La reina ha vuelto, y lo ha hecho con más fuerza que nunca. El espectáculo musical 'Dios salve a la reina' cayó sobre Jerez con mucho ruido y haciéndose notar. Este tributo a Queen de alcance internacional marcó la diferencia en la agenda nocturna de la ciudad, logrando que incluso aquellos que no tenían entrada se agrupasen en la puerta intentando echar un vistazo dentro. El concierto tuvo lugar el pasado sábado en el Alcázar y formaba parte del ciclo 'Noches de Verano'. Este espectáculo tenía como fin recordar a la banda de rock en los mejores momentos vividos con su emblemático líder, Freddie Mercury. Una actuación completa, con multitud de cambios de vestuario y una coreografía tan similares a los originales, que logró llevar al público a la mejor época de la banda.

Piero Venery, quien se encargó de encarnar al carismático Freddie Mercury y es considerado su doble más fiel, ofreció la mejor interpretación del vocalista. Su parecido físico y el similar tono de voz consiguieron que el público se pusiese en pie más de una vez e irrumpiese en aplausos. Los demás componentes de la banda también salieron a escena caracterizados como los originales, Vitto de Matteis como el guitarrista Brian May, Roberto D'Amicis como el batería Roger Taylor y Giorgio de Nigris como el bajista John Deacon. Juntos alcanzaron su objetivo: que la reina volviese esa noche para los asistentes, tal y como dijo Venery durante la actuación.

El grupo hizo un recorrido completo por algunos de los mayores éxitos de la banda británica, desde 'Don't stop me now' hasta 'We are the champions'. Cada canción estaba acompañada por vídeos de la agrupación original, reproducidos en una gran pantalla tras los músicos y acompañados con paneles luminosos. Durante los muchos cambios de vestuario del vocalista, el resto de los componentes animaba y entretenía al público con más canciones de la banda de rock.

La noche transcurrió como una función divertida e hilarante, que tenía a Venery como director. Los asistentes se emocionaron visiblemente cuando en la canción 'I want to break free', el vocalista salió a escena caracterizado de mujer, como en el vídeo que se reproducía tras él, imitando el estilo de Mercury. De esta forma, se encargaba de hacer disfrutar al público como un auténtico showman, invitándolos a participar con él. No sólo los animaba a cantar juntos a coro, sino que parte del espectáculo transcurría entre ellos e incluso, como ocurrió durante la canción 'Living on my own', apareció en escena con una corona de plátanos que repartió entre los asistentes. Esta gran variedad de detalles, combinados con la pasión de los músicos, lograron una noche mágica.

El ambiente en el recinto resultó inmejorable, un público entregado que respondía al grupo que había llevado el espíritu de Freddie Mercury a la ciudad. Los asistentes gozaron con el espectáculo, con los músicos que recibían los aplausos agradecidos y dando lo mejor para poner un broche de oro a la noche.

Cerca del final, en los últimos momentos de la actuación, sonaron algunas de las canciones más emblemáticas de la banda, como 'Bohemian Rhapsody', 'Shopw must go on' y 'We are the champions', como transmitiendo a todos los allí reunidos que el espectáculo no terminaría aquella noche. Sin embargo, cuando Venery salió al escenario con una bandera británica cubriéndole los hombros, en cuyo reverso podía verse también la española, comenzó a despedirse, y a agradecer la asistencia del público en aquella gran velada. Para terminar, ataviado con capa y corona, se dedicó a coronar a los demás miembros de la banda mientras dedicaban un último saludo a un público que no quedó para nada indiferente con la actuación.