menos conocidas", cuenta Jesús, que apunta que la muestra "también queremos que tenga un carácter didáctico, en el que se enseñe cómo ha sido todo el proceso de elaboración de estas obras ya sea con vídeos explicativos, fotografías o de otra forma". "Es importante -añade Luis- abrir la puerta del grabado y demostrar cómo dos personas pueden trabajar simultáneamente en el mundo de arte".

Una de las obras que forma parte de este proyecto se mostró en la exposición por el centenario de la Escuela de Arte en el Alcázar, ya que ambos artistas fueron alumnos del centro, aunque no quieren confesar (entre risas) de qué promoción exactamente.

Y allí están los dos, enfrascados con el tórculo, entre una 'tormenta' de dibujos, que se van conservando en carpetas clasificadas por nombres tan especiales como 'El espíritu de la luz', en preciosos muebles de enormes y profundas cajoneras, que conviven con obras de Grajales, expuestas por todas partes.

"Nos gustaría -dicen- que el día que hagamos la muestra llegue al mayor número de personas posible, es decir, que sea muy popular. Creo que se han hecho muy pocas cosas como éstas, es algo innovador. El elemento cuadro está muy extendido pero el grabado no". Jesús asegura que los medios que se utilizan para la realización de las obras son "totalmente ecológicos y los tórculos no tienen motor".

Hace ya dos años que ambos grabadores y pintores comenzaron este proyecto. De ahí han surgido multitud de obritas que se han ido conservando como un recuerdo de tanto proceso. Testigos de que es posible llegar a ciertos "acuerdos plásticos" a pesar de la individualidad creativa de cada uno.

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