José Luis Franco, el alumno al que recomendó Andrés Segovia

Obituario

El guitarrista jerezano ha fallecido a los 91 años de edad en su ciudad natal tras casi diez años luchando contra el Alzheimer

Fue el primer profesor de guitarra clásica en la Universidad de Nueva York, donde desarrolló su carrera durante 32 años antes de regresar a Jerez en 1992

José Luis Franco, en una entrevista concedida a Diario de Jerez.
José Luis Franco, en una entrevista concedida a Diario de Jerez.
Fran Pereira

12 de marzo 2022 - 19:03

Pocos en el mundo de la guitarra clásica pueden presumir de haber tenido como maestro a Andrés Segovia, algo de lo que José Luis Franco Cañero podía presumir. El guitarrista jerezano ha sido uno de los grandes músicos que ha dado Jerez, algo que, sin embargo, pocos han sabido valorar en su tierra.

El pasado miércoles, José Luis nos dejaba a los 91 años y tras casi diez años luchando contra el Alzheimer, una enfermedad que le había apartado definitivamente de "la dueña de su vida" o "mi mejor compañera", la guitarra.

Su idilio con este instrumento comenzó a los 14 años cuando aprovechó que sus padres habían regalado una guitarra a uno de sus hermanos (siete en total) para acercarse a ella. Desde muy pequeño, su familia le había inculcado el amor por la música a todos sus hijos, pero fue José Luis el único que se dedicó profesionalmente a la misma.

José Luis Franco, con su guitarra.
José Luis Franco, con su guitarra.

Siendo apenas un adolescente y tras aprender de manera autodidacta, se marchó a Madrid donde comenzó a trabajar como fotógrafo de prensa y estudiar en el Conservatorio de Música de Madrid hasta que en uno de sus conciertos Luis González Robles, un señor que conoció en la capital, le ayudó para dar tres Cursos Internacionales (1958, 59 y 60) en Santiago de Compostela con el mismísimo Andrés Segovia, que había sido su ídolo como guitarrista. También pudo recibir clases de otros maestros como Joaquín Rodrigo, Alexander Tansman y Federico Mompou.

Comenzó entonces su verdadera carrera profesional que le llevó a actuar por numerosas localidades españolas hasta que el propio Andrés Segovia le recomendó que se marchara a Estados Unidos, concretamente a Nueva York, "a enseñar en la universidad una pequeña introducción al mundo de la guitarra clásica, que allí apenas existía". Su conocimiento del inglés y el francés, "que estudié por recomendación de mi hermano mayor", permitieron a José Luis Franco asentarse en el país norteamericano, donde permaneció nada menos que 32 años.

Una imagen de José Luis Franco.
Una imagen de José Luis Franco.

En Norteamérica trabajó en Long Island Institute of Music (1961–1972), Queens College (1972 – 1976), labores que compatibilizaba realizando numerosos conciertos por todo Estados Unidos.

El jerezano abrió el primer departamento universitario de guitarra clásica en Nueva York" en 1973, un puesto que desempeñó hasta 1990, según ha confesado en alguna de sus entrevistas, y por donde pasaron más de 1.300 alumnos estadounidenses.

Su trabajo como profesor no le impidió seguir desarrollando su carrera como musicólogo e historiador, centrando su trabajo en la música del siglo XVI, publicando varios audiovisuales realizando multitud de conciertos-conferencias combinando de esta forma música, historia del arte, cartografía y literatura en un nuevo concepto para la educación. Uno de los más llamativos, tras quince años de trabajo de documentación en el Museo de Indias de Sevilla y el Museo Naval de Madrid, fue el que realizó coincidiendo con la conmemoración del bicentenario de Estados Unidos (1976), donde muestra la herencia española en este país, y que posteriormente fue revisado en 1989 con motivo del V Centenario del descubrimiento de América. También publicó trabajos sobre la figura de su paisano Alvar Núñez Cabeza de Vaca y Esteban ‘El Negro’, otro de los cuatro supervivientes de la expedición de Pánfilo Narváez en 1528.

Regreso a Jerez con el reto de seguir enseñando

En 1992, tras alcanzar su jubilación, decide regresar a su Jerez natal para dedicarse a la docencia en su propia academia, un lugar en el que nada más entrar se podía leer: ' Donde música hubiere, cosa mala no existiere'.

Aunque siempre se dedicó a la guitarra clásica, José Luis Franco, como buen jerezano, también conocía los secretos de la guitarra flamenca, no obstante, nunca aceptó la enseñanza "de oído", pues era de la opinión de que esa manera de aprendizaje "es igual que aprender un idioma y no saber ni leerlo ni escribirlo".

Además, lamentaba que en su tierra "la gente está demasiado cerrada a otros mundos. Se encasillan demasiado en el flamenco y no se dan cuenta de que si se enriqueciesen con otra música podrían hacer cosas nuevas dentro del mundo del flamenco".

Pese a todo era consciente de que en la provincia de Cádiz "es donde mejor se toca la guitarra flamenca", de ahí que en su regreso se marcase como objetivo "que también fuese Cádiz donde mejor se tocase la guitarra clásica".

Su inquietud constante hacia la música le hizo también crear un método de guitarra para aprender en tres meses, un método que defendía y corroboraba con muchos de sus alumnos. Para él, Narciso Yepes fue "el mejor guitarra clásico de todos los tiempos" y aseguraba que pese a crear algunas composiciones propias "siempre he tenido el complejo de que no tienen categoría suficiente".

El maestro José Luis Franco, junto a un alumno invidente.
El maestro José Luis Franco, junto a un alumno invidente.

Defendió siempre la guitarra de concierto, si bien reconocía que en España "no se valora" esta práctica, de ahí que cuando tenía que cada vez que se subía al escenario era "en Estados Unidos, porque allí se me reconoce más, tengo mucho más nombre".

En 1986 entró a formar parte de la Cátedra de Flamencología de Estudios Folclóricos Andaluces de Jerez, de la que era miembro numerario, y a la que accedió tras una ponencia en la que analizaba la visión de los extranjeros del fenómeno flamenco.

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