Para mantener las esperanzas
Hace tiempo que no teníamos la oportunidad de asistir a la buena nueva de que una galería de arte abriera sus puertas para iniciar su andadura en este difícil universo de lo artístico; la crisis que nos corroe desde hace varios años se ha encargado de que hayamos tenido que contemplar el desesperante espectáculo de galerías poniendo fin a sus ilusionantes expectativas. Y ha sido en una población cercana, de nuestro entorno inmediato, alejada de los deslumbrantes espacios urbanos, de importantes calles comerciales de grandes ciudades, la que va a tener la suerte de contar entre su tejido empresarial - también cultural - una nueva galería de arte. En la calle Arcos de Lebrija, frente al mercado, se levanta El Viajero Alado, el espacio expositivo que va a dirigir el matrimonio formado por Ana Bellido y Bruto Pomeroy. Los dos tienen amplio historial en el mundo artístico; ella es artista plástica conocida; él está enfrascado en mil y una aventuras en el mundo cultural, periodista, productor de eventos y un largo etcétera de actividades. Ahora, en estos tiempos en los que aventurarse en cualquier mínimo proyecto es toda una heroicidad, han decidido instalarse en Lebrija y abrirse al universo artístico con una galería que ha sido inaugurada por todo lo alto. Para iniciar el proyecto se ha elegido a un artista grande, de extenso recorrido y significativa fortaleza plástica: Fernando Bellver, ese loco maravilloso, maestro del grabado y grabadores, uno de los mejores artistas del panorama español y máximo hacedor de una obra gráfica a la que él ha impuesto muchos y buenos recursos.
Para el evento, los nuevos galeristas han convertido Lebrija en el centro Bellver - el autor madrileño da para mucho -. Dos exposiciones importantes ocupan los espacios de la nueva galería y de la Sala Misericordia - bello centro multiusos que expande todos sus magníficas posibilidades museológicas con la obra de Fernando Bellver - y, para completar este festival espectacular, la película 'El Viajero alado', obra importante, recientemente estrenada en el Festival de Cine Alcances, protagonizada por la vida y la obra de un Bellver, sujeto activo cuya realidad existencial y artística da para muchos largometrajes y que, en este caso, se debe a la dirección sabia y justa de Ana Bellido, conocedora como nadie de la personalísima vida del pintor.
La nueva galería acoge una variada muestra de algunas de las obras cumbres de Fernando Bellver, aquellas significativas series que han marcado algunas de las épocas míticas del artista y que, ahora, con la perspectiva que da el tiempo, se nos convierte en piezas de culto. Obras de Fernando Bellver que nos transportan a los grandes modos de la estampa clásica pero que, al mismo tiempo, ejercen una nueva dimensión plástica y estética ofertando nuevas realidades y abriendo caminos para que por ellos circulen las frescas brisas de una creación siempre expectante.
Fernando Bellver, que es inclasificable por su amplio bagaje artístico y por sus muchos y edificantes planteamientos estéticos, es uno de los últimos artistas que todavía quedan con una idea superior del arte como actividad mágica de infinitos horizontes, esos a los que él siempre ha acudido para proclamar un arte sin fronteras donde la libertad empieza en el alma libre de su autor.
Nosotros nos alegramos infinitamente por la aparición de este nuevo espacio expositivo, por Fernando Bellver, ese viajero alado con una cerveza en la mano, nos alegramos por Lebrija que ya cuenta con una galería de arte manejada con solvencia y nos alegramos por el arte mismo, que en tiempos de dificultades, mantiene vivas las esperanzas.
El viajero alado y Lebrija bien vale una visita. Allí nos encontraremos con un Fernando Bellver genial y eterno.
No hay comentarios