"La falta de conciliación con uno mismo es un asunto preocupante"
La exitosa escritora Vanessa Montfort presentará hoy, junto a su editor, en la librería 'Luna Nueva' su último libro, 'Mujeres que compran flores', a punto de alcanzar ya la 15ª edición
Novelista y dramaturga pero, sobre todo, amable. Vanessa Montfort (Barcelona, 1975) visitará hoy la ciudad para presentar su último éxito editorial que va camino ya de la 15ª edición, 'Mujeres que compran flores' (Plaza & Janés). Una obra "bella pero con espinas" (como la define una lectora) con la que la autora se sumerge por primera vez en el universo de la mujer, "quizás porque siempre me ha interesado más la vida de los otros, contar lo que le sucede a personajes que no tienen nada que ver conmigo. Cuando escribo un libro lo hago para digerir el mundo que me rodea y porque hay algo que no entiendo. Creo que las mujeres estamos en proceso de cambio, hemos llegado a un punto, sobre todo las que tenemos entre 35 y 45 años, destinatarias de esos derechos que se ganaron nuestras madres y abuelas sobre el papel, que nos toca ejercitarlos". Una labor que Montfort asegura "no está siendo fácil, y no sé realmente por qué. Esa conciliación de la que se habla está siendo tremendamente difícil de llevar a cabo".
Pero, sin embargo, hay algo que a la escritora le preocupa aún más y es "la conciliación con uno mismo, es decir, ni siquiera nos preguntamos si nos merecemos la recompensa en forma de tiempo, de espacio para nosotras". Una generación que vive, asegura, "bajo una gran presión, la de la mujer perfecta, que parece que tiene que pagar un peaje por esos derechos adquiridos de nuestras antecesoras y la forma de demostrar que nos lo merecemos es tratar de ser, no buenas, sino perfectas". A este respecto, apunta que hay personajes en su novela que ni siquiera se permiten envejecer. "Creo que estamos hechas un sándwich de responsabilidades enormes. Este libro aboga por buscar nuestro lugar en el mundo con cierto relax y por que la sociedad intente adaptarse a esa nueva mujer que ha nacido". De esta forma, las flores de las que habla Montfort en su obra son una especie de metáfora "sobre darte recompensas, en este caso, en forma de algo efímero y bello, que sabes que no va a durar pero que es algo para ti y para nadie más. Por eso empiezan a comprar flores para los demás pero acaban comprándolas para ellas mismas".
La de hoy será una presentación "muy especial". Será en la librería Luna Nueva, a las 19,30 horas, en la que Montfort tendrá un coloquio con su editor, Alberto Marcos, en torno a los modelos de mujer de la sociedad actual y las flores que simbolizarían estos síndromes y que representarían a cada tipo de mujer. En colaboración con una floristería local, se engalanará la librería con flores y al terminar, cada lector se llevará la flor que mejor encaje con su personalidad. Un día para celebrar esos más de 50.000 ejemplares vendidos, "un milagro que han logrado los lectores, que hacen que este libro siga vivo un año después de salir. Así que, qué mejor manera que dedicarle una gira a los lectores para celebrar con ellos lo que han hecho por esta novela".
Una obra que, a pesar de llevar en el título la palabra 'mujeres' (por lo que sería muy fácil etiquetarla como literatura femenina), "los hombres son el 50% de la población así que creo que también les puede interesar esta obra y lo que nos pase. De hecho, y permítanme la broma, la novela 'Soy un gato' de Natsume Soseki, que me encanta, no es una novela para gatos, pues 'Mujeres que compran flores' tampoco es una novela para mujeres sólo porque lo ponga en el título". Y cuenta a propósito que lectores hombres de otros países le escriben y le manifiestan su asombro porque dicen entender ahora más cosas del universo femenino, que se sienten incluso identificados con personajes masculinos de la novela.
Vanessa Montfort está considerada una de las voces destacadas de la reciente literatura española. Licenciada en Ciencias de la información, cuenta con tres novelas previas premiadas: 'El ingrediente secreto' (Premio Ateneo Joven de Sevilla, 2006), 'Mitología de Nueva York' (Premio Ateneo de Sevilla, 2010) y 'La leyenda de la isla sin voz' (Premio Ciudad de Zaragoza a la mejor novela histórica del año. Plaza & Janés, 2014), un éxito de crítica editado en varios países. En su variada obra teatral destacan 'Flashback', 'La cortesía de los ciegos' y 'Tierra de tiza', escritos para el Royal Court Theatre de Londres; 'La Regenta', versión libre de la novela de Clarín (Teatros del Canal, 2012) o 'Sirena negra', llevada al cine por Elio Quiroga (2015). A partir de 2015 dirige la compañía teatral 'Hijos de Mary Shelley', que se presenta en Madrid con 'El hogar del monstruo' (Centro Dramático Nacional, 2016). Su obra está siendo traducida, estrenada y publicada en antologías y estudios críticos de Europa, Estados Unidos, América Latina y Asia.
Así que, a pesar del trajín, no deja pasar las historias de largo, las va apuntando en numerosas libretas y en notas de Iphone que le permiten guardar fotos y numerosa documentación. Un gran amigo suyo, el periodista José Miguel Giráldez, le dice que ella es una "gran observadora de la realidad y toma muchas notas del natural". Y así es. "Heredado de mi pasado periodístico, observo mucho a la gente y tengo una buena memoria fotográfica y musical, así que me nutro de esas notas a las que voy poniendo etiquetas: 'posible personaje', 'posible novela', 'posible diálogo', y dependiendo del tamaño de cada historia y de su mensaje, decido si va a un género o a otro, es decir, literatura o teatro". "Cuando escribo teatro -destaca la autora- me pongo más reivindicativa política, social. Y 'Mujeres que compran flores' es una novela social que no trato desde el victimismo. No hablo de sexo opuesto, hablo de sexo complementario. Porque los hombres son nuestros cómplices en este proceso de readaptación de la sociedad".
Ahora, tiene una novela a la vista. Será sobre la tolerancia y nuestras creencias espirituales -no religiosas- más profundas. "En las grandes ciudades, que es donde yo suelo bucear para encontrar mis historias (ahora acaba de regresar de Shanghai de residir dos meses) veo que hay una nueva generación en la que todos trabajamos más horas de las debidas, estamos todos en una especie de huida hacia adelante y la gente está empezando a buscar o a preguntarse qué construimos por dentro y sobre nosotros mismos. Vivimos muy rápido y hay poco tiempo de sosiego para pensar en nosotros mismos. Con esa idea y con la que surge en 'Mujeres que compran flores' de transformación, pues me he encontrado con una historia real que me apetece contar, con la gran transformación de un ser humano".
Y detrás de todo, al final, están las cartas "preciosas" que le escriben hombres y mujeres sobre sus obras, y también sobre 'Mujeres que compran flores', "en las que no se limitan a hablar de si les ha gustado o no, sino que me cuentan sus propias historias, sus relatos. De alguna manera, me he convertido en lectora de mis lectores con esta novela, lo cual es precioso".
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