Después casi quince años sin pisar las tablas del Villamarta, el nuevo Ballet Nacional de España que lidera Antonio Najarro demostró el pasado día 23 de febrero, en el arranque del Festival de Jerez, que vive una etapa fructífera a todas luces. Bajo los designios del coreógrafo madrileño el Ballet presentó una propuesta variada y elegida a propósito con el firme deseo de reivindicar y demostrar en qué situación está dicha institución. Coreografías con sabor flamenco, de danza estilizada o escuela bolera compusieron un espectáculo en el que de alguna manera se rendía homenaje a grandes como Antonio Ruiz Soler, Rafael Aguilar, Blanca del Rey. También pudimos comprobar el aire más actual de la mano de Alento, de Antonio Najarro, y por supuesto el excelente nivel que poseen a día de hoy los miembros de este ballet, con números corales, pasos a dos y solos de enorme dificultad y belleza. Todo mediante una composición musical exquisita que durante casi dos horas consiguió captar la atención del público. Me alegra profundamente este premio, simple y llanamente porque se reconoce la trascendencia del Ballet Nacional de España, el duro y sacrificado trabajo diario de cada uno de sus componentes y sobre todo se pone en valor la función social, cultural y pedagógica para la que está constituido.