Literatura

Taboada preferiría no hacerlo

  • El columnista y escritor jerezano Fernando Taboada presentará mañana en los Claustros su primera obra, 'El futuro está al caer'. Una selección de algunos de sus mejores artículos.

Fernando Taboada,  tras la entrevista, en la hemeroteca del Diario.

Fernando Taboada, tras la entrevista, en la hemeroteca del Diario. / Manuel Aranda

Si algo caracteriza a Fernando Taboada es que no es un tipo al uso. Tampoco lo son sus palabras, que no salen de esa boquita porque sí, en absoluto. Cargadas de ironía, humor y argumentos no dejan indiferente ya sea en una charla a pie de barra o durante una mañana de domingo con algunos de sus artículos de opinión.

Perseguido casi literalmente (o literariamente) por una serie de personas para que escribiera un libro, Taboada no se decidía a hacerlo “con una novela al uso o algo así”, sí que se lanza a publicar una selección de la última década de sus tribunas en Diario de Jerez, en el que colabora desde el año 2000 y al que llega desde El País en el que a finales de los 90 colabora en una sección humorística en las páginas taurinas. “No porque las anteriores se me hayan quedado viejas, porque mis artículos son eternos (ríe), sino que creí oportuno que para presentarme en sociedad lo mejor es que se me conociera opinando de la mayor cantidad de cosas posibles, mucha temática y poca política. El hilo conductor son cosas que me llaman la atención como observador en el siglo XXI, aunque vengan del pasado. Es decir, qué cosas han podido cambiar aparentemente para que detrás de todo eso yo pueda desenmascarar que seguimos haciendo las mismas tonterías desde el siglo XV”. De ahí el título de la obra que Taboada presentará mañana jueves, a las 19,30 horas, en los Claustros, ‘El futuro está al caer’ (Ediciones Remedios 9), con la introducción del periodista Pedro Ingelmo. Porque sí, está al caer, pero nunca cae. El libro cuenta además con prólogo del escritor jerezano Juan Bonilla y la cubierta de Pepe Tamayo.

Y la cosa es que Taboada ha llegado a la edad que tiene sin publicar ningún libro “porque todos los que me lo decían no tenían una editorial. Hasta que alguien que me lo dijo, como Manolo Romero Bejarano, sí”, bromea para explicar que no es “importante publicar un libro”, y es que el propio Juan Bonilla dice del autor en el prólogo que es el único Bartleby que conoce en persona, “porque desde que estábamos en el instituto juntos, él publicó su primera obra hace ya 25 años y yo, que somos de la misma quinta, la saco ahora. Él pensaba que nunca publicaría, lo daba por perdido. Ahora le he fastidiado el apodo, pero no me lo tendrá en cuenta porque me ha hecho el prólogo”.

Artículos que se pueden leer hoy igual que hace un mes o un lustro, ya sea en Jerez o en Bilbao. “Me he encontrado que en el siglo XXI tenemos mucho cable y la información corre que se las pela. Pero los avances tecnológicos no nos evitan hacer las mismas cosas que cuando se inventaron la rueda y el garrote. Internet para presumir, ligar, amenazar. El único sueño de niño que se ha hecho realidad de cara al siglo XXI es que las puertas se abren solas. Puedo comprar los sobres de sopa donde los compraba mi madre donde hoy hay puertas automáticas”.

El autor cree que lo peor que podría pasar hoy, que todo está politizado, “es que se politizara la política”. Incisivo, Taboada desconoce si la gente le lee por eso mismo “o porque les da miedo que luego los vaya a poner verde si no es así” (ríe). Reconoce que le cuesta decidirse sobre lo que va a escribir cada domingo, “y cuando no hallo el tema, escribo sobre política, algo que me cabrea bastante. Pero cuando me decido, me cuesta saber lo que voy a escribir porque no tengo ni idea de lo que voy a decir. A mí no me gustaría ser predecible para nadie. Yo mismo me intrigo hasta el final”. Piensa asimismo que hoy “todo el mundo debería opinar, faltaría más, pero hay más gente que en vez de pensar por sí misma, repite la opinión de sus articulistas de cabecera como un papagayo”.

Tribunas a las que casi siempre le coloca una sonrisa, “pero no me río mientras las hago porque normalmente las escribo a última hora. Sólo me río cuando pongo el punto y final”. Y en la relectura de todos sus artículos confiesa que se ha encontrado opiniones “que hoy hubiera despachado como un pildorazo, sin argumentar tanto. Me sigue motivando para escribir la ridiculez de la gente que no se da cuenta de que no han llegado a algo de una manera tan gratuita”.

Y mañana, dependiendo de los piropos que le echen por esta nueva obra, si se los cree o no, y si se agota la edición, lo mismo dentro de unos meses sale a la venta una segunda obra de Taboada, “pero sería de un solo tema. Eso sí que estaría al caer, más que el futuro”.

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