Cultura

Nick Drake, la belleza y el misterio

  • El malagueño Miguel Ángel Oeste indaga en la novela 'Far Leys' en la personalidad "resbaladiza", torturada y enigmática del músico inglés

La segunda novela de Miguel Ángel Oeste (Málaga, 1972) lleva por título Far Leys (Zut Ediciones), nombre de la casa familiar de Nick Drake, mítico músico inglés que puso fin a su vida a los 26 años dejando tras de sí una ola de misterio que esta narración trata de desentrañar.

Aunque hay varias biografías de Nick Drake, "las preguntas siguen siendo las mismas. ¿Su muerte fue un suicidio o un accidente? ¿A qué respondían sus fobias antisociales? ¿Quién fue Nick Drake? Far Leys intenta darle respuesta a estas preguntas, narrando al mismo tiempo la gran influencia del músico sobre los protagonistas de la novela", contó a Efe Miguel Ángel Oeste, que el miércoles presentó su libro en Sevilla.

Sobre si Drake es "literario", Oeste asegura que el músico "llevó una vida muy porosa, llena de lagunas, en eso coincide con el misterio de sus canciones".

"La historia de este músico está repleta de contradicciones, y eso es bueno para la ficción; por ejemplo, Nick fue un tipo solitario que vivió la mayor parte de su vida en Far Leys, un artista íntegro que a pesar de todo necesitaba y quería ser famoso, pero sin embargo se negaba a tocar en vivo y a hacer una vida pública", añade. Oeste apunta sobre Drake que "a pesar de todas esas contradicciones la transcendencia, aunque sólo sea por su influencia en otros músicos, la tiene; y el éxito le llegó tras su muerte".

"Y no hay nada más triste que el éxito póstumo de un fracasado o los deseos que se cumplen fuera del tiempo; en vida sus discos no se vendían, ni lo escuchaba nadie, y hoy es idolatrado si no por las grandes masas, sí por una minoría muy importante".

Para definir a Drake, Oeste recurre a palabras del escritor argentino Juan Forn, quien lo consideró "el rey indiscutible del otoño", y defiende que fue "un músico inglés extraordinario con una personalidad resbaladiza, un enigma, alguien que lo tenía todo para triunfar pero que no lo hizo".

No obstante, lo que más le interesa a Oeste es "el influjo que tuvo en la gente que lo conoció en vida y luego después de su muerte; hay una frase de Suave es la noche, de Scott Fitzgerald, que se ajusta a Nick o a la representación que hago de él en la novela: Nunca sabes exactamente cuánto espacio has ocupado en las vidas de las personas".

"Nick es un personaje muy atractivo por la incuestionable calidad de sus canciones, y posee también un gran atractivo físico como reflejan las pocas imágenes que han quedado de él; sólo quedan unas docenas de fotos, ninguna imagen en movimiento -salvo una película casera de cuando era niño-, y sus canciones; todo lo demás son elucubraciones, y con ese material base es fácil dejarse llevar por la imaginación", explica el autor.

Al mismo tiempo que esta novela, se ha publicado un libro de relatos de Eduardo Jordá titulado Yo vi a Nick Drake, a lo que Oeste señala: "Este año se cumplen 40 años de la muerte de Drake, no sé si con ese motivo se generará un reconocimiento masivo, más que del personaje de su música, que desde luego lo merece; aunque recuperación no puede haber porque nunca tuvo en vida ese reconocimiento que mereció por la calidad de sus composiciones".

De la música de Drake destaca el novelista "la atemporalidad y, por encima de todo, la belleza; sus canciones rezuman belleza, y si a eso se le añade el componente misterioso de sus letras, que no hacen más que reflejar lo misterioso del autor, la riqueza de matices de sus arreglos, su voz tan personal, no es extraño que se convirtiera en un autor de culto entre los propios músicos". En la novela, la figura de Drake y su biografía están contadas a través de las voces de los personajes de ficción, Janet, la íntima amiga autoexcluida durante treinta años, y Richard, un actor que inicia una investigación sobre el músico para filmar una película y que termina bajo los influjos de sus poderosas canciones.

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