Cultura

Gibson narra una historia de bondad en la guerra

  • El actor y director presenta su nuevo largometraje en el Festival de Venecia

Diez años después de Apocalypto, Mel Gibson ha vuelto a la dirección con Hacksaw Ridge, la historia de un soldado que, sin armas e inspirado por su fe, asistió a sus compañeros heridos en el infierno de la II Guerra Mundial. En el Festival de Venecia, donde la cinta se presentó fuera de competición, el actor y director dijo que, aunque odia las guerras, conviene "honrar a quienes se sacrifican" en ellas.

Gibson ha vuelto a ponerse detrás de la cámara para narrar en Hacksaw Ridge la historia real de Desmond Doss, el primer objetor de conciencia del ejército de Estados Unidos en ser condecorado por salvar a 75 compañeros heridos en la sangrienta batalla de Okinawa de la II Guerra Mundial. Doss se embarcó en el conflicto con el propósito de ejercer como médico de campaña y lo hizo completamente desarmado, ya que en su infancia juró a Dios que nunca tocaría un arma al sufrir en su propio hogar la violencia de su padre, un veterano de guerra atormentado por sus recuerdos.

"En mi opinión va de un hombre real que hace cosas extraordinarias en unas condiciones extremadamente complicadas. Eso es lo que hace a una historia legendaria. Es una historia singular, la de un hombre en el peor escenario posible, en medio de un infierno terrenal", declaró en una rueda de prensa el realizador. Gibson aseguró que su figura le inspiró debido a que el protagonista "estaba desarmado, solo tenía su fe y sus convicciones" en los momentos más complicados, rodeado de destrucción. "Estas son las historias que debemos narrar, las de estos héroes", consideró.

La película ha sido presentada fuera de concurso en el Festival de Cine de Venecia y ha generado reacciones encontradas entre la crítica ya que, aunque en la rueda de prensa fue aplaudida, hubo quien censuró el extremo realismo de las escenas bélicas, con impactantes explosiones y cuerpos desmembrados. "Lo importante en las escenas de batallas es ser claro. Dar la impresión del caos que se vive. Transmitirlo como si fuera un acontecimiento deportivo", explicó Gibson, disculpándose seguidamente por la comparación empleada.

El realizador admitió que la cinta "seguramente" guarda cierta relación con el debate sobre el uso de las armas en Estados Unidos y, aunque manifestó su odio a las guerras, defendió que es necesario "amar a los guerreros y honrar a quienes se sacrifican en ellas".

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