Elena Salvatierra: "Vuelvo a mi querido Teatro Villamarta 22 años después con la obra que definió mi amor por la música"

La portuense debuta al frente de la Orquesta Filarmónica de Málaga este viernes 14 con el Réquiem de Mozart

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Elena Salvatierra.
Elena Salvatierra.
Jesús Sánchez-Ferragut

12 de marzo 2025 - 04:27

Elena Salvatierra es gaditana de El Puerto de Santa María. Sus estudios comenzaron siendo una niña en el Conservatorio Elemental de Música 'Rafael Taboada', para continuarlos en la especialidad de piano en el Conservatorio Profesional 'Joaquín Villatoro' de Jerez. Sus estudios continuaron hasta convertirla en soprano y alcanzar la Licenciatura en la especialidad de Dirección de Orquesta por el Conservatorio Superior de Aragón.

Regresa ahora al Teatro Villamarta, donde a los 15 años ya formaba parte del Coro como soprano. Ahora, Elena Salvatierra lo hará estrenándose como directora musical del Réquiem de Mozart que se representará este viernes 14 de marzo. Bajo su batuta estarán, además de Coro y cantantes, la Orquesta Filarmónica de Málaga.

Pregunta.Hablemos de su carrera musical. ¿Le gusta que digan de Ud. que es 'Joven aunque sobradamente preparada', o prefiere otra definición? Si es que le gustan las definiciones, claro.

Respuesta.Creo que cada definición tiene su propio valor, pero más que quedarme con una etiqueta específica, me gusta que se reconozca mi evolución y mi dedicación a la música. Me considero una persona que trabaja constantemente para mejorar y seguir aprendiendo, independientemente de la edad. Al final, lo más importante es el compromiso y la pasión que se le pone a lo que nos dedicamos y amamos.

P.¿Ha sido (o es) su familia importante en la planificación de su formación y trayectoria hasta llegar a ser directora de orquesta?

R.Absolutamente. Mis padres siempre me han apoyado incansablemente desde que se dieron cuenta de que la música era lo que verdaderamente me movía. Desde muy pequeña, han estado pendientes de brindarme la mejor formación posible, no solo en lo musical, sino también en lo emocional; su cariño y apoyo han sido y siguen siendo fundamentales para enfrentar un mundo que, aunque hermoso, muchas veces resulta difícil de sobrellevar. Para mí, son el premio gordo de la lotería.

R.En estos últimos años mi marido ha sido también parte fundamental, animándome en mis momentos difíciles y alegrándose inmensamente cuando algo que me importaba se hacía realidad. Es un gran apoyo y compañero de viaje al que le debo mucho.

P.¿Qué desafíos ha enfrentado como mujer en una profesión, la de Directora de Orquesta, tradicionalmente dominada por hombres?

R.Como decía la directora de orquesta Antonia Brico, “No me considero una mujer directora de orquesta, me considero una directora de orquesta que resulta ser una mujer”. Partiendo de esta reflexión, enfoco todos los desafíos a los que me enfrento en esta profesión.

R.Es cierto que, a lo largo de la vida, se presentan todo tipo de reacciones cuando te ven subir a un podio o cuando te paras a analizar una partitura con un colega; pero por suerte, desafíos como tal que deba reseñar, puedo decir, de momento, el de enfrentarme a mí misma, en el podio, el ensayo y el concierto. He de reconocer que, a día de hoy, estoy rodeada de excelentes colegas directores que me ven como un igual, sin recurrir a la etiqueta de "mujer directora". Esto se debe, en parte, a que a nivel general se están sentando precedentes que permiten que el trato entre director y directora adquiera la naturalidad y normalidad que se merece.

P.De Directora Asistente en el Maestranza de Sevilla en Ariadne Auf Naxos de R. Strauss, a dirigir el Réquiem de Mozart en Jerez. Obras de épocas muy diferentes pero que sugieren coincidencias, como la profundidad emocional y espiritual de ambas: una sobre el amor, la pérdida y otra sobre la muerte y la redención. Seguro que sobre esto Ud. ya ha pensado algo antes…

R.Hay una relación muy estrecha, como en cada obra musical que trata de las inquietudes más profundas del ser humano. En Ariadne auf Naxos de Strauss, la temática del amor se presenta dentro de la tragedia de Ariadne, quien, después de ser abandonada en la isla de Naxos por Teseo, encuentra consuelo a través del amor de Baco.

R.El Requiem de Mozart, por otro lado, aborda el tema de la muerte desde una perspectiva solemne, buscando consuelo a través de la oración y el perdón.

R.Sin embargo, estas obras comparten un tema: la transformación profunda a través de la muerte mediante distintos canales. En el Requiem en concreto, se trata esta transformación de la mano de la muerte y la salvación, con momentos como el “Dies Irae” evocando el Juicio Final o el famoso "Confutatis", donde dicen las voces femeninas "Voca me cum benedictis" ("Llévame con los benditos") pidiendo el descanso del alma en la eternidad, enfrentando la muerte y la esperanza en la salvación divina.

R.Estas dos piezas musicales exploran la condición humana en una profundísima dimensión, recordándonos que el amor, la pérdida y la búsqueda de sentido tras la muerte son inquietudes que todos tenemos, y que la música expresa ensalzando aún más las palabras y su significado.

P.¿Cuáles son los aspectos más desafiantes en su opinión al dirigir una obra con orquesta, coro y cantantes?

R.Diría que el equilibrio, la coordinación y la comunicación.

R.Sobre el equilibrio, tratar de buscar la máxima calidad acústica pero sin poner todo el volumen al mismo nivel, sino respetando cada sección, dándole el protagonismo justo y adecuado. Hablando de la coordinación, cada grupo tiene dinámicas y tiempos de respuesta diferentes, por lo tanto mi gesto tiene que estar atento a ello, buscando que suene de manera natural y cohesionada.

R.Otro reto es la claridad en la comunicación. No es lo mismo dirigir únicamente la orquesta que dirigirla junto a un coro o cantantes solistas, donde la respiración y el fraseo juegan un papel fundamental para ellos. Además, los cantantes tienen sus propias necesidades tanto técnicas como expresivas. Al tener experiencia como cantante, trato de empatizar con ellos siempre, buscando en el gesto el máximo detalle para dejarles respirar, respetar su tiempo de fraseo, etc., sin perder la unidad con el conjunto.

P.¿Tiene alguna interpretación o enfoque personal para su dirección de este Réquiem de Mozart que quiera compartir con nosotros?

R.Mi enfoque es principalmente personal, ya que es una obra a la que le tengo especial cariño, porque fue lo primero que escuché desde que empecé a tener uso de razón, y que marcó muy fuerte mi amor por la música. Claro que también tengo un enfoque interpretativo en mi mente, donde, como digo siempre, pongo en marcha mi reproductor de música interno, y comienzo a recibir ideas tanto musicales como interpretativas. Mozart, además, me lo pone fácil porque su música siempre tiene una historia que contar, y aquí, tras todo el bagaje emocional que hay detrás de esta composición, se esconde una historia muy especial que quiero intentar plasmar en el sonido para que llegue al público; el cómo se sintió Mozart escribiendo sus últimas notas, una "visualización sonora" de su mundo interno.

P.¿Cómo se prepara para dirigir una obra tan emblemática como el Réquiem de Mozart? ¿Cuál ha sido el proceso de trabajo con la orquesta, el coro y los cantantes?

R.Es un proceso muy emocionante, especialmente por ser la primera vez que dirijo esta obra. Al comienzo, surge un batiburrillo de ideas producto del entusiasmo, que poco a poco voy canalizando mediante un estudio riguroso de la partitura, analizando su estructura musical, instrumentación y la sonoridad idónea en cada momento. Gestualmente, busco la claridad y una alta comunicación del sonido. Investigo cómo “meter en vena” la música, es decir, cómo hacerla fluir para llevarla como una corriente eléctrica a los brazos, manos, dedos y cara, y así llegar a una completa conexión con el elenco.

P.¿Y después de este Réquiem del Villamarta hay algún otro proyecto cercano a la vista?

R.Estoy deseando compartir noticias sobre un nuevo proyecto que estoy llevando a cabo, pero como dice un refrán: “¡No cuentes los pollos antes de que nazcan!”

P.¿Preparada para el reencuentro con sus excompañeros de coro del Teatro Villamarta? ¿Qué consejos les daría?

R.¡Tengo muchas ganas de volver a verles de nuevo! Hace relativamente poco los vi y fue muy emocionante, ver que están maravillosos, reviviendo recuerdos, vimos fotos de las primeras producciones que hicimos en aquel año 2003…

R.Es increíble que 22 años después, vuelvo a mi querido Teatro Villamarta para dirigirles, ni más ni menos que con la obra que definió mi amor por la música. Es algo espectacular.

R.Le doy gracias de corazón a Carlos Granados, director-gerente del Villamarta por esta maravillosa oportunidad.

R.¿Un consejo para ellos? Que nunca se aparten de la música. Es una gran compañera de viaje que lo ilumina todo, rejuvenece el alma y crea momentos inolvidables.

R.Espero poder vivir muchas experiencias con ellos porque también forman parte indispensable de mi amor por la música. Son uno de los primeros tesoros que conocí al empezar a caminar en el mundo de la música.

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