Arquitectura · La belleza intangible

Mejor arquitectura

MIENTRAS los investigadores en genética o astronomía alcanzan hallazgos impresionantes para la humanidad, los arquitectos más famosos se dedican a colocar un pepino o una lata arrugada de cocacola sobre los edificios, convirtiendo en una banalidad el ejercicio de la profesión del arquitecto (en alusión, sin nombrarlo, por ejemplo, al recientemente inaugurado edificio póstumo de la arquitecta Zaha Haddid en el puerto de Amberes). Con esta y otras afirmaciones semejantes inició Victor López Cotelo, arquitecto veterano; colaborador en el pasado en el estudio de Alejandro de la Sota, uno de los más brillantes arquitectos españoles del siglo XX; catedrático de Proyectos en la Tecnische Universität de Munich; una especie de hermano mayor, sensato, pausado, divertido: “La arquitectura es un interface entre la vida y la vida. Nuestra intervención enmarca la vida de otros seres humanos. Nuestra misión es no estorbar”. “La Arquitectura es un árbol sin hojas que da sombra”, una hermosa paradoja que escribió Juan Gelman refiriéndose a la poesía. 

Fue la introducción a una conferencia en la que el arquitecto madrileño enseñó sus obras más recientes entre las que destaca la Adaptación del Hospital Militar de Granada para sede de la Escuela de Arquitectura, intervención que fue premiada en la última edición de la Bienal de Arquitectura Española. El arquitecto ha sido el encargado este año de iniciar el conjunto de actividades que cada tres de octubre organiza el Colegio de Arquitectos de Cádiz para celebrar el día mundial de la Arquitectura, cuyo lema para la presente edición es ‘Diseñar un mundo mejor’. La fórmula de “el día mundial de...” es una cuestión muy discutible pues como piensan muchos, el cáncer o el hambre en el mundo o el medio ambiente o también la arquitectura, no son cuestiones de un día al año, sino que deben estar presente y enriquecer nuestras vidas o pensamientos cada día del año. Aún así, los amantes de la arquitectura (que no son sólo los arquitectos, ni mucho menos tampoco todos los arquitectos) celebran este día con ilusión y con la esperanza de que esta hermosa actividad recupere la cordura perdida al final del siglo pasado, que condujo a la conocida crisis que se todavía alarga. 

Tras la conferencia se procedió a la entrega de las distinciones con los que cada dos años se premia la labor de los arquitectos gaditanos en el desarrollo de la profesión. Los premios distinguen cinco categorías: edificación de nueva planta, rehabilitación y restauración, urbanismo y espacios públicos, diseño interior y fomento de la arquitectura. A su vez, las bases de la convocatoria establecen dos categorías, una para los arquitectos más jóvenes (hasta cuarenta años), premio Torres Clavé, y otra para los que ya han atravesado esa edad en la que se cuenta con la experiencia constructiva suficiente y que tradicionalmente en arquitectura se considera la más fecunda, premio Sánchez Esteve. 

Los arquitectos premiados en la presente edición han sido: Carlos Quevedo Rojas, Premio Torres Clavé por la Consolidación de la Torre del Homenaje del Castillo de Matrera en Villamartín; Jesús Prieto Barroso y Loreto Arias Gómez, Premio Sánchez Esteve, por la construcción de una vivienda unifamiliar en Las Mogarizas, Chiclana; en el apartado de Rehabilitación y Restauración fue premiado Francisco Reina Fernández Trujillo por la Intervención en el Castillo de Jimena de la Frontera; por último en el apartado de Fomento de la Arquitectura, fue premiado el redactor de los textos de esta página que cada semana Diario de Jerez brinda a sus lectores. ¡Enhorabuena a los premiados!

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