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Zambombas para el puente de diciembre

Antesalas de probabilidades

Diario de las Artes

VÍCTOR GONZÁLEZ

Sorondo Projects Gallery (Barcelona)

Obra de Víctor González.

La pintura que tiene lugar en el extenso ámbito -geográfico y artístico- de la provincia de Cádiz vive momentos de inusitada trascendencia. Para constatar tal afirmación no hay nada más que observar el número de importantísimos artistas gaditanos que pueblan los mejores estamentos del arte español. Es conocida por todos la importancia del nombre de Ana Barriga que, no sólo lleva tiempo siendo especial protagonista en el paisaje artístico de nuestro país, sino que, también, ha entrado de lleno en los difíciles horizontes del arte americano para, ahora, acceder con paso firme al complejo, particular y exigente mercado oriental. En estos días, la artista de Cuartillo inaugura una muestra individual en la Galería Birimbao de Sevilla. Son, asimismo, muchos los creadores de aquí que están copando los primeros puestos de los principales certámenes artísticos; algo que se puede evidenciar con muchos ejemplos: en los últimos días, Eduardo Millán ha obtenido el premio ‘Figurativas’ convocado por el MEAM -Museo Español de Arte Moderno- de Barcelona; la obra del pintor de Villamartín José Carlos Naranjo ha sido galardonada en los más significativos premios de pintura de España; lo mismo que la artista de San Fernando Silvia Lermo, el gaditano Pepe Baena o los, también, jerezanos, Antonio Lara, Fermín G. Villaescusa o Ignacio Estudillo, este último, ganador hace unos días del Certamen Ciudad de Ubrique; entre los finalistas de la presente edición del Premio BMW están la jerezana Cristina Mejías y el linense Juan Carlos Bracho, éste en la categoría de Arte Digital. Artistas que ganan premios, que, además, están exponiendo en espacios de suma importancia y sus obras formando parte de muy significativas colecciones; artistas que son autores de importancia contrastada en el panorama nacional y creadores, siempre, a tener muy presentes.

Obra de Víctor González.

El nombre de Víctor González, jovencísimo pintor jerezano, está entre los artistas nuevos con una proyección que se ha convertido en justa realidad y, ya, es autor imprescindible en la escena artística más joven, esa que avanza con fuerza buscando metas imprevisibles. Lo hemos visto en exposiciones importantes, en catálogos significativos de premios de referencia donde su obra ocupaba el palmarés de los elegidos y hasta ha traspasado fronteras para llegar a lugares donde el arte contemporáneo se encuentra totalmente consolidado y es meta de profesionales, coleccionistas y aficionados. En la galería barcelonesa Sorondo Projects ya había expuesto, no hace mucho, con otros artistas de segura proyección y manifiesta realidad. Ahora llega, en solitario, para dejar constancia de esa pintura seria, madura y de serena ejecución que lo ha convertido en pintor con el que hay que contar.

Obras de Víctor González.

La muestra nos conduce por la pintura medida de un artista que no deja nada al azar. Es, primero, trabajador del pensamiento; buscador incansable de caminos probables e improbable; analista de un arte que, antes, se intuye y, después, se positiva. Por eso en su obra hay nitidez; válidos argumentos descritos con claridad y fórmulas precisas; busca para encontrar sin que la duda distraiga. En la exposición de la galería que dirige Juliana Sorondo se presentan obras de distintos formatos y técnicas en las que el pintor ha indagado en formas y sistemas creativos. Sus piezas son antesalas de probabilidades que se acercan a realidades. Son espacios comprometidos con la verdadera esencia de la pintura. En sus cuadros se adivinan mediatas existencias, definiciones de asuntos que tendrán –o no- una representación segura o una realidad ilustrativa distinta. Son, como el título de la exposición, objetos de culto que se materializan en su más absoluta esencia.

Obra de Víctor González.

La obra de Víctor González se presenta en ese segmento donde lo real sólo se atisba, donde lo abstracto podría ser una referencia segura porque ha perdido vigencia primaria lo que la mirada capta, donde todo queda supeditado al poder sugeridor de una realidad mediata o inmediata que puede llegar a crear las más abiertas expectativas.

No cabe la menor duda de que Víctor González ha dejado de pertenecer al inquietante sector de los artistas con posibilidades. Es artista grande; aplastante manifestación artística que posibilita, además, la seguridad de un horizonte lleno de serenidad, sensatez y suma lucidez.

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