Iniciación a la luz

Hace cinco años escribíamos en estas mismas páginas que el gran acontecimiento del cine español de 2006 no se había visto ni en una sala de cine, ni en una filmoteca, ni en la programación de un festival. La Morte Rouge, de Víctor Erice, se exhibía de forma muy discreta y minoritaria, sin apenas ruido mediático, en la instalación Correspondencias del CCCB barcelonés, dentro de un proyecto museístico que recogía el intercambio de cartas y diarios en formato audiovisual entre Erice y el cineasta iraní Abbas Kiarostami a propósito de "la infancia del arte y el arte de la infancia".

Ha tenido que pasar un lustro para que aquella película vea al fin la luz en DVD, un nuevo acontecimiento del que a buen seguro tampoco se harán eco los telediarios y que confirma que pocas cosas han cambiado, si acaso para peor, en el triste panorama cinéfilo y cultural de nuestro país. Nada nuevo bajo el sol de nuestras miserias si pensamos que el anterior trabajo de Erice, el cortometraje Alumbramiento, incluido en el filme colectivo Ten minutes older (2002), tampoco se había visto en España más allá de los circuitos furtivos. Este modesto aunque imprescindible DVD también le hace justicia al fin con su inclusión como material extra junto a una extensa conversación filmada entre Erice y el crítico Manuel Asín.

Si Alumbramiento recrea desde la ficción el episodio autobiográfico del nacimiento del propio Erice y las raíces de su árbol genealógico a la sombra de la Historia en un blanco y negro esencial y a través del preciso montaje musical de un centenar de planos fijos, La morte rouge también trabaja la memoria desde un formato casero, en apenas treinta minutos, con un presupuesto muy limitado y con materiales de derribo, a saber, viejas fotografías, postales, programas y afiches, imágenes de archivo, secuencias de una olvidada película de Sherlock Holmes y unos cuantos planos nuevos rodados por el propio Erice para devolver al cine (y de paso, al espectador) a un estado casi virginal, de primera vanguardia artesanal de selección y ensamblaje, que nos cuenta una fascinante historia de iniciación y encantamiento.

El director bucea desde la moviola en las sensaciones de su infancia en la España de finales de los 40 y evoca en primera persona, con una declamación tan precisa como despojada de toda afección o nostalgia, el recuerdo de su primera experiencia cinematográfica en el Palacio del Casino del Kursaal de San Sebastián, cuando, acompañado de su hermana, acudió a ver La garra escarlata (1944), una película de Sherlock Holmes protagonizada por Basil Rathbone y Nigel Bruce.

Una memoria personal rica en detalles que evoca y reconstruye la experiencia íntima para convertirla, gracias al montaje, al ritmo, a la cadencia, al roce entre las imágenes, al diálogo de la ficción con el documento y a los ecos de la música de Pärt y Mompou, en experiencia generacional y universal. Una experiencia radicalmente cinematográfica que reconcilia al espectador con el recuerdo lejano de su primer, misterioso, ambiguo y revelador contacto con las imágenes y los sonidos cinematográficos. Una tecla, la del paso del umbral de la infancia a lo social, que Erice no ha dejado de pulsar nunca y que nos remite a esos planos furtivos de El espíritu de la colmena en los que una asombrada Ana Torrent contemplaba absorta, casi religiosamente, el Frankenstein de James Whale.

Cincuenta y tantos años más tarde de aquella primera experiencia fundacional y primordial, Erice dialoga de nuevo con las luces y sombras de La garra escarlata, relata con vívida precisión su experiencia como espectador fascinado y aterrado a un tiempo, y rememora minuciosamente pasajes y secuencias de aquel filme sobre un misterioso asesinato que transcurría en un remoto e imaginario pueblo canadiense llamado La Morte Rouge.

Víctor Erice Rosebud/FNAC - 17'95 euros - Extras: cortometraje 'Alumbramiento' (10 min.) + Conversación entre Víctor Erice y Manuel Asín (53 min.).