Una oreja por coleta para Manuel Díaz, Rivera y César Jiménez en Fallas

Manuel Díaz "El Cordobés", Francisco Rivera Ordóñez y César Jiménez han cortado una oreja cada uno en el undécimo festejo de la feria de Fallas, una corrida que se vivió con alegría en los tendidos llenos del coso de la calle de Játiva, y donde varios toros importantes de Manolo González no terminaron de ser aprovechados, según informa Burladero.

Los toros que se soltaron en el coso de la calle Játiva han sido de dos hierros pero de la misma casa ganadera de González Sánchez Dalp (primero y segundo), Jarrama (tercero) y Manolo González los restantes. Desiguales de presentación, terciados y justos de lámina, fueron manejables en conjunto salvo el desrazado y manso segundo, destacando los corridos como primero, cuarto y quinto de la suelta.

Manuel Díaz "El Cordobés", silencio tras aviso y oreja tras aviso.

Francisco Rivera Ordóñez, saludos y oreja con petición de la segunda.

César Jiménez, saludos tras aviso y oreja tras aviso en el que cerró plaza.

El primero de Manuel Díaz "El Cordobés", noble pero sin fuerzas, le permitió al torero de Arganda del Rey desarrollar su toreo displicente y efectista con el consabido remate del salto de la rana. Con su buen segundo toro compuso una faena de cara a la galería, con entrega pero sin mayores vuelos, que fue premiada con la oreja.

Francisco Rivera Ordóñez jugó las dos caras de la moneda con los toros de su lote. Su primero fue el más deslucido de la corrida pero su segundo tal vez fue el mejor. Entre berreos, pasó por los dos pitones sin chispa a su desrazado primero y le echó ganas al segundo siendo premiado con la oreja de este por el agradecido público valenciano.

El manejable primero de César Jiménez salió casi inédito del caballo. El terciado animal no terminó de romper y nunca repitió y la faena del de Fuenlabrada resultó fría. Con el sexto ejemplar de la suelta, un toro muy justito de raza y de parecida condición al otro toro de su lote, sí que consiguió César Jiménez conectar con el tendido recibiendo la oreja de su oponente.