La copla se despide de una de sus grandes figuras, Marifé de Triana

La copla enmudeció para convertirse en silencio y llanto contenido. Marifé de Triana falleció en la madrugada del sábado y con ella se fue una de las grandes figuras de la canción española. Desde las once y media de la mañana de ayer se pudieron presenciar decenas de muestras de respeto y cariño en la capilla ardiente instalada en el Ayuntamiento de Torremolinos. En un ataúd de madera clara y cumpliendo su deseo, compartir el último viaje con los restos de su marido, se fue la "más grande" de las representantes del género, pero a la vez la artista "más humana y sencilla", como destacaron familiares y seguidores.

"Se ha ido muy tranquilamente, apagándose poco a poco", decía ayer su sobrina, María Jesús Martínez, que mostraba su desolación y la del resto de allegados por esta pérdida. El pasado miércoles ingresaba en la clínica Xanit aquejada de una neumonía. El progresivo deterioro fue demasiado rápido para que el equipo médico pudiera frenarlo. Tenía 76 años. Rosas blancas y cuatro velas rodeaban el féretro custodiado en todo momento por policías locales vestidos con el uniforme de gala. Una fotografía de esa sonrisa amable y cercana presidía el escenario que se fue llenando de coronas y centros florales.

"Como artista se ha ido una persona muy importante, Marifé es copla y la copla es Marifé", consideró ayer su sobrina, y añadió que "siempre fue un ejemplo para todos, era una mujer sencilla que sólo pretendía ser una buena persona y lo ha sido con creces, la llevaremos siempre en nuestro corazón". José Manuel Muñoz fue una de las personas más cercanas a ella desde hacía más de 35 años. Y, a pesar del dolor, recordaba su figura con una sonrisa. "Ella recreó la copla, la modernizó y la hizo más flamenca; ella, además, la interpretaba, con 17 años ya la llamaron la actriz de la copla", comentó.

Pero la artista siempre quiso tener los pies bien puestos en el suelo, recibir sus triunfos con humildad y apoyar a los jóvenes talentos. Por eso, ayer acudieron al funeral las promesas de la copla, aquellas que ha catapultado el programa andaluz Se llama Copla y que la propia Marifé amadrinó brindando consejos y experiencia. María Lozano la conoció hacía una década, cuando cantó Torre de Arena y se llevó las felicitaciones de su ídolo. "Cuando entré en el programa de Canal Sur, ella se hizo con mi teléfono y me llamó a mi casa, me llegó mucho ese gesto y nuestra relación continuó, me dio muchos consejos", explicaba ayer con tristeza María Lozano. "Estaba entregada a la gente, era una gran persona, muy noble y como cantante, lo mejor de lo mejor", añadió la cantante malagueña.

Macarena Soto también señaló que el de ayer era "un día muy triste para el mundo de la copla". Decir adiós a una de las grandes, "que me apoyó mucho desde el principio", no era fácil. Erika Leiva, visiblemente emocionada junto a la sobrina de Marifé y su ahijada y heredera artística, Eva Román, afirmó que "artistas tan persona como ella no ha dado la copla" y señaló que "era grande con mayúsculas como persona y como artista, siempre pendiente de ayudar a los demás".

Acérrima seguidora de Juanita Reina, grabó unas 700 canciones e hizo dos películas. "Si hubiese tenido que elegir una entre sus canciones hubiese elegido María de la O", decía su amigo José Manuel Muñoz. Macarena Albarracín, amiga y cantante, también destacó su inteligencia y su espíritu inquieto a pesar de su poca formación académica. "Le fascinaba la poesía, era una mujer culta y eso se notaba a la hora de hablar en público", recordaba.

Y Diego Gómez, periodista y experto en copla, subrayó su prestancia sobre el escenario. "Ha tenido la virtud y yo la suerte de ponerme el vello de punta, se ha ido la última de las grandes del género y le doy mi más sentido pésame a la familia de la que yo también me siento parte", apuntó Gómez.

Periodistas, cantantes, compositores y músicos pasaron ayer por la capilla ardiente. Pero también muchos admiradores anónimos que viajaron a primeras horas de la mañana desde Sevilla o La Línea de la Concepción. Ana Caparrós y María Rodríguez cogieron un autobús para llegar a Torremolinos y decir adiós a una mujer "que lo tenía todo, honradez, humildad, era la mejor". "Era cariñosa y sencilla", destacaba Paqui Soto. Manuel Enrique Ciero y su mujer, Reyes, vinieron desde Sevilla para despedirse de su artista idolatrada y también de su amiga. "Era muy abierta, muy cercana, muy humana", dijeron. Para Miguel Aragonés, vecino de Periana, Marifé de Triana era una gran mujer, un verdadero "monumento nacional".