Diario de las artes

Esa realidad artística diferente

  • JUAN ISAAC SILVA. ECCO. CÁDIZ

Exposición de Juan Isaac Silva en Cádiz.

Exposición de Juan Isaac Silva en Cádiz.

EL arte contemporáneo tiene muchísimas connotaciones y desenlaces inesperados que pueden levantar las máximas inquietudes entre los mínimamente aficionados, aquellos que sólo buscan efectismos concretos de, más o menos, registros figurativos. Por eso, una exposición donde la realidad ejerza posiciones abiertas y desencajadas de lo canónicamente artístico, tiene, a la fuerza, que mostrar previos desenlaces de situaciones que amparen realidades muy bien acondicionadas en fondo y forma.

Vienen a mi casa dos bellas criaturas, Manuela y Carmen, hijas de mis amigos Jaime y Marta, que conocen al dedillo las paredes del lugar donde vivo. Ellas, aparte de la curiosidad de los más pequeños, me preguntan, con la mirada, sobre algunas de las formas, quizás incomprensibles, de lo que observan. Como casi todos los niños, gozan de una mirada privilegiada, sin ejercicios coercitivos que anulen la perspicacia de la primera ojeada y saben que en las paredes se presentan imágenes con ilusionantes episodios; algunos, es verdad, raros, muy raros.

Muchas veces me han preguntado sobre la significación de lo que ven e, incluso, me han reconvertido los que les explico y me hablan de situaciones felizmente atisbadas por su inocente capacidad de ver lo que, yo, con infinitos recursos y largos años de entusiasta visión, no llegaba a vislumbrar; ni siquiera, mínimamente, a moldear.

Sé que les llama la atención tantas cosas – incomprensibles a su opinión modelada en el colegio – que, a veces, sólo se quedan mirando y buscando entre los inescrutables caminos de sus mentes – por ahora, sin contaminar – qué sería aquello que colgaba inexplicablemente de las paredes. La realidad artística convencional poco, o nada, tiene que ver con los infinitos senderos por donde transcurre la creación plástica de hoy en día.

Sin embargo, lo que hay es lo que hay y los horizontes artísticos están abonados por circunstancias abiertas donde los registros se manifiestan a perspectivas con infinitos enfoques. Ya me gustaría a mí que los que asisten a las exposiciones tuvieran el alma tan abierta como las tienen los pequeños.

Juan Isaac Silva es un artista gaditano, con marchamo bien acentuado y carisma de autor sin reveses, sin complejos y con muchas buenas disposiciones hacia ese arte que hoy encuentra apoyo en formulaciones de muy abiertas circunstancias. Lo hemos visto en varias comparecencias, sobre todo en aquella, de feliz recuerdo, en la Sala Rivadavia, donde nos ofrecía situaciones insospechadas en torno al sentido del oído.

En su obra todo gira alrededor del mismo y lo hace porque dos hechos fundamentales dan sentido a casi toda su existencia. A los tres años contrajo una sordera progresiva provocada por una medicación inadecuada que lo llevó a la pérdida total de la audición. Esto condicionó su infancia y su juventud. Pero su deseo de comunicación le llevó a tomar una decisión valiente y sensata: estudiaría Bellas Artes para que lo artístico supusiera ese vehículo adecuado para poder comunicar a los demás sus intenciones, sus emociones y, casi, su vida.

El segundo episodio conformador de la existencia artística de Juan Isaac Silva lo posibilita el que, con treinta años, se sometió a un implante coclear por el cual comenzó a recuperar el oído y a percibir los sonidos que no llegaron hasta él durante veintisiete años. Un horizonte nuevo surgiría ante su vida, la personal y la artística. Los sonidos se hicieron presentes y sirvieron, al tiempo que para afrontar una nueva existencia llena de emociones y sensaciones, para formar parte de su trabajo artístico. Desde entonces, su vida y su obra está sometida a indagar sobre las infinitas posibilidades que tienen los sonidos y sus, también infinitas, circunstancias. Ante él se abre un horizonte donde tomar conciencia de un arte todopoderoso, en el que es posible argumentar modos y medios totalmente diferentes.

Su obra se nos aparece, además distinta y con unos planteamientos novedosos, tremendamente apasionante. Y así lo hace ver en esta exposición del ECCO gaditano. En ella el arte contemporáneo reivindica su faceta más abierta. Cualquier situación parecida a lo habitual en lo artístico es pura coincidencia. Juan Isaac Silva se vale de muchísimas situaciones para implicar al espectador en una realidad que él crea para hacer que transmita un argumentario de posiciones en las que el autor interactúa con el espectador a través de múltiples experiencias; siempre con los sonidos como ejecutores de una realidad que hace posible una nueva identidad formal, plástica, estética y, sobre, todo, conceptual y activa.

La exposición nos abre las perspectivas artísticas, nos plantea los parámetros de un arte diferente; de un concepto artístico donde la forma plástica no está sujeta a las habituales dimensiones sino que hace derivar hacia estamentos participativos donde el objeto plástico está condicionado por una realidad diferente; ni mejor ni peor, sino totalmente distinta.

Sin duda alguna, Juan Isaac Silva es un artista que ofrece un lenguaje particular donde se abre un horizonte ilimitado para poder tomar partido. Es, sin duda, un artista convencido y convincente.

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