"Los dibujantes argentinos hemos tenido la suerte de tener grandes maestros"
El autor argentino Horacio Altuna participó ayer en una charla abierta en El Palillero, dentro del programa Tarde de cómic · Habló de sus inicios, de sus obras, sus personajes y de lo mal que está el sector en España
Los aficionados al cómic tuvieron ayer un regalo de Navidad anticipado. Pudieron ver de cerca y dialogar con el autor argentino Horacio Altuna, en una nueva edición del programa Tarde de cómic, celebrada en El Palillero y organizado por el Área de Familia de la Delegación de Juventud e Infancia del Ayuntamiento de Cádiz. Algunos incluso obtuvieron como obsequio una obra de Altuna dedicada por él.
Antes de la charla, el moderador, José Luis Vidal, solicitó al autor argentino que hiciese un dibujo en un atril. Él se sintió incómodo porque, según dijo, "esta no es mi forma habitual de dibujar", pero dejó plasmado un bello perfil de la cara de una chica que estuvo presidiendo todo el acto.
Horacio Altuna contó que de pequeño leía Flash Gordon y El Príncipe Valiente, pero a medida que iba creciendo cambiaba de lecturas y aficiones dentro del dibujo.
"Creo que siempre quise ser historietista. Lo tuve muchos años como hobby. Estudié abogacía y tuve una granja de pollos, pero cuando fracasé en los estudios y con los pollos, me dediqué a la profesión. Soy un privilegiado porque puedo vivir de lo que me gusta. Bueno, soy doblemente privilegiado porque dentro de lo que me gusta, hago lo que quiero", expresó.
José Luis Vidal fue haciendo un recorrido por la vida, obra y personajes de Altuna, desde que "se convirtió en autor con mayúsculas" gracias al Loco Chávez, la tira que publicaba en el diario Clarín junto a Carlos Trillo en la época de la dictadura militar argentina, hasta los proyectos que tiene actualmente.
El autor argentino afirmó que las dos cosas que le gustan y que se pueden rastrear en su trabajo son los temas sociales y el humor. Hubo alguien del público que apuntó que en su obra también aparece siempre el erotismo, a lo que él contestó que "es un ingrediente más porque es algo que forma parte de la vida misma y quiero ser realista". Sobre este tema, el moderador recordó que Altuna también es conocido por las chicas que dibujaba para Playboy. Él respondió que le gusta dibujar la figura humana, "tanto mujeres como hombres, jóvenes y viejos.., y dentro de eso también dibujo chicas. Pero puedo dibujar chicos muy guapos, lo que pasa es que ninguna revista gay ha venido a pedírmelos". Aseguró que le parece raro e incluso le sorprende que en su pretensión de contar historias sociales "muchos están esperando ver culos" y después de haber dibujado más de mil páginas no eróticas frente a las 400 que ha hecho para Playboy, se le etiquete por sus mujeres.
También reveló que se había dado cuenta de que su gran influencia es el cine. "Cuando imagino las historias, las imagino filmadas. Los recursos cinematográficos son los que me alimentan. Me he formado viendo cine de los años 40 y 50". Otra gran influencia es la fotografía. "Soy gran amante de la fotografía y un fanático de los clásicos: Capa, Cartier-Bresson, Abbott; me doy cuenta de que siempre están en mi cabeza".
Horacio Altuna contó que pasó fatal la crisis de los 40. "Estaba realmente cansado, había perdido amigos, y decidí con mi familia empezar de cero en España", donde se vino en 1982. En Argentina era muy popular, pero "aquí no me conocía nadie". Y tuvo mucha suerte, porque ocupó el espacio que dejaron libre en Zona 84 los autores que se fueron para fundar Rambla. "También me ayudó ser argentino, porque los dibujantes argentinos hemos tenido la suerte de tener grandes maestros, con un nivel de excelencia absoluta, que eran muy conocidos en Europa". Eso le abrió muchas puertas.
Asimismo, habló de la situación del sector del cómic en España, que es "bastante chunga", porque aquí no hay editores que vendan fuera a los autores. "Si tú quieres publicar, el editor te dice que primero tienes que hacerlo en Francia y luego él compra los derechos". Para Altuna, deberían surgir editores que planteen la posibilidad de invertir en un autor que considere importante y lo venda en el exterior".
Al finalizar la charla, el obsequiado fue el propio autor, quien recibió de manos de la concejala de Juventud, Carmen Sánchez, una placa con el cartel del programa Tarde de cómic.
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