Luis Fonsi: "Va a ser especial, espero poder transmitir al público todo lo máximo”
El artista quiere deleitar al público con sus baladas y otros ritmos en un concierto multicolor que será vivo e interactivo el 30 de julio en la bodega Las Copas, dentro del Tío Pepe Festival
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Con la genética puertorriqueña, la ilusión norteamericana y un corazón tan inmenso como el planeta Tierra, en el que triunfa desde hace décadas, nos atiende Luis Fonsi, encantado de poder volver al Tío Pepe Festival porque, según sus propias palabras, es un honor que de nuevo le hayan invitado a una tierra tan rica, con una gente tan maravillosa, a un festival perfectamente organizado donde solo hay que dejarse fluir para que la noche del concierto sea diferente, única y especialmente bonita e inolvidable.
Pregunta.–¿Es ese su objetivo para esta nueva presencia en Jerez?
Respuesta.–Sí. Recuerdo con bastante cariño la anterior vez que visité el Tío Pepe Festival. Además de sentirme querido, recuerdo que fue todo muy fácil, porque la organización era perfecta, las atenciones eran encantadoras, técnica y logísticamente todos los problemas se solucionaban de manera eficaz y uno, como artista, solo tenía que dejarse llevar para ofrecer al público lo mejor.
P.–¿Y qué espera de sí mismo?
R.–Espero que esta vez sea así también. Y si es posible, mucho mejor. Soy un fanático de Andalucía porque por todos lados se respira arte y amabilidad. Y este próximo 30 de julio va a ser especial. Aunque cada concierto es diferente, espero que esa noche pueda transmitir al público todo lo máximo, y esté a la altura de la ilusión que tengo por volver. Quiero que la gente cante y baile conmigo y disfrute en todo momento.
P.–¿El repertorio de un concierto como el que esperamos es cerrado o está abierto?
R.–Yo siempre siento que lo importante es la conexión entre el escenario y el público. Conexión emocional a todos los niveles. Tanto que cada concierto es diferente porque empezamos con unas expectativas y acabamos tocando y apostando por alguna improvisación que el público pide, o que nosotros mismos entendemos que la energía que se esté creando pida un giro y debemos apostar por ese otro camino. Es difícil de explicar, es como una energía diferente y especial que hace que cada directo sea diferente.
P.–¿Tiene constancia de que ha creado una impronta como artista?
R.–Lo que sí sé es que tengo un lenguaje musical propio pero yo siempre he apostado por la evolución, aun manteniendo mis raíces. Tengo claro que nací a este mundo como artista musical en la etapa de estudios ya en Estados Unidos, con mis primeros trabajos y tenía claro lo que quería. Pero después de veintisiete años, he aprendido que prefiero seguir mi instinto, conocerme y seguir las sensaciones para ir avanzando sobre la marcha.
P.–¿Cómo hace para crear y componer?
R.–No hay un GPS que te diga por donde debes ir, sino que lo que hay que hacer es escuchar tu corazón y tener seguridad hacia dónde quieres ir y que método quieres seguir. Se trata de ir creciendo para acabar componiendo. De ahí que en cada álbum pueda coincidir de todo. Me gusta sobre todo la balada, pero también soy fiestero, me gusta la salsa, el ritmo y combinar todo esto es lo difícil. Lo difícil pero a la vez lo maravilloso para crear.
P.–¿La inspiración o el método?
R.–No soy de encerrarme para componer. Mi inspiración la obtengo de momentos cotidianos, del día a día. De poder escuchar una conversación, de ideas que nacen de la nada, de ir caminando por la calle y tener una idea sobre una situación que estoy viviendo. Es como si tuvieras que tener una esponja para absorber sensaciones que después acabo haciendo una melodía e íntegro ahí las palabras, incluso uso mi teléfono para tomar notas que después ordeno. Después, en el estudio, a toda esa amalgama le damos forma y vamos construyendo.
P.–¿Se ha sabido adaptar a la realidad musical de las baladas?
R.–Por supuesto, no solo por el éxito famoso del tema Despacito en el que se apostó por un pop más urbano, sino que todas las demás canciones son fruto de la emoción y de las ganas de cantar al amor y a la vida. Las baladas son las que más me llenan y creo que también al público, y todas ellas llevan la impronta del amor en un mundo actual tan vertiginoso pero también disfruto con otros ritmos.
P.–¿Cada concierto tiene un color especial?
R.–No hay dos conciertos iguales. Aunque partimos de un repertorio, después, y sobre la marcha vamos añadiendo propuestas. Mi familia, como yo la llamo, todo el equipo artístico y técnico, tenemos muy claro lo que hacemos. Con solo mirarnos sabemos cómo estamos y qué queremos hacer en cada momento. Una familia a la que adoro y que es fundamental para que cada concierto sea un éxito.
P.–¿Y en el Tío Pepe?
R.–Habrá una mezcla de todo. Canciones de siempre, canciones del último trabajo El Viaje, el undécimo álbum, del que estoy muy orgulloso, promocionándolo ahora desde hace año y medio, y donde hay temas donde hay mucha tela que cortar. Y después las de siempre y las que, en un momento de emociones fuertes, surjan.
P.–¿Un tema que le defina y con el que sienta identificado?
R.–Pues sin duda, el tema No me doy por vencido. Va en mi línea de pensar, de ser un trabajador nato, terco, con mucho corazón y mucha garra para seguir adelante. De saber que con el esfuerzo se consiguen los retos y que al final del camino está la recompensa. Una balada dentro del álbum Palabras del silencio que también tuvo mucho éxito hace ya más de quince años.
Con palabras de amor a su profesión, de agradecimiento a sus fans y con un tono repleto de amabilidad y de ilusión, la conversación transmite ilusión por su trabajo y, a la vez, ganas de dar todo ante sus seguidores en los conciertos. Nos hace partícipe de un reto personal, al que lleva años dándole vueltas, que no es otro que componer una canción a su país, Puerto Rico, como agradecimiento y como regalo para sí mismo, aunque la tarea es ardua porque se la toma con respeto y con la grandeza que se merece, por lo que no sabe cuándo la lanzará.
Despedimos mutuamente este rato encantador, no sin antes emplazarnos para la noche en que volverá a deleitar con su ritmo y su pop de todos los colores en los jardines de Tío Pepe. Qué mejor ocasión para volver a disfrutar sus baladas y de un profesional entregado al que la vida le ha sonreído con premios internacionales, pero que, rebosa humildad sobre todo porque tiene claro que el reconocimiento de sus seguidores es un honor y el cariño de su público el mejor de los regalos.
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