Obituario | Flamenco

Fallece a los 68 años el guitarrista José María Molero

  • El jerezano, alumno de Rafael del Águila, perteneció durante años a ballets importantes, como el Ballet Nacional y el de María Rosa, y fue Copa Jerez de la Cátedra en 1986

  • Desarrolló de la misma forma su labor como guitarrista de acompañamiento, sobre todo junto a la familia Sordera, y la de compositor para los espectáculos de la bailaora Nina Corti

Fallece a los 68 años el guitarrista José María Molero

Fallece a los 68 años el guitarrista José María Molero

El guitarrista José María Molero ha fallecido esta pasada madrugada en Madrid, ciudad en la que residía desde hace décadas, a la edad de 68 años. El jerezano formaba parte de aquella generación de tocaores que bebió del conocimiento del maestro Rafael del Águila, sin lugar a dudas, junto a Javier Molina, claves en el desarrollo de este instrumento, dentro del flamenco, en Jerez. 

Fue precisamente el propio Rafael del Águila, quien le recomendó, con apenas 16 años, a dar el salto al Conservatorio de Sevilla, donde se matriculó y se formó, para dar posteriormente, en concreto dos años después, el salto a Madrid, donde se instaló. 

Como todos aquellos jóvenes que cogieron la maleta y se marcharon a la capital buscando una estabilidad profesional, José María Molero pasó por muchos de los tablaos que durante aquella época, finales de los sesenta y la década de los 70, acogían a la flor y nata del flamenco, Torre Bermejas, Los Cabales o el Corral de la Pacheca, lugares que como él mismo reconocía en una entrevista concedida a este medio en 2017, "aprendí mucho porque yo sólo sabía tocar y leer partituras, pero nunca había tocado para baile. Allí estaba gente como Paco Cepero, Vicente Soto y Camarón, de los que también aprendí". 

Su progresión dentro de los ambientes flamencos de aquella época le permitió dar el salto a grandes ballets, primero al de María Rosa, donde fue el primer guitarrista hasta la incorporación del también jerezano Fernando Moreno, y posteriormente en el Ballet Nacional de España. "Fui el primer guitarrista del Ballet Nacional de España. Cuando llegué se llamaba el Ballet de los Festivales de España y luego pasó a llamarse Nacional. Allí trabajé con Rafael de Córdoba, María Rosa, Carmen Rojas y con Antonio. Fue una parte de mi vida muy intensa", admitía.

Desde allí, desde aquella atalaya jerezana, José María Molero se convirtió en una especie de embajador para muchos artistas jerezanos que emigraban a Madrid buscando trabajo, entre ellos el citado Fernando Moreno, y también Moraíto Chico. "He ayudado a mucha gente que venía por primera vez a Madrid he ayudado. Han venido muchos, pero de una de las cosas que más orgulloso estoy fue de haber ayudado a Moraíto a entrar en el Ballet Nacional".

Otra de las grandes aportaciones de José María Molero fue a través de la bailaora suiza Nina Corti, con la que recorrió durante 17 años media Europa, una etapa de su vida que calificaba como "muy intensa". Con sus espectáculos y con artistas de la talla de José Mercé y Enrique Morente, Molero recorrió "Alemania, Suiza, Francia e Inglaterra, es decir, pasamos por escenarios como el Albert Hall de Londres o la Ópera de Viena. Yo tocaba la guitarra pero también era el encargado de los arreglos de los demás músicos. Fue otra gran experiencia".

Entre los reconocimientos que el guitarrista jerezano recibió durante su carrera destaca la Copa Jerez que le concedió la Cátedra de Flamencología de Jerez en el año 86. Asimismo, fue durante muchos años jurado del Concurso de Guitarra de la Peña Los Cernícalos.

A nivel discográfico, el jerezano ha dejado un legado extenso poniendo su guitarra al servicio de grandes artistas y destacando también como compositor. Como guitarrista de acompañamiento estuvo especialmente ligado a la familia Sordera, participando en trabajos discográficos de Manuel Soto 'Sordera', 'Cantes de la Calle Nueva' (1977), 'Se canta lo que se pierde (1978), y con su hijo Vicente Soto, con el que grabó dos de sus mejores trabajos, 'Tríptico flamenco' (1996), 'Entre dos mundos' (2000), además de 'Estar alegre (2005).

Con la bailaora Nina Corti grabó 'Nina Corti' (1983), 'A mi niño' (1985), 'La quinta' (1986) y 'Suite Encuentros' (1991) mientras que con Yeye de Cádiz hizo lo propio con 'Llega lejos Andalucía' con Yeye de Cádiz (2008).

En la última entrevista concedida a este Diario, Molero destacaba que siempre "he hecho mis propias falsetas y composiciones, nunca he tocado nada de otros guitarristas", y aseguraba que a lo largo de su carrera se acercó en muchas ocasiones al jazz, de hecho su guitarra ha sonado en festivales tan importantes como el de Bimhuis en Holanda, el de Jamborée, en Polonia, Montreaux, en Suiza y el Festival de Jazz de Edimburgo.

Su último trabajo llegó en 2017 gracias a la colección 'Flamenco y Universidad', en la que, gracias a Rafael Infante y Pedro Carabante, se recopilaron algunas de las mejores obras del guitarrista.

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