Manu Sánchez. Presentador, escritor, humorista, actor y empresario.

"El humor molesta"

  • El actor sevillano da una vuelta de tuerca a su personaje más ambicioso de 'El Gran Emigrante' y estará en el Teatro Villamarta los días 10 y 11 de abril

"El humor molesta"

"El humor molesta"

Manu Sánchez (Dos Hermanas, 1985) llega a Jerez para ofrecer su renovada comedia teatral ‘El Gran Emigrante’, que representará los próximos 10 y 11 de abril a las 19 horas, en el Teatro Villamarta. El nuevo reto escénico del sevillano combina el humor, la sátira política y la crítica social y, fiel a su esencia, incorpora ahora en un texto totalmente revisado con algunos de los hitos más relevantes de la actualidad, como la pandemia de Covid o la polémica suscitada en torno a la salida de España del Rey Emérito. Después de meses en los que las artes escénicas han tenido que echar el cerrojo a causa de las medidas sanitarias impuestas para frenar el avance del Covid-19, este extraterrestre de andaluzas hechuras emprende de nuevo su viaje por los escenarios más destacados de nuestro mapa teatral y recala en Jerez para explorar "nuestro mundo y nuestras costumbres, que observa con ojos nuevos".

-Regresa al Villamarta, un teatro que usted conoce muy bien. Una nueva apuesta por la cultura segura.

-Empieza a ser un poco redundante lo de cultura segura porque nunca ha dejado de serlo. Desde la cultura se han hecho todos los deberes y se han asumido una serie de normas muy poco generosas y no se nos ha tratado como un sector empresarial e industrial. No sólo alimentamos el alma, sino también a muchas familias que trabajan por y para la cultura. Seguimos trabajando desde los aforos reducidos, las distancias sociales y las mascarillas. Durante la pandemia, la cultura algo ha ayudado a la salud mental, en la que tanto ponemos ahora la vista. La música, las series, las películas, las risas, las redes... creo que algo ha ayudado a llevar esta situación extraña y dura. Ahora toca el momento de volver a la 'normalidad'. La sensación de ir a un teatro y de hacer teatro tienen ese saborcito a cotidianidad, de cosas que hacíamos antes de este jaleo que le dan un punto sanador a toda esta historia. 

-Háblenos de ‘El Gran Emigrante’, porque ya no tiene nada que ver a cuando se estrenó, unos meses antes de la pandemia. 

-La obra es totalmente diferente porque el mundo es totalmente diferente ahora. Este extraterrestre que llega a una azotea jerezana se encuentra una cosa diferente a lo que vio antes del Covid. Si alguien vio aquel 'Gran emigrante' hace un año puede venir porque va a ver otro totalmente diferente, una obra absolutamente nueva. El texto ha habido que cambiarlo porque el extraterrestre ve gente con mascarillas, analiza un planeta extraño, con toques de queda, nadie en la calle por las noches... No podíamos seguir hablando de lo que veía hace un año atrás. Cuando hay humor de por medio, se van ajustando las cosas. Todo es intuición hasta que no lo pones a prueba delante del público. Este personaje es un regalazo porque llega virgen y mira al mundo sin prejuicios. Hicimos la trilogía del poder con ‘El Rey Solo’, El Último Santo’ y ‘El Buen Dictador’ y a 'El Gran Emigrante' casi que lo estamos estrenando. Le quedan un par de años de gira. Pienso además que lo recuperaremos para futuros espectáculos. Ha llegado para quedarse. 

-Con los tiempos que corren, habrá sido muy delicado darle humor a temas espinosos. 

-Sí, hay una fórmula que dice que humor es tiempo + distancia. Creo que todo está muy reciente y no ha terminado, así que el humor se complica. Creo que se puede hacer humor de todo y te puedes meter en algún charco que otro. A mí el humor que me gusta hacer es el de molestar a los que mandan, dar palitos hacia arriba. Haberme criado humorísticamente con el Carnaval de Cádiz, Gila, los Monty Python... pues si hay que dar un toquecito que sea hacia arriba. Efectivamente, no me gusta hacer bromas de gracias que afectan a la gente, no es donde toco, prefiero respetar ese tiempo y distancia. De todo se pueden hacer bromas pero hay que ver a quién se molesta o no. Porque lo que está claro es que el humor molesta y es una de sus grandes ventajas. Si sólo fuera una frivolidad que entretiene no me dedicaría a él. Pero creo que a los cómicos se nos viene a ver muchas veces como quien va a ver a los trapecistas, que gustan porque se pueden matar. Nadie quiere que se maten, pero es lo emocionante. Así que cuando los cómicos nos metemos en algún charco lo bueno es que tienes que salir vivo del ejercicio, ser ingenioso, los dobles sentidos, decir las cosas sin decirlas. Como espectador celebro más el ingenio que la gracia casi. Y como cómico, pues intento ofrecer eso al público. 

-Esta pandemia, ¿le ha hecho ver el humor desde otra perspectiva?

-El humor, en estas tierras, es un recurso para la supervivencia. Aquí, donde se han pasado tantas fatigas, el humor no nace de frivolizar sino para darle la vuelta a las desgracias, con aje (ángel).

-¿Cómo mira Manu Sánchez la vida ahora?

-Creo que como a todos, esto nos ha servido para reordenar las prioridades. Nos hemos dado cuenta de la importancia de un abrazo, de ir andando por la calle sin mascarilla, de respirar aire puro, la movilidad, la libertad... La normalidad estaba infravalorada por normal. Ahora se ha valorado. Esta pandemia nos ha robado parte de la alegría y debemos esforzarnos en recuperarla. Yo, que soy optimista crónico, he tenido la suerte de pasar 24 horas con mi hijo, que ahora tiene 2 años. Al final, la prioridad ahora es lo que antes dábamos por hecho. Espero que después de un año de pandemia no se nos olvide. 

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